La Diputación de Salamanca presenta el libro 'Aires de Marzo', una obra de 180 páginas que detalla la indumentaria tradicional de toda la provincia. Escrito por los expertos Antonio Cea y Raúl Benito, el catálogo busca preservar el patrimonio etnográfico salmantino. Documentado y editado gráficamente por Rosa Gómez
La Diputación de Salamanca, a través del Instituto de las Identidades (Ides), ha presentado una nueva publicación destinada a convertirse en un referente para el estudio y la preservación del patrimonio etnográfico de la provincia. Bajo el título “Aires de Marzo. Indumentaria de la provincia de Salamanca”, el libro ya se encuentra disponible en las librerías como el número 28 de la colección “fuera de serie”. La obra nace para complementar y perpetuar la exitosa exposición homónima que, hace casi un año, reveló la extraordinaria riqueza de la vestimenta tradicional salmantina.
El diputado de Cultura, David Mingo, ha sido el encargado de presentar este trabajo, subrayando su importancia como testimonio de un legado cultural invaluable. Mingo ha recordado cómo la exposición original puso en valor trajes y prendas custodiadas con esmero, que “muestran, en definitiva, el legado de nuestros antepasados y el legado de un patrimonio cultural que a una tradición, pero que a una, inevitablemente, por la identidad”. Este catálogo, ha añadido, llega para enriquecer las contadas publicaciones existentes sobre la materia.
El libro se erige como un minucioso compendio visual y descriptivo a lo largo de sus 180 páginas. En ellas, el reconocido investigador Antonio Cea y el historiador y coleccionista Raúl Benito desgranan con detalle los conjuntos, formas, tejidos, colores y joyas que componen el acervo indumentario de la provincia. El resultado es un viaje exhaustivo que abarca comarcas como El Rebollar, las sierras de Francia y Béjar, el Alto Tormes, Tierras de Alba, la Armuña o el Campo Charro.
La publicación no escatima en detalles, ofreciendo una visión completa de los trajes de localidades como Candelario, La Alberca, Peñaparda, Robleda, Cespedosa de Tormes, Ciudad Rodrigo o Villares de la Reina, entre muchas otras. La labor fotográfica de Rosa Gómez, colaboradora habitual de la institución, es fundamental para ilustrar las descripciones con imágenes de alta calidad que capturan cada traje de frente y de espaldas, además de primeros planos de bordados, botones, medias, zapatos y piezas de joyería.
David Mingo ha destacado la simbiosis entre la muestra y el libro, planteando una reflexión sobre su valor conjunto. “No sé qué es mejor, si el catálogo o la exposición. Yo creo que ambos son una exposición sin catálogo. Al final, un catálogo sirve para mostrar lo que fue una exposición. Y si el catálogo es muy bueno, es que la exposición lo fue, eso es indudable”, ha afirmado. Con esta obra, ha concluido, “estamos haciendo es aportar algo inmaterial que quedará ahí”.
Uno de los autores, Raúl Benito, historiador oriundo de la comarca de El Rebollar, ha explicado su aportación al texto, que se divide en dos grandes bloques. El primero es una presentación general de la provincia donde ha puesto el foco en un aspecto de gran interés etnográfico: las diferencias en la nomenclatura de las prendas. “En esta exposición y en este catálogo se puede ver cómo una misma prenda en distintas comarcas, incluso en distintos pueblos de la misma comarca, se llama de otra forma”, ha señalado Benito, defendiendo que publicaciones como esta son cruciales para que ese conocimiento no se pierda en la globalización.
A pesar de estas variaciones locales, Benito ha recordado que todos los conjuntos comparten un nexo común, la expresión “vestirse de charro”, reservada históricamente para los momentos más festivos y especiales de cada comunidad. Esta forma de vestir, ha explicado, muestra una clara evolución en los bordados y diferencias marcadas por los usos y las influencias de otros lugares.
La segunda parte de su contribución se centra en la indumentaria de sus pueblos, Peñaparda y Robleda, en la comarca de El Rebollar. “Es esta indumentaria, la del Rebollar, una indumentaria también muy particular, y no lo digo solo como orgullo patrio, sino porque es verdad que tienen unos aspectos muy particulares de arcaísmo, en las formas y en los bordados que no aparecen en otros lugares de la provincia”, ha defendido. Según el investigador, su comarca, al ser la más alejada de la capital, ha sido históricamente menos conocida, pero su riqueza está a la altura de zonas de gran renombre como la Sierra de Francia o Candelario.
Raúl Benito ha concluido su intervención agradeciendo a la Diputación de Salamanca y al Instituto de las Identidades, dirigido por María Fernanda, la confianza depositada en él para compartir autoría con una figura como Antonio Cea, lo que ha calificado como “un honor y un placer”.
Mirando hacia el futuro, ha lanzado un mensaje claro sobre la necesidad de continuar con el trabajo de puesta en valor del patrimonio. “Ahora solo nos queda seguir trabajando para mejorar y darle a la indumentaria tradicional de Salamanca el sitio y la dignidad que merecen, con estudios rigurosos, con un mantenimiento en base a unas formas adecuadas y una difusión en la que este centro es el perfecto escaparate”, ha manifestado.
De este modo, “Aires de Marzo” no solo se presenta como un catálogo de una exposición pasada, sino como una herramienta fundamental y un punto de partida para garantizar que la riqueza de la indumentaria salmantina sea conocida, respetada y preservada con el rigor que su historia demanda.
Fotos de David Mingo