"Ser fuerte no significa no sentir dolor;
significa seguir adelante a pesar de él"
Paulo Coelho, El alquimista.
Llevo una temporada escuchando este término en sus diferentes acepciones. A modo de adjetivo, sustantivo o como núcleo principal de la frase o mensaje dirigido. Según la RAE, valiente hace referencia a la persona que tiene o muestra valor para emprender acciones arriesgadas o peligrosas.
En base a esta definición, encajaría mi persona más con el conjunto de antónimos que aparecen en ese mismo diccionario a pie de página (cobarde, pusilánime, miedoso, timorato) que con el propio significado de la palabra.
Pero es verdad que cuando una persona está pasando por una mala racha y parece que va remontando, saliendo a flote o superando baches, se la califica de valiente con todo el amor y cariño que el término conlleva y como muestra de afecto por parte de las personas que lo manifiestan. Se agradece, por supuesto, pero no estoy de acuerdo con el uso del mismo.
El individuo que lucha por salir adelante, por avanzar, por encontrarse mejor o por cambiar no es valiente, o igual sí en algunos momentos o instantes del proceso. Lo que es y demuestra es fortaleza y egoísmo. Sí. Es egoísta desde el punto más positivo del término. Y lo es porque su cuerpo y su alma lo necesitan . Es un acto casi fisiológico, por el cual la persona pone todo su esfuerzo en alcanzar el bienestar personal. Es supervivencia.
Esa necesidad de calma, de ausencia de dolor y de descanso lo hacen fuerte, capaz de todo. Incluso de llevar al cuerpo al límite, si es necesario. Pero no valeroso o intrépido. El individuo puede ser duro y aguantar, pero al mismo tiempo estar cagado de miedo y no querer arriesgar. He aquí la diferencia.
El enfermo que lucha no es valiente. Es tenaz. No quedándole otra que agarrarse a un clavo ardiendo y dejarse llevar por el arresto de los que tiene alrededor. Porque el que sí es valiente de verdad es el que está al lado del que sufre. El que en estado de pánico se mete hasta la cocina contigo para intentar apagar el fuego en el que te has sumergido. El que sabe que va a doler; al que le tiemblan las piernas pero aún así salta al vacío sin asomarse siquiera.
El valiente es el amigo que se queda, el hermano que llega, el compañero de vida que te sujeta.
El valiente es el hijo que te mira con ojos esperanzados y te dice «hoy estás mejor, mamá».
A todos los valientes, gracias.
A todos los fuertes y egoístas, ánimo.
Gloria Rocas