La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) de Salamanca ha denunciado los graves retrasos, de hasta seis días, en la recogida de animales muertos en las explotaciones de la provincia. La organización agraria alerta del riesgo sanitario que esta situación genera en comarcas como Vitigudino, Ledesma y Guijuelo, y ha presentado una denuncia formal ante Agroseguro para exigir una solución urgente.
La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) de Salamanca vuelve a alzar la voz contra los graves incumplimientos en el servicio de retirada de animales muertos en las explotaciones de la provincia. La organización denuncia que la empresa concesionaria supera ampliamente el plazo legal de 48 horas, generando un considerable riesgo sanitario y malestar entre los profesionales del sector.
Según ha manifestado el secretario general de UPA en Salamanca, Carlos José Rodríguez Sánchez, la situación se ha vuelto insostenible. "Una vez más, tenemos que denunciar el incumplimiento por parte de la empresa responsable", ha señalado, extendiendo la responsabilidad a Agroseguro, entidad con la que los ganaderos contratan directamente este servicio esencial.
El problema, lejos de ser un hecho aislado, afecta a múltiples zonas de la provincia. La organización agraria ha recibido quejas de ganaderos en las comarcas de Vitigudino, Ledesma y el entorno de Guijuelo, lo que evidencia, según UPA, "una mala infraestructura de la empresa de recogida en nuestra provincia" y no un problema puntual en una ruta concreta.
La normativa establece que la retirada de los cadáveres debe producirse en un plazo máximo de 48 horas tras la comunicación por parte del ganadero. Sin embargo, UPA denuncia casos en los que los animales han permanecido en las explotaciones hasta seis días antes de ser recogidos, un plazo que "desde luego está más que incumplido".
Estos retrasos prolongados tienen consecuencias directas y graves. La principal es el "consecuente riesgo sanitario para animales y personas", derivado de la descomposición de los cadáveres al aire libre. Esta situación se agrava por la impotencia de los propios ganaderos, quienes son los más afectados.
La legislación actual les prohíbe enterrar a los animales, obligándoles a dejarlos en un lugar accesible de la explotación para los camiones de la empresa concesionaria. Esta circunstancia provoca, además, malos olores que generan quejas por parte de los vecinos, creando una situación de tensión de la que los ganaderos no son responsables.
Ante esta reiterada problemática, UPA Salamanca ha presentado la correspondiente denuncia ante los responsables de Agroseguro con el objetivo de que se corrija la situación de forma definitiva. La organización ha constatado que, tras presentar una queja concreta, los animales de esa explotación son retirados "ese mismo día por la tarde o a más tardar al día siguiente".
Sin embargo, sospechan que esta celeridad puntual se logra a costa de desatender otras zonas. "Imaginamos que con ese sayo desvisten a otro santo", ha apuntado Rodríguez Sánchez, una circunstancia que también ha sido puesta en conocimiento de Agroseguro para que exija a la empresa concesionaria una solución estructural.
Desde UPA se piden "soluciones urgentes para esta situación desagradable y peligrosa", instando a Agroseguro a tomar las medidas oportunas para garantizar que la empresa contratada cumpla con sus obligaciones y ofrezca un servicio eficaz y acorde a la normativa sanitaria vigente.