Dos vecinos de Sieteiglesias de Tormes, José Amores y Javier Santos, participan en el 'Chatarras Raid', un desafío que les llevará a recorrer Marruecos en un coche antiguo. La aventura combina la superación personal con una doble misión solidaria: entregar alimentos en España y material deportivo para niños en Marruecos.
La aventura a menudo nace de una conversación entre amigos y un propósito compartido. Para José Amores y Javier Santos, de Sieteiglesias de Tormes, esa chispa ha tomado la forma de un viejo coche rescatado del olvido y un mapa que apunta al corazón de Marruecos. Ambos se han embarcado en el Chatarras Raid, un desafío que combina la adrenalina del motor, la superación de imprevistos y, sobre todo, un profundo espíritu solidario que llevará el nombre de su pueblo salmantino a través del desierto.
La idea surgió como una forma de canalizar sus pasiones y, al mismo tiempo, dar visibilidad a las zonas rurales. José, mecánico de profesión, se ha encargado de la parte técnica, mientras que Javier ha gestionado la logística. Su objetivo trasciende la mera competición; buscan demostrar que "en pueblos pequeñitos de España también hay muy buenas ideas". Con el apoyo de empresas y vecinos de su comarca, han transformado esta aventura personal en un proyecto colectivo que representa el ingenio y la generosidad de su tierra.
El viaje no es solo un recorrido por paisajes exóticos, sino también una misión con dos vertientes solidarias. La primera parada estratégica tiene lugar antes incluso de cruzar el Estrecho, en Conil de la Frontera, donde realizan las verificaciones del vehículo. Allí colaboran con el banco de alimentos local entregando productos de primera necesidad. La segunda parte de su misión se desarrolla ya en suelo marroquí.
"Es un evento solidario en el cual colaboramos de dos formas", ha explicado Javier Santos. Una vez en Marruecos, durante la tercera etapa, entregan material deportivo a asociaciones locales. "Llevamos equipaciones deportivas para los niños de Marruecos y balones de fútbol", ha precisado, agradeciendo la colaboración de clubes de la provincia que han donado el material.
El Chatarras Raid es una prueba diferente a cualquier otra. Su filosofía se basa en la recuperación y el ingenio, en dar una segunda oportunidad a vehículos que estaban destinados al desguace. Se trata de una celebración de la mecánica clásica y la capacidad de superación, donde el compañerismo es tan importante como la propia conducción.
"El espíritu del ride es rescatar coches que vayan a ser ya para el desguace, decorarlos, ponerlos un poco al día para intentar hacer esas etapas", ha detallado José Amores. La verdadera aventura, según ha comentado, reside en afrontar los problemas diarios, reparar el coche sobre la marcha y ayudarse mutuamente entre los equipos para que todos puedan alcanzar la meta final en Marrakech.
Afrontar más de mil kilómetros por terrenos complicados con un coche antiguo requiere una preparación meticulosa. La organización exige que el vehículo esté plenamente operativo, con ITV y seguro en regla, pero también establece una serie de requisitos específicos para garantizar la seguridad y la autonomía de los participantes.
José, como responsable técnico, ha sido previsor. "Lo que nos piden es que el coche esté completamente operativo", ha afirmado, pero además ha añadido mejoras clave. "Intentar llevar neumáticos reforzados para evitar que pinche lo menos posible. Luego nos piden llevar un extintor como medida de seguridad, una eslinga para remolcarnos si quedamos en alguna arena atollados y un depósito de combustible extra". Además, viajan con una caja de herramientas básica y repuestos estratégicos como un radiador, correas, manguitos y fluidos, anticipándose a las posibles averías.
El desafío logístico es considerable. El raid consta de seis etapas que suman más de 1.000 kilómetros, partiendo de Tánger y finalizando en la icónica ciudad de Marrakech. Las jornadas varían en dureza y distancia, con tramos que oscilan entre los 200 y los 400 kilómetros. En esta tercera edición del evento participan cerca de 250 vehículos, que la organización ha dividido en cinco grupos para gestionar las salidas y evitar aglomeraciones.
El proyecto de José y Javier ha contado con un respaldo fundamental de su entorno. Además del Ayuntamiento de Sieteiglesias de Tormes, han recibido el apoyo de otras cuatro empresas vinculadas al pueblo y de dos equipos de fútbol locales, que han sido clave en la donación de material deportivo. Este patrocinio no solo financia la aventura, sino que refuerza el mensaje de que las iniciativas audaces también florecen lejos de las grandes ciudades.
Con el coche a punto y la ilusión intacta, estos dos salmantinos ya están listos para afrontar las dunas y los imprevistos del camino. Su participación en el Chatarras Raid es más que un viaje; es una declaración de principios sobre la amistad, la solidaridad y el orgullo de llevar el nombre de Sieteiglesias de Tormes hasta el corazón de Marruecos.