OPINIóN
Actualizado 23/09/2025 09:36:39
Alberto San Segundo

Jonathan Coe, el escritor británico autor de Bournville, ha contado en alguna entrevista la génesis -muy emotiva y conmovedora- de su libro. Cuando tras la pandemia, en junio de 2020, se fueron suavizando las restricciones del confinamiento y pudo acercarse a la casa de su madre en Bromsgrove, un distrito de Birmingham, después de tres meses sin verla, lo primero que hizo la anciana señora -ochenta y seis años- fue darle una pequeña barra de chocolate Cadbury como hacía todos los días cuando, de niño, él llegaba a casa del colegio.

Sentados en el jardín, madre e hijo recuerdan la infancia del escritor a propósito de una novela sobre la que está trabajando. A las pocas horas, ya de vuelta en Londres, Jonathan recibe una llamada de uno de sus hermanos diciéndole que su madre se encontraba mal, aunque no había podido verla porque a causa de las restricciones debidas a la epidemia no se le permitió acceder a la casa. Esa misma noche, Janet Coe moriría, sola, por un aneurisma, una bomba de relojería con la que convivía desde hacía años, complicado por el virus.

La novela que el escritor estaba planeando, en la que pensaba recorrer la sociedad inglesa desde 1945 hasta el momento actual, tomó una dimensión distinta, marcado ahora ese presente y fijado ya para siempre en la fecha de fallecimiento de su madre. Cuando, tiempo después, la familia empezó a limpiar y organizar la casa de la anciana, encontraron cajas llenas de diarios de los años 40 y 50.

Ello, el impacto de su muerte y el hallazgo del material, modificó en parte su plan original que reconvirtió en un proyecto de contar la vida de su progenitora -“ficcionalizada” en el personaje de Mary Lamb- en paralelo a la historia de Gran Bretaña durante los últimos setenta y cinco años, en un enfoque dual no demasiado distante de las pautas habituales de sus libros, que entrelazan con brillantez ambas dimensiones, la íntima/personal y la histórica/política. En la Nota del autor que aparece en el colofón del libro, Coe confiesa este carácter autobiográfico de su obra: Aunque Bournville es una novela -afirma- y una obra de ficción, el personaje de Mary Lamb está fundamentalmente basado en mi difunta madre, Janet Coe. Sin embargo, cualquier conexión con mi propia historia familiar se acaba ahí.

La “trama” de Bournville, que abarca la intensa vida de los muchos miembros de tres generaciones de la familia de Mary, se abre con un prólogo ubicado en Alemania en marzo de 2020, en esos momentos en los que se desatan las primeras oleadas de pánico por el coronavirus. Lorna Simes, una muchacha con una incipiente carrera musical, se encuentra en Viena, en la primera etapa de una gira que incluye varios conciertos en Alemania. La última actuación prevista, que debía tener lugar en Leipzig, será suspendida como consecuencia de la generalizada eclosión del virus. Desde allí, en una de las múltiples llamadas por Skype que Lorna mantiene a diario con su anciana abuela Mary, ésta recuerda al abuelo de su marido -tatarabuelo de la chica, pues-, Carl Schmidt, del que hasta entonces la joven no había oído hablar y que, al parecer, era originario de esa ciudad alemana.

Abandonando a Lorna con los complicados trámites de su vuelta a Inglaterra en las difíciles circunstancias del momento, Coe nos muestra ahora a la anciana tras la videoconferencia, acompañada de uno de sus hijos, Peter, y explorando sus difusos recuerdos del difunto abuelo de su marido, un hombre que había llegado a Birmingham en misteriosas circunstancias en la década de 1890 y había sobrevivido allí a dos guerras mundiales. ¿Cuándo lo conociste?, le pregunta Peter, interesado por una historia que él también ignora:

–Bueno, de eso sí me acuerdo, claro.

–¿Y cuándo fue?

–Al final de la guerra.

–¿Sobre el 44 o el 45 entonces?

–No, no. Me refiero al final de verdad. –Le dio un cuidadoso sorbo a su té, que seguía caliente–. Justo cuando se acabó todo –dijo–. El Día de la Victoria y todo ese rollo.

Desde ese episodio inicial, Coe va dando cuenta al lector de las vicisitudes de la vida de Mary y de su familia, imbricando sus andanzas, peripecias, circunstancias y episodios (nacimientos, muertes, amores, desengaños, distanciamientos) con siete momentos trascendentales, de importante valor simbólico, de la historia reciente de la nación británica, plasmados en acontecimientos y fechas en torno a los cuales se articulan los distintos capítulos de la novela: el mencionado Día de la Victoria en 1945, la coronación de la reina Isabel II en 1953, la final de la Copa del Mundo de fútbol del 66, la investidura de Carlos como príncipe de Gales en 1969, su boda con Diana Spencer en 1989, el funeral de lady Di, tras su accidente mortal, en el 1997, y por fin el septuagésimo quinto aniversario, el 8 de mayo de 2020, de aquel Día de la Victoria en Europa en el que se inició la historia.

Por entre el discurso narrativo más o menos convencional, siguiendo la línea de tiempo que marcan los siete acontecimientos relevantes de la historia personal, familiar y social, al relato se incorporan de continuo, en una opción estilística muy original, textos, documentos y escritos varios, de géneros, formatos, estructura, orígenes y configuración muy diversos: fragmentos de diarios, trascripciones de discursos y locuciones radiofónicas, incisos con pensamientos íntimos de los personajes que se superponen a las acciones externas que están llevando a cabo, poemas, capítulos que siguen los movimientos de una pieza musical, informes de Comités europeos, programas de conciertos, alocuciones políticas, palabras de la Reina, transcripción de normas jurídicas, el texto escrito por Peter en el que relata la muerte de su madre (que coincide con la de la madre del escritor). Y además, en todo ello, impregnando el texto entero, el habitual sentido del humor del británico.

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Jonathan Coe. Bournville. Editorial Anagrama. Barcelona, 2024. Traducción de Javier Lacruz. 432 páginas. 21.90 euros

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