Tarde autoritaria de Ismael Martín, que en total corta tres orejas, dando una gran dimensión frente a su primero. Voluntad sin premio para un Damián Castaño que cayó herido. Valor de San Román frente a una corrida decepcionante de Vellosino.
La primera corrida de toros del serial tuvo un indiscutible protagonista, Ismael Martín. El de Cantalpino llegaba a La Glorieta con la vitola de revalidar el sonado triunfo del año pasado y no solo lo igualó en lo numérico sino que también lo superó, con creces, en el poso y en la madurez con la que hizo todo durante la tarde. Rotundo Ismael Martín, que se erigió como el triunfador de un festejo de casi tres horas de duración (otra vez como ayer) en el que cayó herido un Damián Castaño que fue todo voluntad y disposición y en el que el ‘discutido’ Diego San Román trató de agradar al respetable a base de valor y entrega ante una corrida de Vellosino impecablemente presentada pero de escaso juego a excepción del buen tercero, al que desorejó Ismael Martín.
Sabido es por todos los aficionados el despliegue de facultades de un Ismael Martín al que se le ha encasillado como un torero espectacular y que conecta con el público, pero oigan, que también sabe torear muy bien. Para muestra, un botón. Su faena al tercero de Vellosino fue un canto al temple y la hondura. Todo lo hizo con extrema suavidad y dulzura Martín en la faena de muleta. Las series de naturales fueron a cámara lenta, con ‘Gincanillo’ tomando los vuelos de la muleta con mucha clase y embistiendo muy despacio. Hubo reunión, estética, emoción y muchísimo temple en todo lo que de manera muy inteligente hizo el torero salmantino, que tras unas bernardinas finales cobró un estoconazo que fulminó al de Vellosino en segundos. Las dos orejas, de ley.
Con anterioridad a esa gran obra, el salmantino había puesto la plaza boca abajo después de manejar con vistosidad el capote y un tercio de banderillas cumbre en el que clavó dos pares de poder a poder y uno tercero en la suerte de la moviola. Frente al sexto repitió patrón Ismael Martín en el tercio de banderillas, sobrado de facultades. La faena de muleta frente a ‘Inclusero’, que fue recibido con una ovación por su espectacular cornamenta, fue de registros diferentes a la del primero de su lote. En esta ocasión tuvo que tirar Ismael Martín de la técnica en vez de la estética para domeñar la desclasada embestida del astado de Vellosino. Poco a poco fue limando asperezas el de Cantalpino para terminar toreando con limpieza en un par de tandas cuando la tarde ya pesaba como una losa sobre los aficionados. El final en cercanías otro derroche de facultades. La espada viajó certera en el segundo intento y el público le premió con una oreja un tanto benévola pero que no resta ningún mérito a una tarde en plenitud. Toca todos los palos el charro, y todos bien. ¡Qué torero!
Abrió plaza Damián Castaño frente a un noble toro de Vellosino que apareció con un pitón escobillado y que apenas llegó con ánimo de embestir a la faena de muleta. Lo intentó el salmantino, siempre a media altura para ayudar al animal, pero aquello no tomó vuelo. Al natural, de forma aislada, llegaron los pasajes más destacados. En el cuarto se fue a portagayola Castaño, librándose de la cornada de milagro. El de Vellosino, imponente y con 659 kilos en su aparato, salió como un tren y al torero no le quedó otra opción que echarse al suelo. En el trance fue pisoteado Castaño, que a partir de ahí manifestó una visible cojera. La faena de muleta fue un quiero y no puedo tanto del torero como del toro. Esfuerzo titánico del salmantino, que fue ovacionado por su entrega.
Diego San Román llegó a Salamanca muy cuestionado por la afición y el mexicano trató de justificarse a base de valor y entrega frente a un lote al que le faltó emoción para que su más que digna labor tuviese mayor recompensa. En el segundo tragó ante embestidas inciertas y en el quinto tiró de recursos para tratar de alzar el vuelo a una faena dispuesta pero sin eco en el tendido. En cercanías se movió como pez en el agua San Román pero los de Vellosino, tremendamente ofensivos, fueron todo fachada.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de La Glorieta (Salamanca). Segunda de abono. Un tercio de entrada en tarde soleada. Toros de Vellosino, de excelente presentación, con volumen y serios. El primero noble pero justo de fuerzas. El segundo, deslucido. El tercero, bueno, ovacionado en el arrastre. El cuarto, soso y sin fuelle. El quinto, con poca transmisión. El sexto, desclasado.
Damián Castaño, de blanco y plata: ovación y ovación
Diego San Román, de blanco y oro: saludos tras aviso en ambos
Ismael Martín, de sangre de toro y oro: dos orejas y oreja tras aviso
Templado saludo de capote de Damián Castaño al primero de Vellosino, que colocó bien la cara en los vuelos del capote. Galleó por chicuelinas el charro para ponerlo al caballo montado por Adrián Majada, donde perdió las manos 'Figuronito'. Blandeó también en banderillas el astado, que quiso más de lo que pudo. El comienzo de faena de Damián Castaño fue por alto, tratando de ayudar al de Vellosino. Asentado el salmantino, dando distancia al animal, toreando a media altura para no quebrantarlo en tandas breves de muletazos. A esa altura protestaba el de Vellosino, que siempre quiso coger los vuelos pero su escasez de fuerzas le impedía hacerlo con clase. Al natural robó Damián algún muletazo de buen corte en series de escaso eco en el tendido dentro de una labor en la que nunca llegó a bajarle la mano. Se le coló de forma estrepitosa el de Vellosino cuando toreaba Castaño a pies juntos sobre la mano izquierda. Mató mal y saludó una cariñosa ovación.
Salió de chiqueros el segundo con el pitón izquierdo totalmente partido por la cepa, por lo que fue inmediatamente devuelto. Diego San Román corrió turno y saltó al ruedo el segundo de su lote. Muy serio, hondo y con cuajo el de Vellosino, aplaudido de salida por su presencia. Con un farol de rodillas saludó Diego San Román al astado, que en el segundo lance a punto estuvo de prenderlo contra las tablas. En ese momento se acabó el lucimiento con el percal del mexicano. Apretó el de Vellosino en un largo y emocionante puyazo a cargo de Pedro Manuel Muñoz, que fue derribado, y del que el animal salió sangrando en abundancia. Bien David Blázquez con las banderillas. Al público brindó Diego San Román, que fue un mar de dudas en el comienzo de faena. Tras dos series de mucho valor pero deslavazadas con la mano derecha, se la echó a la izquierda el mexicano para robar algún muletazo aislado con buen aire. Cuando se asentó y templó San Román respondió el de Vellosino con calidad en dos series por el pitón derecho. Le faltó recorrido a 'Vigarro', que también acusó el excesivo castigo en el caballo de picar. Acortó distancias San Román en un epílogo voluntarioso y valiente pero sin lucimiento ya que el astado estuvo más pendiente de rajarse que de embestir. Mató de estocada tendida y dos descabellos. Saludó una ovación tras aviso.
Con una larga cambiada recibió a Ismael Martín al tercero, muy ofensivo de pitones. Corretón y sin encelarse en el capote el de Vellosino, que no permitió al charro más que una media muy torera. Tras el encuentro con el caballo de picar se gustó Ismael Martín en un quite con el capote a la espalda. Puso la plaza en pie el salmantino tras un tercio de banderillas sobresaliente, clavando dos pares de poder a poder y el último en la suerte de la moviola, tras el que paró al toro de Vellosino corriendo con él hacia atrás. La plaza en pie. Brindó al ganadero Pepe Valrubio antes de un comienzo con un farol de rodillas y varios doblones para sacarlo a los medios. Le dió distancia el salmantino en una primera serie con la mano derecha para aprovechar la inercia en el viaje del astado. Templadísimo y encajado de riñones Ismael Martín para llevar cosida la embestida de 'Gincanillo', con clase y nobleza. Soberbio el charro en una tanda al natural cumbre, por donde el de Vellosino ofreció una embestida de dulce. A cámara lenta y con mucha limpieza el toreo de Ismael Martín, que también mostró autoridad y poder en el toreo en cercanías con el toro ya venido muy a menos. Valor sereno del salmantino en una faena importante frente a un buen astado. Hubo un cambio de mano y una trinchera en el epílogo que duraron una eternidad y fueron un cartel de toros. El espadazo fue de ley, saliendo el de Vellosino muerto del encuentro. Rotundo Ismael Martín. Dos orejas.
De milagró libró el percance Damián Castaño tras irse aporta gayola para recibir al cuajado cuarto. Se tuvo que tirar al suelo el salmantino para no hacer arrollado por el tren de 659 kilos de Vellosino. Salió del trance visiblemente mermado Damián Castaño, aquejado de un dolor en la cadera derecha. Buen puyazo de Javier Martín Mesonero, del que salió perdiendo las manos 'Jilguerito'. Comprometido tercio de banderillas a cargo de Yeremi y Carrero. Muy aplomado el de Vellosino, que no ofreció ni media embestida a Castaño, muy mermado de facultades. En los bajos del 6 desarrolló su labor el charro, en una faena larga y sin emoción en la que apenas pudo dejar algún muletazo aislado dentro de un conjunto que no alcanzó grandes cotas pese al gran esfuerzo del torero. Mató de estocada y descabello. Ovación a su esfuerzo.
El lidiado en quinto lugar, reseñado como sobrero, fue un auténtico tío. Con tres chicuelinas, cada cual más ajustada, culminó Diego San Román su saludo de capote, al que el público respondió con tremenda frialdad. Muy mal picado este toro, al que se le tapó la salida en un eterno puyazo en el caballo de Aitor Sánchez. No se empleó el de Vellosino en banderillas, donde tampoco estuvieron finos los hombres de plata. Por alto agarrado a las tablas comenzó San Román su faena de muleta. Tuvo poca vida 'Madrileño' en la muleta del torero mexicano, que no conectó con el tendido. Al natural se ajustó San Román, por donde respondió el de Vellosino con un poco más recorrido. En cercanías caldeó un el ambiente a base de exposición el mexicano, que todo lo hizo con limpieza y mucho valor nuevamente. Tiró de efectismos para tratar de alzar el vuelo a la faena. Las manoletinas finales pesaron como una losa en el público, al que se le hizo largo el capítulo. Sonó el primer aviso antes de que San Román enterase el acero de manera contundente. Asomaron algunos pañuelos para pedir el trofeo pero el palco se mantuvo firme.
Despampanante el sexto, con trapío de plaza de primera categoría, que fue ovacionado. Se fajó Ismael Martín con él para fijar la abanta embestida de 'Inclusero'. Se agarró bien Nicolás Martín en un puyazo en el que el de Vellosino se le vino al relance como un tren. Quitó por chicuelinas Ismael Martín antes de un tercio de banderillas en el que volvió a ser un derroche de facultades. A los medios se fue el charro para brindar al público y desde allí mismo citó al de Vellosino, que acudió con alegría pero tuvo siempre una embestida rebrincada y deslucida. Fue limando asperezas el charro para firmar naturales meritorios. Por el derecho también consiguió Martín limpiar los muletazos, dejando claro que está sobrado de recursos. Acortó distancias para desplegar un arsenal de repertorio con circulares invertidos, luquecinas y desplantes. Mató de estocada desprendida al segundo encuentro. Oreja.