La coincidencia en el tiempo de aparición de dos hechos culturales con temáticas religiosas o espirituales, ha producido una afirmación sobre un supuesto hecho sociológico: que estaría formándose un movimiento de tendencia religiosa entre los jóvenes actuales.
Los dos espectáculos culturales que han coincidido últimamente han sido, por una parte el estreno de la película “Los Domingos” de Alauda Ruiz de Azúa y el gran éxito del último álbum de la cantante Rosalía titulado “Lux”. Ambos estrenos han tenido un significativo éxito de público y ambos contienen en sus argumentos temas religiosos o espirituales; la película “Los Domingos” narra la decisión de una joven de ingresar en un convento de monjas de clausura y las repercusiones en su familia que esta decisión produce. Las letras de las canciones de “Lux”, de Rosalía, abundan en pensamientos espirituales, y la imagen de la portada del disco es una Rosalía vestida con ropas que sugieren claramente el específico hábito de las monjas.
Un primer análisis del tema de un supuesto nuevo movimiento de vuelta a la religiosidad de la generación joven, nos lleva a dos conclusiones: la primera es la falta de datos sociológicos que nos permita afirmar que se está dando dicho nuevo movimiento (faltan datos cuantitativos y cualitativos sobre qué porcentaje de población de jóvenes formarían este público) y una segunda conclusión es que, de estar dándose ese movimiento de retorno al mundo espiritual, estaría compuesto en su gran mayoría por mujeres jóvenes próximas en edad a la adolescencia o al inicio de la etapa adulta. Ambos hechos culturales, la película “Los Domingos” y el disco “Lux” de Rosalía tienen de protagonistas a dos jóvenes en torno a la edad de 20 años.
La psicología del desarrollo evolutivo y diferencial ha demostrado las diferencias entre las mujeres y los hombres en la vivencia de la sexualidad: las mujeres tienen en general una capacidad de sublimación de la sexualidad mayor que la de los varones, que tienen un impulso sexual con más problemas de autocontrol. La decisión de romper con el medio entorno y decidir entrar a formar parte de una comunidad religiosa en la que la castidad es una condición central, es mucho más difícil para los hombres que para las mujeres.
Si efectivamente estuviéramos asistiendo a un renacer de un movimiento juvenil hacia la religión, sería por una parte un movimiento predominantemente femenino y tendría el significado existencial de ser la expresión del rechazo generacional a la actual organización y valores sociales imperantes. Y, más concretamente, la percepción de la actual mujer joven de que no encuentra un camino suficientemente gratificante entre todas las opciones excesivamente dificultosas y contradictorias que esta sociedad propone. La búsqueda de la verdad religiosa y de una comunidad religiosa como modo de vida (como decisión extrema) sería el único camino valioso entre todas las opciones.
Esta idea es la que parece estar latente en estas expresiones de jóvenes artistas y sus numerosos seguidores.