Este jueves presenta en la ciudad charra su nuevo libro "Cuando viajar era descubrir", una obra que reivindica las hazañas de los grandes exploradores de la historia frente al turismo superficial actual.
En una era dominada por la inmediatez y la imagen, donde el viaje a menudo se reduce a una colección de autorretratos para redes sociales, el periodista y escritor Fermín Bocos ha lanzado una reivindicación del descubrimiento en su estado más puro. Su nuevo libro, "Cuando viajar era descubrir, tras las huellas de los grandes viajeros" (Sotavento), se presenta como un antídoto contra la superficialidad moderna, un compendio de vidas extraordinarias que nos recuerda una época en la que moverse por el mundo era sinónimo de aventura, riesgo y, sobre todo, conocimiento.
El reconocido comunicador, con una vasta trayectoria en los principales medios de comunicación nacionales, atendía a SALAMANCArtv AL DÍA con motivo de la presentación de su obra en la ciudad. El acto tendrá lugar este jueves, 30 de octubre, a las 19:00 horas en la Librería Santos Ochoa (Gran Vía, 12), donde Bocos dialogará con el también escritor Javier Martín Prieto.
"El libro es la historia de una treintena de vidas, de novela de aventuras, la verdad", ha explicado Bocos. A través de relatos cortos, la obra sumerge al lector en las proezas de figuras legendarias como Alexander Von Humboldt, el explorador que recorrió casi 100.000 kilómetros; Esther Stanhope, la "reina blanca de Palmira"; o el español Álvar Núñez Cabeza de Vaca, que sobrevivió como esclavo y chamán en un viaje a pie de Florida a México. También rescata a personajes casi olvidados por la historia, como José de Rivas, "un español que fundó la ciudad ucraniana de Odesa".
Al ser preguntado por si los viajes actuales han perdido la épica de antaño, Bocos ha ofrecido una reflexión contundente sobre el turismo contemporáneo. "Creo que la obsesión de los selfies es un poco la apoteosis del narcisismo, reduce al viajero a la condición de simple turista que se pierde el placer de descubrir la historia de los lugares que visita", ha afirmado. Para el autor, la verdadera esencia del viaje reside en una preparación profunda, en sumergirse en la cultura y el pasado del destino mucho antes de poner un pie en él.
En su opinión, el placer del viaje, "tal como yo lo concibo, y lo he practicado a lo largo muchas veces de mi vida, empieza en la preparación misma del viaje a través de los libros, las guías, la historia de los lugares a los que uno va a visitar". Una filosofía que contrasta con la fugacidad de la experiencia turística actual.
Las páginas de "Cuando viajar era descubrir" están repletas de anécdotas que desafían la imaginación y demuestran la increíble resiliencia de sus protagonistas. Bocos ha relatado la historia del capitán Richard Burton, un explorador del siglo XIX que dominaba más de una quincena de idiomas y "para poder visitar la Medina y La Meca, las ciudades sagradas del Islam, y prohibidas a los infieles, se circuncidó".
También ha compartido el estremecedor episodio de John Speke, quien en su búsqueda de las fuentes del Nilo sufrió la entrada de un gusano en su oído. Al fracasar los intentos por extraerlo, "solo se les ocurrió verter aceite hirviendo en el oído. Se quedó ciego, sordo, pero ¿de qué pasta estaría hecho que consiguió llegar al lago Tanganica y volver a Londres para contarlo?". Son historias de éxito, pero también de tragedia, de vidas entregadas a la curiosidad y al conocimiento.
Fermín Bocos ha puesto un énfasis especial en el papel de las mujeres exploradoras, cuyo coraje fue doblemente meritorio en épocas de rígidas convenciones sociales. "Echemos en un momento en la moral victoriana, mujeres del siglo XIX, donde si viajar solas estaba mal visto, ¿qué te digo yo?", ha comentado. Entre ellas destaca a Egeria, una monja que en el siglo IV viajó sola a Jerusalén; Debla Marthy, una irlandesa que dio dos veces la vuelta al mundo en bicicleta con un revólver en las enaguas; o Mary Kingsley, quien inspiró el personaje de Katherine Hepburn en "La reina de África" y llegó a enfrentarse a un grupo de hipopótamos armada únicamente con su sombrilla.
"Estas gentes, mujeres y hombres, viajaron en tiempos de caminos inseguros en los que eran muy frecuentes los asaltos de bandoleros, las posadas eran infames, la comida infecta, la higiene, un concepto desconocido", ha subrayado Bocos, destacando el inmenso valor necesario para emprender tales empresas.
Para Bocos, el viaje ha sido un pilar fundamental tanto en su vida personal como profesional. Ha recordado sus años como profesor universitario, cuando desconcertaba a sus alumnos con una máxima: "Para ser periodista, está bien que estéis aquí, pero no se necesita pasar por la facultad. Una buena biblioteca, muchos viajes y sentido común, le puede ayudar a uno a ser mejor narrador de historias, que en definitiva es lo que es el periodismo".
Actualmente, ya superada la edad de jubilación, Bocos sigue plenamente activo, escribiendo columnas para una veintena de periódicos, participando en tertulias televisivas y, por supuesto, publicando libros. Su secreto, ha confesado, lo tomó prestado de un filósofo inesperado: "Clint Eastwood. Leí una entrevista hace unos años que le preguntaban por su longevidad , porque tiene 95 años, y su secreto es no dejar entrar al viejo en casa". Una filosofía que aplica con disciplina: "Hay que seguir pedaleando, César. Si me paro, me caigo".
El libro, según su autor, está dirigido a "todo aquel que esté vivo, que sea capaz de apreciar que cada día se puede aprender algo". Porque, como él mismo concluye, "la vida es demasiado corta para ser pequeña. Y los viajes ensanchan el conocimiento y los libros de viajes te permiten vivir más vidas". Una invitación a descubrir, a través de sus páginas, un mundo que ya no existe pero cuyo legado de valentía y curiosidad sigue más vigente que nunca.