El cartel era una constelación de lujo: los codiciados toros de Garcigrande, la ganadería más demandada del campo bravo que encima volvió a cumplir con nota con un buen encierro en el que destacó el bravísimo cuarto 'Buenasuerte' que logró el indulto y el efecto del peruano, que nunca falla, aunque en La Glorieta no tuvo su tarde
El murmullo era distinto. Una hora antes de que el clarín sonara, los aledaños de La Glorieta ya respiraban un aire de tarde de figuras, un runrún de expectación que las dos jornadas previas no habían conseguido despertar. Era el llamado Efecto Roca, ese magnetismo casi infalible del torero peruano que moviliza a las masas y que hoy, en la tercera de abono, se sentía en cada conversación. Sin embargo, la ola no rompió con la fuerza esperada en la orilla de la taquilla, ni tampoco luego sus dos actuaciones en el ruedo. A pesar del ambiente festivo y de una entrada notablemente superior, el anhelado cartel de 'No Hay Billetes' no llegó a colgarse. No es un tema de falta de afición, es un tema de cartera. ¡Ay los precios!
El cartel era una constelación de lujo: los codiciados toros de Garcigrande, la ganadería más demandada del campo bravo que encima volvió a cumplir con nota con un buen encierro en el que destacó el bravísimo cuarto 'Buenasuerte' que logró el indulto tras un faenón de Emilio de Justo. La terna era de relumbrón y no falló, porque no solo era el ciclón Roca Rey, fue también la maestría contrastada de Emilio de Justo y el esperado debut del súperclase Juan Ortega que llegó más de 35 minutos antes y quiso palpar el ambiente durante más de 15 minutos haciéndose fotos con todo el que quiso. Y ni el alcalde, Carlos García Carbayo, quiso perderse la cita.
Hubo ambientazo en el Patio de Cuadrillas. Llegó a ese rincón de La Glorieta la fiebre de los 'Taurocromos' y se vieron varios niños preparados para las firmas y los intercambios. La tarde acogió a rostros conocidos en La Glorieta como el caso del ex futbolista Bernd Schuster, que hasta el momento no se le había visto. Compartió callejón con el matador de toros salmantino Javier Valverde y la novillera Raquel Martín que repitió ubicación.
En el callejón también Justo Hernández junto a su hijo, siempre leal al padre que compartieron tarde con Chopera padre e hijo y Antonio Barrera. También en el callejón se vio al periodista David Montero, que reaparece cada Feria y al queridísimo Silvestre Sánchez Sierra.
Detrás, en el 8, el empresario Gonzalo Sendín y una fila más atrás, Julio López Revuelta, director de Comunicación de la Junta de Castilla y León, que compartió la tarde con su madre. Fue un tendido concurrido donde también se vio al prior de los carmelitas de Alba de Tormes, Miguel Ángel González, junto a Majeroni, ganadera de Castillejo de Huebra; también Felix, el ganadero de Sánchez y Sánchez y su mujer; José Enrique Fraile junto a su esposa o Julio Pérez Tabernero, ganadero de Pilar Población y más ganaderos en el tendido, ya que también ocupó su localidad Alberto García de Orive junto a su mujer Rosa y su hija Julia.
En el 1, matadores de toros salmantinos apoyando la tarde rodeados de sus familias como Juan del Álamo con su mujer e hijo, o Antonio Grande que de nuevo se dejó ver en los tendidos. Hubo muchos aficionados buenos, jóvenes y mayores. Veteranos y niños. El efecto Roca siempre es palpable y que sea así durante muchos años. Hasta el viernes toca esperar, y rezando para que llegue la confirmación de que viene Morante. Así sea.