EMPRESAS
Actualizado 03/11/2025 10:27:00
Adrián Martín

Aunque las semillas de cannabis pueden comercializarse en España siempre que no se destinen a fines ilícitos, su germinación y cultivo están sujetos a normativas que varían entre comunidades autónomas.

El negocio de los growshops ha pasado en apenas dos décadas de ser un fenómeno alternativo, ligado a pequeños comercios en las grandes ciudades, a convertirse en un sector con peso propio en la economía española. Estos establecimientos especializados ofrecen semillas, fertilizantes, iluminación LED, sistemas hidropónicos y todo tipo de insumos para el cultivo técnico y la horticultura de precisión.

El crecimiento del sector no es casual: responde a la confluencia de tres factores principales. Por un lado, el interés social por el autocultivo responsable y la sostenibilidad; por otro, la innovación tecnológica aplicada al cultivo de interior y exterior; y finalmente, un contexto internacional donde el cannabis medicinal y el cáñamo industrial avanzan hacia una mayor normalización.

Cifras económicas: un mercado en expansión

Estudios independientes estiman que el mercado legal del cannabis en España genera ya más de 500 millones de euros anuales. De esa cifra, una parte muy significativa procede directamente de los growshops. Estos negocios, que empezaron vendiendo básicamente semillas y fertilizantes, hoy facturan gracias a un catálogo mucho más diverso: desde sistemas de iluminación de bajo consumo hasta medidores digitales de humedad y temperatura.

El sector también tiene un impacto directo en el empleo. Se calcula que da trabajo a miles de personas en todo el país, en un ecosistema que abarca desde pequeñas tiendas familiares hasta plataformas de venta online con alcance internacional. Además, se estima que la recaudación en impuestos y cotizaciones supera los 100 millones de euros al año, lo que demuestra que no se trata de un mercado marginal, sino de un motor económico real.

Innovación y digitalización

Uno de los cambios más visibles en el sector es la digitalización. La pandemia aceleró el crecimiento del comercio electrónico, y muchos growshops supieron adaptarse rápidamente. Hoy en día, gran parte de la facturación proviene de ventas online, lo que ha permitido a las tiendas llegar a clientes en zonas rurales y ampliar su catálogo sin las limitaciones del espacio físico.

Tiendas como Pure Grow Shop ilustran bien esta transformación: su catálogo online incluye semillas de marihuana feminizadas de distintas genéticas, sistemas completos de cultivo interior y asesoramiento para cultivadores principiantes y avanzados. Este tipo de plataformas no solo comercializan productos, sino que también cumplen una función de educación e información, explicando diferencias entre variedades, técnicas de cultivo y pautas legales.

Un sector entre la legalidad y la regulación pendiente

El mayor reto del sector sigue siendo la incertidumbre legal. Aunque las semillas de cannabis pueden comercializarse en España siempre que no se destinen a fines ilícitos, su germinación y cultivo están sujetos a normativas que varían entre comunidades autónomas.

Esta situación genera inseguridad jurídica tanto para consumidores como para empresarios. La ausencia de una regulación unificada y clara ralentiza la profesionalización del sector y deja a muchos negocios en una especie de limbo legal.

En paralelo, la Unión Europea avanza hacia políticas más abiertas respecto al cáñamo industrial y el cannabis medicinal. Si España logra adaptar su marco normativo a estas tendencias, el potencial de crecimiento del sector growshop sería aún mayor.

Percepción pública y cultura verde

Otro factor a tener en cuenta es la percepción social. El término growshop todavía despierta recelos en ciertos sectores de la población, asociados a estigmas históricos en torno al cannabis. Sin embargo, la realidad actual es distinta: estos comercios representan una cultura verde, vinculada a la sostenibilidad, la innovación agrícola y la horticultura urbana.

Cada vez más, los growshops son vistos como parte de un movimiento que promueve el autoconsumo responsable, la reducción de huella de carbono y la búsqueda de alternativas más ecológicas frente a la agricultura intensiva tradicional.

Proyecciones hacia 2030

De mantenerse la tendencia actual, el sector growshop en España podría duplicar su facturación en la próxima década. Los factores que apuntalan este crecimiento son:

Mayor normalización internacional del cannabis medicinal y del cáñamo industrial.

  • Apuesta tecnológica en iluminación LED, sensores y cultivo hidropónico.
  • Demanda creciente de productos ecológicos y de autocultivo.
  • Expansión del comercio electrónico, que reduce barreras geográficas.


En este escenario, los growshops tienen la oportunidad de consolidarse no solo como comercios especializados, sino también como actores clave en la economía verde.

Conclusión

El sector growshop en España ha dejado de ser un nicho alternativo para convertirse en un mercado en plena expansión. Con más de medio millar de millones de euros en ingresos, miles de empleos y un futuro condicionado por la regulación, se perfila como un ámbito de innovación y sostenibilidad con gran proyección hacia 2030.

En un momento en que la horticultura técnica, la digitalización y el consumo responsable están en auge, los growshops se presentan como un ejemplo de adaptación y crecimiento.

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