La idea se ha originado en el histórico barrio de Santana
En Macotera, donde la tradición también se hila con las manos de quienes nunca han dejado de creer en el valor de lo comunitario, ha nacido una iniciativa entrañable y cargada de simbolismo: el primer gran árbol de Navidad de ganchillo, impulsado desde el histórico barrio de Santana.
Lo que empezó como una conversación entre vecinas ha terminado convirtiéndose en un verdadero movimiento vecinal, intergeneracional y transfronterizo (porque hay manos trabajando desde Londres, Vigo, Madrid, Bilbao, Salamanca, Peñaranda o Valladolid). Todas unidas por el amor al pueblo y, especialmente, al espíritu alegre y participativo del barrio.
La idea surgió de manera natural. “Llevamos años adornando el barrio en Navidad”, cuentan las impulsoras, vecinas del barrio que aún recuerdan cómo las mujeres mayores, con la sabiduría de otros tiempos, engalanaban con estrellas y cadenetas hechas con briks de leche los setos del antiguo jardín frente a la biblioteca.
Este año, en vez de una rama como las de los últimos tiempos, surgió la idea de crear algo duradero: un gran árbol de ganchillo, inspirado en los que ya se ven en otros puntos de España. Un símbolo que no solo adorne, sino que rinda homenaje a las mujeres de antaño: las que tejían, las que se sentaban “a la obrigada de la mampara”, como se decía antes, compartiendo vida y conversación en la calle, como se ha hecho siempre en Macotera.
Todo arrancó oficialmente en verano, durante la Sanrocada, cuando las promotoras buscaron a un herrero local —también del barrio— para diseñar la estructura metálica. Con presupuesto modesto y mucha ilusión, dieron luz verde al proyecto. “Empezamos tres mujeres, lo anunciamos en la página de Facebook del barrio, y poco a poco se fue sumando más gente. Algunas viven fuera, pero no dudaron en aportar su granito de lana. Y vecinas que no son del barrio también se han entregado a la causa y estan ilusionadas como nosotras en la creación de estas piezas de ganchillo".
El proyecto ha ido creciendo. Se están reutilizando tejidos donados por vecinas ya fallecidas, aquellos mismos que un día decoraron los árboles del jardín que lleva al camino de la depuradora. Otros han aportado apoyo económico para la estructura y las luces. “Desde Londres también nos han enviado ayuda —dicen entre risas—, que tenemos santaneras por todo el mundo”.
Vecinas de todas partes —Toledo, Madrid, Bilbao, Alba de Tormes, Salamanca— están enviando piezas tejidas y mensajes de apoyo. “Cada día alguien más se presta a ayudar: en la confección, en el transporte, en el montaje… Es emocionante”.
Como buenas organizadoras, antes de empezar, las vecinas fueron al Ayuntamiento a solicitar el permiso oficial, que ya ha sido concedido. Así, este árbol de ganchillo dará la bienvenida a la Navidad en Macotera de forma visible y oficial.
Si bien este año es probable que el árbol no esté completo, lucirá con las piezas que ya se han tejido y con una iluminación especial que lo hará brillar desde el corazón de Santana. Pero el objetivo es más ambicioso: "seguir tejiendo durante los próximos meses para tener un gran árbol que cada Navidad nos recuerde de dónde venimos, quiénes somos, y por qué merece la pena seguir construyendo comunidad".
“Este árbol es mucho más que un adorno navideño: es un homenaje a nuestras mujeres, a la vida en el barrio, a la tradición de sentarse a la puerta de casa a charlar con la vecina”, dicen emocionadas.
Y así, entre agujas, madejas y recuerdos, Macotera va tejiendo su propia Navidad, con el calor de un barrio que no olvida ni a sus raíces ni a sus gentes. Porque en Santana, como en todo el pueblo, la Navidad se hace a mano… y con el corazón.