Se proponen diversas rutas de senderismo, como el Camino de Hierro o los senderos de La Alberca, junto con la posibilidad de practicar el micoturismo en parques regulados como el de las Sierras de Francia y Béjar
Con la llegada del primer fin de semana del otoño, la provincia de Salamanca se presenta como un destino ideal para disfrutar de la naturaleza en su máximo esplendor. Cuando la lluvia lo permite, los paisajes charros ofrecen una oportunidad única para conectar con el entorno a través de actividades como el senderismo o la micología, aprovechando la tranquilidad de la estación, el característico olor a hojas secas y la práctica de deporte al aire libre.
La web especializada Salamanca Emoción recopila una serie de planes que permiten descubrir la riqueza natural e histórica de la provincia. Las Sierras de Francia, Béjar o Quilamas se convierten en escenarios privilegiados, con recorridos que atraviesan municipios emblemáticos como La Alberca o Mogarraz, donde la historia local enriquece la experiencia del visitante.
Para aquellos que buscan calzarse las botas y explorar los senderos, se destacan varias rutas de diversa índole y dificultad, perfectas para esta época del año:
Un recorrido circular de unos 9 kilómetros sin apenas dificultad que ayuda a conocer el paisaje que rodea a La Alberca, considerado uno de los pueblos más bonitos de España. Realizar esta ruta en otoño tiene la ventaja de evitar la gran cantidad de mosquitos presentes cuando hace más calor.
Con casi 11 kilómetros de longitud, esta ruta es apta para todos los miembros de la familia debido a su baja dificultad. El sendero discurre entre robles, castaños y madroños, acompañado por el murmullo de un arroyo, ofreciendo un entorno perfecto para la evasión y la desconexión.
Situada al sur de la provincia, en la comarca de Béjar, esta opción ofrece uno de los paisajes otoñales más fascinantes de Salamanca. Los senderos que conectan ambos municipios están rodeados de castaños, creando una estampa idílica y representativa de la estación.
Una experiencia única de 17 kilómetros que requiere unas seis horas para ser completada. El trazado va desde La Fregeneda hasta el muelle fluvial de Vega de Terrón, discurriendo por un tramo de línea férrea cerrada al tráfico. Recientemente reacondicionada y reabierta, es una ruta muy recomendable para realizar, al menos, una vez en la vida.
Además del senderismo, el otoño es la temporada por excelencia para el micoturismo. La provincia de Salamanca ofrece a los amantes de esta práctica dos territorios de referencia que disponen de un sello que les identifica por su gran riqueza micológica y, a la vez, como espacios regulados para proteger la recolección de las diferentes especies.
Estos dos enclaves destacados son:
En estos territorios, la Diputación de Salamanca está impulsando una red de senderos micológicos que permiten al viajero disfrutar y conocer en toda su expresión el reino natural de los hongos. Estos caminos no solo se adentran en la naturaleza, sino que también transcurren por paisajes singulares que conectan pequeños pueblos llenos de encanto, muchos de los cuales conservan un extraordinario patrimonio histórico y etnográfico, enriqueciendo aún más la experiencia.