El canterano habla de la jugada, la reacción del vestuario, su filosofía de trabajo y el próximo partido ante la Sarriana, con la incógnita del Helmántico
Hay momentos en el fútbol que desafían la lógica, instantes de pura improvisación que quedan grabados en la retina de los aficionados. El pasado fin de semana, Raúl Carrasco, joven talento del Salamanca UDS, protagonizó uno de ellos. Un gol de rabona, un recurso tan estético como inverosímil, no solo dio la victoria a su equipo, sino que lo catapultó al centro de todas las miradas. Pero detrás de la genialidad de un segundo, se esconde una historia de trabajo, paciencia y una mentalidad que él mismo ha desgranado en una entrevista en la que repasa desde la “euforia en estado puro” del gol hasta su visión sobre el futuro y su mensaje a la cantera.
El jugador blanquinegro se ha convertido en el hombre de la semana, y no es para menos. Su estado de forma es extraordinario, habiendo dado una asistencia clave a Tomi en el partido contra el Ourense y, ahora, marcando un gol decisivo. “Me encuentro muy bien, muy feliz, muy motivado”, ha confesado Carrasco. Sabía que la oportunidad llegaría y estaba preparado para exprimirla al máximo. “Yo sabía que el míster en algún momento me iba a dar la la oportunidad y que tenía que aprovecharla. Voy a seguir intentándolo, hacer lo mejor posible para el equipo, para que las cosas, siempre que me toque sumar, salgan lo mejor posible”.
Un centro al área que parecía no encontrar rematador y un balón que le quedó ligeramente atrás. Fue entonces cuando surgió la magia. “Es un centro de Carlos Parra, que Servetti no llega, Abraham tampoco, los defensas tampoco le dan yse me queda un poco así atrás”, ha relatado el propio protagonista. “Se me ocurrió así de manera improvisada, esos momentos que que te dejas llevar un poco, pegarla así de especie en tacón, rabona, y entró”.
Lo que siguió al gol fue una explosión de sentimientos incontenibles, una celebración visceral que reflejaba la importancia del momento. “La verdad que pasar, pasar, no se me pasó nada, solo sentía euforia, pasión, rabia, un un conjunto ahí de emociones”, ha descrito con sinceridad. Lo resume en una frase contundente: “euforia estado puro”. La reacción de sus compañeros no se hizo esperar, mezclando la incredulidad con el humor. “Alguno me dijo que era la primera vez en su vida que veía a alguien meter un gol de rabona”, ha comentado entre risas, añadiendo que le aconsejaron relajarse en las celebraciones: “que me iba a dar algo, vamos”. Incluso ha desvelado una anécdota con su compañero Mancebo, quien le dijo en tono de broma: “aprende a hacerlo, tienes que aprender a celebrar los goles”.
Lejos de dejarse llevar por el éxito momentáneo, Carrasco tiene los pies en la tierra. Sabe que estos momentos son el fruto del esfuerzo diario, una filosofía que le inculca su entrenador. “El míster siempre me pide que trabaje al 200 por 100, que que haga lo que sepa hacer y que y que trabaje, ¿no? Que no va a haber ningún esfuerzo, que siempre dé el máximo”, ha explicado. Esa es la clave: darlo todo y no complicarse, manteniendo su propio estilo. El resultado es la recompensa al trabajo bien hecho.
Este éxito individual se enmarca en un contexto colectivo muy positivo. El vestuario del Salamanca UDS es una piña, un factor fundamental para el buen rendimiento del equipo. “Es un ambiente muy sano, ¿no? Muy positivo. Hemos formado un grupo muy muy bonito, estamos formando una familia día a día”, ha asegurado el canterano. Esta unión es la base sobre la que se construyen las victorias y se superan los momentos difíciles.
Con la euforia del gol ya reposada, la mente está puesta en el próximo rival, la Sarriana. Carrasco ha lanzado un aviso claro contra cualquier tipo de relajación. “La Sarriana es un equipo que que juega muy bien al balón, y es un partido muy complicado”, ha advertido. En esta categoría, no hay tregua. “Prácticamente todos los partidos de esta categoría son muy complicados, no hay ningún rival que parezca muy fácil”. El recuerdo del competido encuentro contra el colista, el Sámano, sirve como lección.
Sobre su posible titularidad, se ha mostrado cauto y respetuoso: “Yo voy a trabajar para ello, luego ya al final la decisión es del míster”. Mientras tanto, el equipo también está pendiente de una decisión extradeportiva: el estado del césped del Helmántico. Una inspección del ayuntamiento determinará si el partido se podrá jugar en el estadio o en Las pistas anexas. “De lo que yo tengo entendido, mañana se se se decide”, ha comentado, ofreciendo su propia estimación: “un 80 por 100 estadio, 20 por 100 Pistas, pero luego ya puede pasar cualquier cosa”.
Finalmente, como canterano que ha logrado derribar la puerta del primer equipo, Raúl Carrasco no ha querido olvidarse de los jóvenes que vienen por detrás. Su mensaje es una lección de madurez y realismo. “Que sigan esforzándose y que no sean impacientes, ¿no? Cada uno tiene sus sus ritmos en en la vida”, ha aconsejado. Ha puesto como ejemplo que otros debutaron antes que él, pero cada carrera sigue su propio camino.
Su consejo final es una declaración de principios que resume su propia trayectoria: “Cada uno tiene su proceso, que sigan trabajando, que sigan esforzándose, que sean pacientes, que al final el que se esfuerza y trabaja, pues tiene su recompensa. Que no se apresuren a querer todo ya”. Es la voz de la experiencia de quien, a base de trabajo y un toque de genialidad, se ha convertido en el héroe del Salamanca UDS.