OPINIóN
Actualizado 07/11/2025 16:37:10
admint

Aris Marcos dedica unas líneas a su tío Piyayo recientemente fallecido

Queridos amigos y querida familia. A veces me pregunto por qué la vida nos golpea tantas veces y en tan poco tiempo, me pregunto muchas veces porque se van siempre las mejores personas y porque otras tenemos que luchar día tras día con enfermedades tan duras y crueles, la respuesta que he aprendido es que La vida es un regalo, debemos disfrutarla sin miedo porque la vida es un regalo, así que cógelo con entusiasmo cada día porque mañana no sabemos dónde estaremos.

Hoy escribo esta pequeña carta para despedir a una gran persona que ha dejado una huella imborrable en nuestras vidas, mi tío Yayo. Aunque la tristeza nos inunda, quiero tomar un momento para recordar todos esos instantes compartidos que llenaron mi corazón de alegría y amor.

Recuerdo cuando era niño que me encantaba ir a verte al Central Hispano, allí estabas liado en la sucursal pero siempre salías y me decías "vamos a desayunar Carri", siempre nos gustaba ir al bar a almorzar unas patatas meneás donde hoy está la Caja Rural, recuerdo siempre de tu generosidad ya que siempre me bajaba con algo para casa, un llavero, una mochila, una toalla siempre tenías algo para darme del banco Piyayo. También recuerdo con cariño los baños que nos dábamos todos juntos en La Pesquera por las tardes. Los helados que comíamos todos los primos pequeños en la caseta del difunto Casi o el vasito de limón, donde nos invitaban siempre mi tío Fernando(+), mi tío Chipi(+), mi tío Ángel(+), mi tío Ramón, mi tío Fito, mi padre o tú Piyayo. Recuerdo que siempre le decía a mi madre “mamá cámbiame rápido el bañador que me sube Piyayo en la moto". Cuantas veces monté en aquella moto negra que tanto me gustaba. En mi época de entrenador todos los domingos me llamabas “¿Carri que hemos hecho hoy, hemos ganado?” Siempre me llamabas con cariño Carri.

También recuerdo cuando te veía en el bar tomándote tus cortos con tus amigos, son otra parte fundamental de mi recuerdo. Nunca olvidaré las risas y las anécdotas que compartías con todos tus amigos. Tu carácter alegre iluminaba cualquier lugar, y tu buen humor era contagioso. Aprendí de ti que la vida se vive mejor con una sonrisa y que cada instante debe ser disfrutado al máximo tío Piyayo. Has luchado como un auténtico campeón, hasta el último segundo, rodeado de amor y muy cuidado y atendido de tu gran esposa Charo, de tus grandísimos hijos David y María, de tus nietos Rubén, Paula, Lucia y Daniela, y de Chuchi y de Silvia, todos ellos personas humanamente únicas. Ahora mereces descansar y reunirte con todos tus amigos y seres queridos en el cielo.

Tío Piyayo aunque hoy me despido de ti, quiero que sepas que siempre vivirás en mi corazón. Tu ejemplo de amor, trabajo, bondad y alegría seguirá guiándome, y jamás olvidaré tu inigualable sonrisa.

VUELA ALTO MUY ALTO QUE TÚ ALMA DESCANSE EN PAZ, dale un beso de mi parte a abuela Visi, al tio Leo y Manoli, a tio Chipi y Tita, a tio Angel, a tio Fernando, a tio Pepe, a tio Meñaka, a mis primos Ani y Yayito, nunca te olvidaré tío Yayo.

Tu sobrino Aris.

Leer comentarios
  1. >SALAMANCArtv AL DÍA - Noticias de Salamanca
  2. >Opinión
  3. >Piyayo siempre en mi corazón, por Aris Marcos