Un duelo lleno de desajustes defensivos, alternancias y un final completamente roto
El Piensos Durán Albense firmó un empate agónico ante el Valladolid Tierno Galván (3–3) en un partido lleno de descontrol, fases muy marcadas y un tramo final completamente roto. Aunque el punto sabe a poco jugando en casa, el propio técnico albense, Javier Hernández, reconoció que “el punto hay que darlo por bueno porque nosotros defensivamente no hemos estado durante todo el partido”.
El encuentro comenzó con un Piensos Durán Albense impreciso y superado en varias situaciones clave. El Tierno Galván aprovechó esa tibieza inicial para tomar ventaja en el minuto 9 por medio de Álvaro Martínez, culminando una acción en la que los visitantes encontraron al pívot con facilidad, una de las facetas que más daño haría durante todo el choque.
Javier Hernández lo destacó con autocrítica: “La dominancia la han tenido ellos en el juego, no hemos sabido leer la defensa del pívot”, resumiendo una primera parte en la que a los verdes les costó asentarse y en la que apenas generaron peligro sostenido.
La segunda parte arrancó con un Albense mucho más activo, capaz por fin de progresar, recuperar alto y generar llegadas. El impulso tuvo premio: a los 24 minutos de juego, Guille Pini firmó el 1–1 tras una buena acción ofensiva. Pero la alegría duró solo 17 segundos. En la siguiente jugada, Iker Alonso recuperó la ventaja visitante (1–2) aprovechando un desajuste defensivo que volvió a evidenciar las dificultades locales para sostener el nivel de concentración.
El propio entrenador lo señaló recalcando que “o somos capaces de mantener un nivel competitivo defensivamente durante los 40 minutos, o si no se dan situaciones como la del último minuto”.
A falta de dos minutos y medio, Jorge Sanz vio la segunda amarilla y dejó a los suyos en inferioridad en un momento crítico. Esa situación de superioridad tuvo su recompensa: Raúl Herrero puso el 3–2, dando la vuelta al partido. Pero la ventaja duró muy poco. Lomo empató el encuentro (3–3) apenas 13 segundos después, castigando otra acción mal defendida.
La recta final fue una sucesión de imprecisiones, pérdidas y acciones individuales que no ayudaron a cerrar el partido. Hernández lo definió con claridad: “ha sido una auténtica locura por querer ir a ganar cuando no estábamos preparados; cada uno ha ido a hacer la guerra por su cuenta”. El conjunto local quiso lanzarse a por el 4–3, pero sin orden colectivo, lo que generó más riesgos que ocasiones.
Aunque el empate deja la sensación de oportunidad perdida, el técnico insistió en que el lado positivo hay que valorarlo: “Sacar un punto es positivo, aunque sea en casa”, recordando que el equipo estuvo por debajo en muchos tramos y que aún debe dar un salto competitivo defensivo para no depender exclusivamente de impulsos ofensivos.
El Piensos Durán Albense suma, pero también recibe un aviso: para seguir creciendo, necesita 40 minutos de solidez, no fases alternas. La próxima jornada será una nueva oportunidad de demostrarlo, mientras tanto mantienen la cuarta posición en la clasificación con 20 puntos.