Ver galería


COMARCA
Actualizado 05/10/2025 02:45:56
Adrián Martín

Alba de Yeltes labra su cantera y cultiva la afición taurina entre los más jóvenes

El Campo Charro no se entiende sin su raíz taurina. En estas tierras, la bravura del toro y el valor del mozo y la moza forman parte de una misma tradición que se transmite como un legado, generación tras generación. No hay festejo popular que no incluya el sonido de los cencerros, el correr vibrante de las reses por las calles ni los ecos de la emoción que envuelve a un pueblo entero.

Con ese espíritu, el Ayuntamiento de Alba de Yeltes quiso este año sembrar la semilla de la afición entre los más pequeños del lugar, organizando un singular encierro de minibueyes que convirtió la mañana del sábado en una fiesta menuda y entusiasta.

Entre risas, carreras y algún que otro gesto de temor, los niños descubrieron la emoción de medir distancias con los pequeños astados, bajo la mirada vigilante —y la mano protectora— de padres y madres que, a su vez, revivían en sus hijos los recuerdos de sus propias primeras carreras.

Las calles del pueblo se llenaron de vida con los siete ejemplares de ganado joven propiedad de los locales Toni y Raúl, que recorrieron varias veces el trazado mientras una multitud de infantes se animaba a seguirlos. Fue un encierro sin peligro, pero no exento de emoción: la mirada de los niños, entre el asombro y el valor, daba buena cuenta de ello.

Antes de esta cita, los más pequeños disfrutaron también de juegos populares y bailes infantiles en la Plaza del Pueblo, en una mañana que combinó tradición, inocencia y alegría colectiva.

La fabulosa tarde sabatina mantuvo el pulso taurino, aunque esta vez reservado a los más valientes y experimentados. Tres vaquillas y un novillo de la ganadería de Fernando Madrazo —donados en parte por el propio ganadero— pusieron la nota de bravura en una capea que congregó a numerosos aficionados.

Tras las suertes y carreras, la música tomó el relevo con una animada charanga patrocinada por el Bar Nilo, que llenó de ritmo las calles hasta entrada la noche. Y cuando el sol se ocultó tras las encinas, una verbena prolongó la alegría hasta altas horas de la madrugada, confirmando que en Alba de Yeltes la fiesta, como la afición, se vive de corazón.

El domingo, los vecinos —los “albinos”, como se les conoce cariñosamente— pondrán el broche final a las celebraciones en torno a una comida popular, ocasión perfecta para compartir mesa, recuerdos y brindis con amigos y forasteros.

Porque en Alba de Yeltes, como en todo el Campo Charro, la fiesta es mucho más que un programa de actos: es una manera de ser, una tradición viva que se renueva cada año al calor de su gente.

Leer comentarios
  1. >SALAMANCArtv AL DÍA - Noticias de Salamanca
  2. >Comarca
  3. >Alba de Yeltes labra su cantera y cultiva la afición taurina entre los más jóvenes