El sindicato CSIF alerta que la extinción de incendios del verano, la dana, la situación de la sanidad, emergencias y la seguridad hacen mella en los empleados públicos; casi la mitad consume psicofármacos a diario
Con motivo del Día de la Salud Mental, que se celebra este 10 de octubre, la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) ha lanzado una seria advertencia sobre la "situación alarmante" que atraviesa la salud mental de los empleados públicos en España. El sindicato más representativo en las administraciones públicas señala que la extinción de incendios del pasado verano, la gestión de catástrofes como la DANA, y la presión en sectores como la sanidad o la seguridad están haciendo mella en los profesionales.
Un reciente estudio de CSIF revela datos preocupantes: el 76 por ciento de los trabajadores de ámbitos como la educación, sanidad, justicia o empresas públicas asegura que su salud se resiente por las condiciones laborales. De manera aún más alarmante, casi la mitad de ellos reconoce consumir prácticamente a diario psicofármacos como ansiolíticos, antidepresivos o somníferos para poder gestionar la sobrecarga y el estrés.
Entre los principales factores que desencadenan esta crisis se encuentran la sobrecarga de trabajo, las jornadas extensas, la falta de reconocimiento profesional, las dificultades para conciliar, la ausencia de desconexión digital y la exposición a situaciones de violencia o riesgo, todo ello agravado por una persistente falta de recursos humanos y materiales.
Este año, CSIF pone el foco en aquellos profesionales que han estado en primera línea durante las situaciones más críticas que ha vivido la sociedad española, como los equipos de extinción de incendios, los efectivos de emergencias durante la DANA, el personal sanitario, los funcionarios de prisiones o los docentes.
El sindicato denuncia que estos trabajadores "se sienten abandonados por el Gobierno y los responsables de las diferentes administraciones", con el sueldo congelado desde principios de año y una negociación colectiva mínima.
Durante el verano, CSIF ya denunció la precariedad laboral, los medios insuficientes y las condiciones adversas que enfrentan los bomberos y trabajadores de extinción. El sindicato destaca las jornadas de hasta 17 horas, los riesgos para la salud física como la deshidratación y, sobre todo, el severo impacto emocional y el estrés psicológico.
Según testimonios recabados por la organización, muchos profesionales sufren agotamiento mental, impotencia y frustración al no poder actuar eficazmente por problemas de gestión, coordinación o falta de medios. A esto se suman sueldos bajos, contratos precarios, vacantes sin cubrir y equipamientos deficientes que añaden una carga extra de incertidumbre y desgaste.
La catastrófica DANA del 29 de octubre de 2024 en la Comunidad Valenciana movilizó a más de 1.200 efectivos de emergencias. Centenares de policías locales y bomberos trabajaron sin descanso durante más de 36 horas seguidas en rescates y evacuaciones, dejando una "huella imborrable" en quienes se jugaron la vida.
Un año después, las secuelas psicológicas siguen presentes. Muchos de estos profesionales han necesitado bajas médicas por ansiedad, insomnio, estrés postraumático o agotamiento. Las lluvias torrenciales del pasado septiembre reavivaron los traumáticos recuerdos de la catástrofe. Por ello, CSIF Comunidad Valenciana exige un plan urgente de apoyo psicológico y refuerzo de personal para garantizar atención inmediata tras las emergencias y descansos reales.
CSIF subraya que la precariedad, la sobrecarga y las plantillas insuficientes están "destruyendo la salud mental" tanto en el sector público como en la empresa privada. El sindicato percibe una crisis sanitaria creciente, con un disparo de las bajas laborales y una sanidad pública colapsada, sin medios adecuados para atender la salud mental de la población.
"La salud mental no es un lujo, es una condición vital y para el trabajo digno; y el sufrimiento emocional no debe ser moneda de cambio de la productividad", afirma la organización.
Ante esta grave situación, el sindicato exige a las administraciones públicas y a las empresas un paquete de medidas concretas para proteger la salud mental de los trabajadores:
En este Día de la Salud Mental, CSIF concluye con un recordatorio contundente: "la salud mental también se trabaja, y su defensa empieza en los centros de trabajo, con políticas preventivas, recursos reales y un cambio cultural profundo".