Por el mar del Norte
viaja una sirena
de pelo muy largo
que se llama Elena.
Se encuentra delfines
y también ballenas.
Luego se despiden
con cara de pena.
Un día navegando
se encontró un pirata,
con pata de palo,
que iba en su fragata,
tocando las palmas,
¡vaya serenata!,
y quiso invitarla
a roscos de nata.
Pero la sirena,
que no tenía ganas,
le dijo que se iba
a Tegucigalpa,
a comer lentejas
y una ensalada
porque, dijo Elena,
me gusta estar sana.
Por el mar del Norte,
nada que te nada,
nada una sirena
que quiere estar sana.
Mercedes Sánchez
La fotografía es de José Amador Martín, a quien se la agradezco