El portero muestra su confianza en el nuevo técnico, Mario Simón, y apela al "plus extra" que aporta la afición en el Reina Sofía para revertir la situación en los dos próximos partidos en casa
El vestuario de Unionistas de Salamanca vive una dualidad. Por un lado, la crudeza de la clasificación tras un inicio de liga con pocos puntos; por otro, la confianza interna en que la situación es reversible. En una entrevista para SALAMANCArtv AL DÍA, el guardameta Unai Marino ha puesto voz a ese sentir, desgranando las causas del bache y, sobre todo, la receta para superarlo: autocrítica, trabajo y el calor del Reina Sofía.
Pese a la escasez de puntos, el portero ha asegurado que el ambiente en el equipo es positivo. “El ambiente que tenemos en el vestuario es bueno, estamos confiados en que la dinámica que llevamos ahora va a cambiar seguramente muy pronto”, ha afirmado Marino.
Al buscar la causa principal de la mala racha, Unai Marino ha descartado la inferioridad deportiva frente a sus rivales. El problema, ha insistido, radica en la concentración y en fallos concretos que han costado muy caros. “Nadie nos ha superado en fútbol, nadie nos ha superado en 90 minutos que digas, la sensación de joder, estos son superiores”, ha explicado con rotundidad. Sin embargo, ha admitido que los detalles están marcando la diferencia en este arranque de temporada.
“Sí que es verdad que los errores en este inicio, nos están marcando. Somos conscientes de ello y, a lo mejor, pues sí, nos están castigando demasiado”, ha reflexionado el guardameta.
En este contexto de necesidad, la figura del nuevo entrenador, Mario Simón, ha emergido como un pilar fundamental para la moral del grupo. Marino ha revelado que el técnico ha transmitido un mensaje de calma y apoyo incondicional a la plantilla, algo que los jugadores agradecen profundamente en momentos de duda.
Según el portero, el entrenador les pide algo tan simple como esencial: “Que seamos nosotros mismos, que al final confía mucho en la plantilla, que valemos para estar en Unionistas, que valemos para esta categoría”. Este respaldo, ha añadido, es crucial para liberar a los futbolistas de una presión excesiva. “Nos da confianza, nos da tranquilidad, y al final eso para un jugador es de agradecer”, ha subrayado.
Más allá del análisis colectivo, Unai Marino no ha eludido su responsabilidad individual. Con honestidad, ha reconocido que su rendimiento personal en las primeras jornadas no ha alcanzado el nivel que él mismo se exige. “Soy muy autocrítico conmigo mismo, soy consciente de que me ha costado un poquito más de lo que yo esperaba”, ha confesado.
Lejos de buscar pretextos, el portero ha marcado un punto de inflexión. Considera que el tiempo de aclimatación ha terminado y que es el momento de demostrar su verdadero nivel. “Todo tiene un período de adaptación, pero ya el período ese tiene que pasar y sí que se tiene que ver otra cosa”, ha sentenciado con determinación.
El calendario ofrece ahora a Unionistas una oportunidad de oro para revertir la dinámica: dos partidos consecutivos en casa, primero contra el Celta B y después contra el Mérida. El equipo se aferra al factor campo y al apoyo de su afición como el impulso definitivo que necesitan.
“Con nuestra afición en el Reina Sofía es otra cosa totalmente diferente. Nos sentimos, sinceramente, uno más en el terreno de juego”, ha destacado Marino. Aunque es consciente de la dificultad de ambos encuentros, el objetivo es claro: empezar a sumar de tres en tres. Sin embargo, ha advertido contra el peligro de una presión desmedida: “No tenemos que pensar ahora que vienen dos partidos y tenemos que ganar los dos, no meternos esa presión”.
Finalmente, el guardameta ha enviado un mensaje directo y contundente a la afición blanquinegra de cara al crucial choque contra el filial celeste. “Sabemos que ellos se van a dejar el alma en la grada como cada finde, y que nosotros, pues, vamos a sudar sangre para intentar conseguir los 3 puntos”, ha prometido.