El club salmantino, donde militaba cedido por el CD Tenerife, ha anunciado que tomará las medidas legales correspondientes
La FIFA ha desestimado el recurso presentado por el futbolista Gabri Palmero, ratificando así la sanción que le fue impuesta el pasado mes de septiembre por un grave caso de falsificación documental. Unionistas de Salamanca, club en el que militaba cedido, ha confirmado la noticia en un comunicado oficial este lunes y ha anunciado que iniciará las acciones legales correspondientes.
La decisión del máximo organismo del fútbol mundial pone el punto final a un proceso que ha mantenido al jugador apartado de la disciplina del club salmantino desde el 26 de septiembre. En esa fecha, Unionistas de Salamanca recibió la primera notificación de la Comisión Disciplinaria de la FIFA y procedió a suspender de empleo y sueldo al futbolista.
Con la resolución definitiva sobre la mesa, el club ha actuado de inmediato. Según se detalla en el comunicado, la entidad ya se ha puesto en contacto con todas las partes implicadas: el propio Gabriel Palmero, su agencia de representación y el Club Deportivo Tenerife, propietario de sus derechos federativos.
El objetivo de estos contactos es "llevar a cabo las actuaciones correspondientes dentro del ámbito legal que le amparan", un paso que previsiblemente conducirá a la rescisión del contrato de cesión que unía al jugador con el club charro.
La sanción a Gabri Palmero se debe a una infracción del artículo 22 del Código Disciplinario de la FIFA, relativo a la falsificación de documentos. Según desveló en su momento el periodista Martín Manchón en la web especializada Migrantes del Balón, el jugador habría participado en una trama para ser seleccionable por el combinado nacional de Malasia.
La investigación de la FIFA determinó que tanto Palmero como otro futbolista español, Jon Irazábal, presentaron documentos falsos que acreditaban que sus abuelos habían nacido en el país asiático. Sin embargo, el organismo pudo constatar que los orígenes reales de sus antepasados eran muy distintos: los abuelos de Gabri Palmero nacieron en Canarias y los de Jon Irazábal eran originarios del País Vasco.
Este intento de fraude para eludir las normativas de elegibilidad de jugadores es lo que ha motivado la dura sanción de la FIFA, que ahora se convierte en firme tras el rechazo de la apelación.
La confirmación de la sanción deja el futuro profesional de Gabri Palmero en una situación comprometida. El jugador, que llegó a Salamanca el pasado mes de julio como una de las apuestas para la delantera, no ha vuelto a participar en la actividad del equipo desde hace más de un mes.
Ahora, Unionistas de Salamanca y el CD Tenerife deberán coordinarse para resolver la situación contractual del futbolista. La decisión del club salmantino de iniciar acciones legales apunta a una desvinculación inminente, cerrando así un capítulo que ha salpicado al club con un escándalo de alcance internacional.