El acto, con gran fervor popular y la participación de niños del colegio Santa Isabel, marca el comienzo de ocho días de celebraciones, del 14 al 22 de octubre.
Fotografías: Estudio Digital Francisco Cañizal
La devoción teresiana ha vuelto a tomar las calles de Alba de Tormes. La imagen profesional de Santa Teresa de Jesús ha abandonado hoy la clausura del convento de la Anunciación para dar comienzo a los actos festivos y religiosos en su honor, que se extenderán durante los próximos ocho días. Un momento de gran fervor popular que marca el inicio de una de las celebraciones más esperadas en la villa ducal.
Fieles y vecinos se han congregado para recibir a la Santa, en un acto que ha contado con la participación especial de los niños del colegio Santa Isabel. La expectación era palpable en el ambiente mientras la imagen salía del convento para iniciar su tradicional recorrido por el corazón de Alba de Tormes, un evento que cada año refuerza el vínculo de la villa con su patrona.
El itinerario de la procesión ha llevado a la imagen de Santa Teresa por el recorrido tradicional de cada salida de clausura. La procesión ha alcanzado la Plaza Mayor y ha descendido por la calle Sánchez Rojas en su camino de regreso al templo.
Finalmente, la imagen ha vuelto a instalarse en el altar de la iglesia de la Anunciación, desde donde presidirá todos los actos litúrgicos programados. Este traslado simboliza el pistoletazo de salida para un intenso programa de celebraciones que combinan la fe y la tradición.
Con la imagen ya en su altar, Alba de Tormes se prepara para vivir ocho días de actos festivos y religiosos. El programa se desarrollará del 14 al 22 de octubre y ha comenzado con una misa solemne presidida por el padre Gustavo Prats. Durante estas jornadas, se espera que la devoción a la santa sea, como cada año, "trascendental", atrayendo a numerosos devotos y visitantes.
La villa ducal se sumerge así en sus fiestas patronales, un periodo en el que la figura de Santa Teresa de Jesús se convierte en el eje central, reafirmando una tradición que se mantiene viva a través de los siglos y que constituye una de las principales señas de identidad de Alba de Tormes.