La medida busca proteger una tradición con profundo arraigo en las universidades de la Comunidad, como la de Salamanca, y que cuenta con entre 20 y 30 agrupaciones activas
El Consejo de Gobierno ha aprobado este jueves la declaración de la Tuna como Bien de Interés Cultural (BIC) de carácter inmaterial. El objetivo de esta decisión es proteger la singularidad de un bien que representa una tradición viva, plenamente integrada en el día a día de las ciudades universitarias de la región.
El arraigo de esta práctica en Castilla y León es calificado de "particularmente significativo" por el Ejecutivo autonómico, dado que en este territorio nacieron y prosperaron algunas de las instituciones académicas más antiguas de España, como la Universidad de Salamanca (1218), la de Palencia (1212) o la de Valladolid (siglo XIII).
La declaración reconoce el valor de la Tuna como forma de socialización colectiva, fomentando el compañerismo y la inclusión, tal y como se recoge en la Ley de Patrimonio Cultural de Castilla y León.
La Tuna Universitaria tiene sus orígenes en los primeros centros universitarios de la Baja Edad Media. Surgió como una práctica vinculada a los estudiantes con menos recursos, quienes cantaban a cambio de comida o limosna, sentando las bases de lo que con el tiempo se convertiría en la tuna actual.
La evolución histórica de este fenómeno ha pasado por diversas etapas:
En la actualidad, conviven en España agrupaciones masculinas, femeninas e incluso mixtas, manteniendo viva la tradición adaptada a los nuevos tiempos.
Uno de los elementos protegidos por esta declaración es la estética y la práctica musical de estas agrupaciones. La indumentaria se inspira en la moda de los Siglos de Oro españoles. La prenda más emblemática es la capa de estudiante, generalmente negra, adornada con escudos de las ciudades visitadas y cintas de colores regaladas por admiradores o familiares.
Asimismo, destaca la beca, una banda de tela que cruza el pecho en forma de 'V' y cuyo color identifica a la facultad o universidad a la que pertenece el tuno.
En el apartado musical, la tuna funciona como una rondalla o estudiantina de cuerda pulsada. La instrumentación típica incluye:
El repertorio es ecléctico y abarca desde habaneras, pasodobles y rancheras hasta versiones de música folclórica local o temas contemporáneos adaptados.
La presencia de tunas universitarias se extiende hoy por todas las provincias de Castilla y León, configurando un mosaico vivo del folclore estudiantil. Según las estimaciones de la Junta, la Comunidad alberga entre 20 y 30 tunas universitarias activas o con actividad reciente.
Esta cifra engloba tanto a las formaciones de estudiantes actuales (masculinas y femeninas) como a las denominadas 'cuarentunas', compuestas por antiguos miembros que mantienen la actividad musical y los lazos de amistad a lo largo de los años.