Muchos de los que se atreven a leer no se acuerdan del significado de la palabra “gañan”. No se lo voy a contar, le tocará descubrirlo. Vivimos tiempos en que la verdad es mentira y viceversa. Con lo que ya no sabemos ni lo que nos dicen. Es como pensar que la industria farmacéutica está interesada en ofrecernos productos que nos curen, cuando viven de que enfermemos. Los políticos lo mismo crean problemas para que creamos que los solucionan. Al final todo es humo.
El día que descubramos que el problema de la vivienda está agravado por millones de inmigrantes ilegales llegados en los últimos siete años, alguien legislará o buscará soluciones. La primera es implantar el respeto a la ley y al orden. Hay que enviarlos de vuelta, no son vulnerables, o aplicar la ley con todo rigor. Nos expolian para pagar un estado del bienestar del que hemos sido expulsados para beneficiar a una inmigración masiva, que no ha aportado nada a nuestra sociedad y que la destruye, una inmigración que copa la sanidad, la educación, la vivienda pública, los subsidios, las ayudas, que hace que bajen las pensiones y que el estado de nuestras calle y vías de comunicación se degraden hasta niveles insospechados.
Cada día vamos poniendo más clavos en nuestro ataúd. Se calcula que medio millón de profesores dejarían la enseñanza si tuvieran otra alternativa para vivir. Para ellos la profesión se está haciendo insoportable pues estamos llegando a situaciones como que alumnos de bachillerato no saben multiplicar y llegan a la universidad. No digamos de los que ni siquiera aprueban la ESO. Luego está lo de tolerar el bulling en las aulas.
El delinquir está claro que en este país no tiene consecuencias. Hasta los delincuentes confesos se les suelta al día siguiente o el mismo día. El gobierno de la gente está claro que cada día lo es menos. Cuando mandan que haya menos autónomos es un éxito de la economía, cuando no mandan es un fracaso. Los autónomos son los que crean empleo y generan riqueza pero parece que para ellos eso no importa.
Miguel de Unamuno afirmaba que “los separatismos sólo son resentimientos aldeanos. Hay que ver, por ejemplo, qué gentes enviaron a las Cortes. Aquel pobre Sabino Arana que yo conocí era un tontiloco. Maciá también lo era, acaso todavía más por ser menos discreto…”. Así las cosas los seguimos aguantando a día de hoy, y tienen en su mano la gobernabilidad y la ruina de los españoles.
Se ha oído en una cadena de televisión de que los huevos han subido porque se han puesto de moda. No se si son absolutamente discapacitados o si creen que lo es la audiencia, pero es una vergüenza. El consumo de huevos es proporcional al índice de pobreza del país. Pasear o sacar al balcón una bandera de España es fascista. Quejarte de la degradación de nuestras calles es ultra. Pedir que no suban impuestos como consecuencia de las políticas verdes es negacionismo. Pedir el control migratorio es racista. Pero si te callas en que te conviertes.
El cardenal Robert Sarah afirma que “el aborto es un crimen abominable, un insulto directo a Dios. Sin Dios en el centro, la civilización occidental se encamina a su autodestrucción”. Cada día somos testigos de despropósitos impensables, pero al día siguiente aparece otro que lo supera.
Mucha gente no se da cuenta. El dinero se puede ganar pero el tiempo de tu vida no se puede recuperar. Por eso los ricos lo tienen muy presente y compran lo único que no pueden fabricar tiempo. No nos engañemos el tiempo es lo más importante. Repostar un coche de gasolina cuesta un minuto y medio, uno eléctrico más de una hora y media. No digo más cada cual sabe lo que le cuesta tiempo y en que lo tira. Esperar que las cosas cambien sin hacer nada cuesta mucho tiempo y al final sólo te espera la ruina. Hay que recuperar Europa, no la de los de fuera sino la de los de dentro. Si votas a un gañan te gobierna un gañan al que aplauden una piara de gañanes.