“Los chicos están muy convencidos de que hay que ganar la liga”, ha reconocido Fertxu Reviriego, el entrenador. Ellos son los quintos protagonistas de nuestra sección este curso
Una generación de jugadores que se conoce desde hace años, un nivel técnico que ha llevado a más de la mitad de la plantilla a ser convocada con la selección de Castilla y León y un historial de títulos en categorías inferiores. El equipo Infantil Regional del Intersala tiene todos los ingredientes para soñar con el éxito, pero su camino hacia la gloria se encuentra con dos obstáculos importantes: una plantilla excesivamente corta y, sobre todo, el estado deficiente de las instalaciones deportivas de Salamanca. Su entrenador, Fertxu Reviriego, ha analizado en una entrevista la situación de un equipo “hecho para ganar” que lucha tanto contra sus rivales como contra las goteras.
El núcleo del equipo está formado por un grupo de jugadores que lleva mucho tiempo compitiendo juntos. De los nueve integrantes de la plantilla, ocho son de segundo año y solo uno es de primero. “Es una generación que, salvo dos jugadores, ya se conocen, porque tanto en benjamines como alevines jugaron juntos”, ha explicado Reviriego. Esta cohesión se suma a un talento innegable, ya que “de los nueve, cinco jugadores han estado en algún momento convocados con la selección de Castilla y León, con lo cual, al final, es un equipo de nivel”.
Con estos precedentes, las aspiraciones son máximas. El equipo ya ha sido campeón de Salamanca en Benjamines y Alevines, llegando a competir en campeonatos de Castilla y León y de España. Por ello, el objetivo esta temporada es claro. “Los chicos están muy convencidos de que hay que ganar la liga”, ha afirmado el técnico. Ganar la competición regional les daría el pase directo al Campeonato de España, un reto que ilusiona al vestuario. Sin embargo, Reviriego prefiere mantener los pies en el suelo y centrarse en el día a día: “Yo lo que les digo es que primero hay que competir todos los días, y hay que ganar a todos los equipos, y luego ya iremos viendo”.
Esa mentalidad ganadora, forjada a base de triunfos, es una de las grandes fortalezas del equipo, pero también un aspecto que el entrenador debe gestionar con cuidado. Reviriego ha reconocido que a veces tiene que frenar el exceso de confianza de sus jugadores. “Hay veces que a los chicos hay que explicarles que no se puede ganar el partido antes de bajar del autobús”, ha señalado. En este sentido, su labor va más allá de la pizarra, convirtiéndose en una figura cercana y formativa para los jóvenes.
“Me gusta mucho hablar con ellos, tratar con ellos y preocuparme por tema de estudios o cualquier tipo de temas, porque al final creo que me gusta ser cercano”, ha confesado. Esta confianza le permite ejercer un papel de mentor, ayudándoles a entender que la temporada es larga y que habrá momentos de dificultad. “La liga acaba en mayo. Hasta mayo hay mucho tiempo, hay que jugar muchos partidos, hay que hacer muchos kilómetros, y hay que sufrir”.
El primer gran desafío que afronta el equipo es el tamaño de su plantilla. Con solo nueve jugadores, de los cuales dos son porteros, el margen de maniobra es mínimo. “El día que te falta uno, que te falta dos, el entrenamiento es muy difícil de hacer, y que te falten a un partido, pues a los demás les toca mucha carga de minutos”, ha lamentado Fertxu. Esta situación les obliga a buscar incorporaciones, pero de momento afrontan la competición con los efectivos disponibles.
Sin embargo, el problema que más preocupa al técnico es ajeno al club y afecta a todo el deporte base de la ciudad. “En Salamanca hay un problema muy importante con el tema de las goteras en los pabellones”, ha denunciado con rotundidad. El Intersala entrena en instalaciones como las de la Guardia Civil y la Policía Local, que sufren graves filtraciones de agua. “Como te toque un mes que sea lluvioso o una semana que te llueva casualmente los dos días, estás muy condicionado”, ha añadido.
La situación llega a tal punto que el propio entrenador debe tomar medidas improvisadas. “Yo siempre voy con un rollo de papel de cocina para ir secando, pero es que hay veces que no se puede”. Más allá de la interrupción de los entrenamientos, el principal riesgo es la seguridad de los jugadores. “Cuando tienes que reducir el espacio porque no se puede jugar en una parte del campo porque está mojado, eso sí que es un hándicap importante, porque al final un balón te va por allí, va un chico, se resbala”, ha advertido. De hecho, Reviriego ha recordado un grave incidente ocurrido la temporada pasada: “A mí me ocurrió el año pasado con el equipo alevín, que un chico, por pisar un poco de agua de una gotera, se dio un golpe bastante importante y le tuvieron que llevar en ambulancia”.
Pese a las dificultades, el futuro de esta generación de jugadores es brillante. Reviriego está convencido de que, si continúan en el fútbol sala, tienen potencial para llegar a lo más alto dentro del club. “Lo normal es que lleguen a jugar en las cuotas más altas que nosotros tenemos, ya sea en División de Honor Juvenil o en Tercera División”. Su pasión y compromiso son la mejor garantía de éxito para un grupo muy unido y con “mucho amor por esto”.
Finalmente, el entrenador ha aprovechado para lanzar un mensaje a las instituciones, pidiendo soluciones urgentes para el problema de las instalaciones. “Creo que deben poner las soluciones cuanto antes, porque al final son muchos pabellones y somos muchos equipos con muchos deportes que los utilizamos”. Una petición para que el talento de jóvenes deportistas como los del Intersala pueda desarrollarse en las mejores condiciones, sin que una gotera pueda poner en riesgo su salud o frenar sus sueños.