La representante de los barrios de Prosperidad, Delicias y San Isidro avisa sobre las mejoras que necesitan algunas zonas del barrio, incluido el Parque Picasso.
Un barrio a dos velocidades. Así se podría describir la realidad que viven a diario los vecinos de Prosperidad, Delicias y San Isidro, en la popular zona del Paseo del Rollo de Salamanca, según su principal representante vecinal. Por un lado, calles recién renovadas, casos de Ecuador, Bolivia, Guatemala y Mérida, entre otras, “preciosas”, con aceras amplias y adornos florales. Por otro, una parte del barrio, donde el asfalto es “viejísimo” y las aceras desniveladas se han convertido en una carrera de obstáculos diaria, especialmente para una población cada vez más envejecida y que, en muchos casos, se desplazan con andadores o scooter para personas con movilidad reducida. Esta es la denuncia que traslada Rosario Hermosa, presidenta de la Asociación de Vecinos PRODESI, quien reclama una intervención decidida para no quedarse atrás.
“Yo creo que el mismo tratamiento que han ido dando a estas calles lo deben de ir haciendo al resto, porque, claro, son muchos años y el asfalto está muy deteriorado”, ha afirmado Hermosa en una entrevista con este periódico. La presidenta vecinal se refiere a la notable diferencia entre las vías de la margen izquierda subiendo desde la Plaza de San Antonio, que han sido objeto de una profunda remodelación, y las de la margen derecha, como las calles Independencia, Valladolid, Pamplona, Alcañices, Peñafiel... que esperan su turno. La situación, desde su punto de vista, se agrava en puntos concretos como la avenida de Campoamor, donde, según denuncia, “bailan todas las baldosas”.
El problema del mantenimiento urbano no es una cuestión meramente estética, sino una necesidad social urgente en un barrio con una alta concentración de personas mayores. “Es un barrio que si tú sales por la mañana, no ves más que a personas mayores con andadores”, ha explicado Rosario Hermosa. Para ellos, una baldosa suelta o un bordillo mal rebajado no es un inconveniente, sino una barrera que puede provocar caídas y limitar su autonomía.
Aunque se han realizado mejoras al rebajar las aceras en los cruces, la presidenta de PRODESI insiste en que el estado general de las superficies es deficiente. “Hay dificultad debido a aceras desniveladas, los baldosines, las arquetas esas de hierro…”, ha lamentado. No obstante, reconoce que la ampliación de las aceras en las zonas reformadas ha sido una medida positiva, ya que permite el paso simultáneo de dos personas con andadores o carritos, una escena cada vez más común en el día a día del barrio.
A los problemas de movilidad peatonal se suma otro frente que ha generado una gran preocupación entre los residentes: la falta de aparcamiento y la posibilidad de implantar la zona verde de estacionamiento regulado. Una medida que los vecinos consideran injusta y que ha provocado una movilización para recoger firmas en su contra, según la asociación Prodesi.
Rosario Hermosa ha sido tajante al respecto: “Si no se habilitan más aparcamientos, no pueden permitirse el lujo de decir que nos van a cobrar por aparcar los coches en la calle, eso no tiene sentido”. La presidenta recuerda que muchas de las reformas urbanísticas, aunque han mejorado la estética y la accesibilidad peatonal, lo han hecho a costa de eliminar plazas de aparcamiento. En un barrio con numerosos edificios antiguos sin garajes, encontrar un sitio para el coche es una odisea diaria que, de implantarse la zona verde, pasaría a tener también un coste económico para los residentes.
El Parque Picasso es el corazón social del barrio, un punto de encuentro intergeneracional que bulle de vida cada tarde. Sin embargo, su éxito se ha convertido en su principal problema. “Es el parque que yo creo que más personas tiene de toda España. Es increíble la cantidad de gente que hay, es que no hay bancos”, ha señalado Hermosa. La imagen se repite a diario: personas mayores que no encuentran un sitio donde sentarse y padres jóvenes que vigilan de pie a sus hijos en la zona de juegos.
Además de la falta de mobiliario urbano, los vecinos han notado un deterioro en la limpieza del parque y sus alrededores, como la zona de la Cruz de Caravaca. “Yo había visto estos años anteriores ese parque que daba gloria verlo, limpio, y ahora no”, ha criticado la presidenta de PRODESI, quien lanza una petición sencilla pero directa: “La población es grandísima, no hay otro sitio, pero sí hay escobas para barrer”.
A pesar de las carencias, el barrio demuestra una gran vitalidad. Un ejemplo es la asociación juvenil integrada en PRODESI, que funciona “muy bien” y que este verano ha organizado un campamento para 90 niños. Esta cantera de jóvenes implicados asegura el relevo generacional y demuestra que la comunidad está viva y organizada, dispuesta a seguir luchando por mejorar su entorno.
Las demandas de Rosario Hermosa y la asociación PRODESI son claras: un plan integral de asfaltado y arreglo de aceras que no deje a ninguna calle atrás, una solución consensuada al problema del aparcamiento que no penalice a los residentes, y un mayor cuidado del Parque Picasso, su espacio de convivencia más preciado. En definitiva, piden que se les escuche y se actúe para que la calidad de vida sea una realidad homogénea en todos los rincones del barrio.