LEPANTO. Este es el título del libro del escritor argentino Marcelo Gullo que estoy leyendo estos días, aprovechando el primer catarro de la temporada, No hay mal que por bien no venga, digo el quedarme en casa algunas horas más de lo normal.
Marcelo Gullo es un defensor de una relación fluida entre Iberoamérica, o Hispanoamérica, o Latinoamérica y España. Es mucho lo que tenemos en común en ambas orillas del Atlántico, por mucho que los indigenistas se empeñen en negarlo.
El subtítulo del libro, de la Editorial Espasa - Planeta por cierto, es “Cuando España salvó a Europa”, lo que hace sospechar, desde antes de abrirlo, que el libro es contracultural y políticamente incorrecto. De todas maneras, qué sea ideológicamente correcto o incorrecto es muy opinable y muy variable como consecuencia de la fuerza cultural de los poderosos, que se van turnando en las primeras filas de la opinión y en los últimos meses han cambiado un tanto.
No se debe negar nuestra historia. Nos guste más o menos, es lo que hay y lo que nos ha configurado y todavía nos configura. Y si derrotamos a los musulmanes otomanos haremos bien en intentar comprender tamaña hazaña, que tal vez nos ayude a reconciliarnos un poco con nuestra historia y a depurar los valores culturales y religiosos que movieron los corazones, los brazos, el valor y la serenidad de los protagonistas de aquella batalla.
Me llama la atención un recuerdo ya sabido: que el Capitán General de la escuadra cristiana, D. Juan de Austria, hijo bastardo del emperador Carlos Iº ó Vº, apenas contaba con 24 años de edad cuando venció al Imperio Otomano en Lepanto y unos meses antes había vencido también a los moriscos sublevados en Las Alpujarras.
Cuando leemos libros de Historia no podemos prescindir de nuestra ideología, pero los buenos libros de Historia ayudan mucho a obtener una visión más completa para comprendernos mejor a nosotros mismos.