El técnico analiza el estreno del equipo en la máxima categoría juvenil, marca la permanencia como objetivo prioritario y pide a la afición "valorar" la oportunidad de tener este fútbol en Salamanca
La cuenta atrás ha finalizado y la espera ha terminado. Unionistas de Salamanca se encuentra ante un hito histórico: su debut en la División de Honor Juvenil, la élite del fútbol formativo español. Al frente de esta nueva y emocionante travesía se encuentra Raúl Fuentes, el técnico que ha guiado al equipo hasta esta cima y que ahora afronta el desafío con una mezcla de ilusión y una profunda conciencia de la responsabilidad que conlleva.
A pocos días de que el balón eche a rodar, Fuentes ha compartido sus sensaciones, la hoja de ruta del equipo y un mensaje claro para una ciudad que vuelve a tener un representante en la máxima categoría juvenil después de varios años.
"Tengo muchas ganas, sobre todo, porque creo que las pretemporadas se acaban haciendo muy largas", confiesa el entrenador, quien también siente "un sentimiento de responsabilidad grande, por esa incertidumbre que siempre hay cuando te inicias en un sitio un poco de novato".
Esta aventura no es solo un paso adelante para el club, sino también un reto personal para un técnico joven que ha visto cómo se abría una oportunidad que parecía "difícil aquí en la ciudad". Con su cuerpo técnico de confianza a su lado, el objetivo es claro: "demostrar la valía".
En una categoría plagada de canteras de equipos de primer nivel, los llamados "trasatlánticos" del fútbol español, tener los pies en el suelo es fundamental. Raúl Fuentes no ha dudado en establecer una meta realista, pero cargada de ambición.
El objetivo no es otro que la permanencia, una meta que, según sus palabras, tendría el sabor de un campeonato. "No solo es el objetivo, sino que sería el gran éxito de la cantera lograr en su año de debut estabilizarse en la división", afirma con rotundidad.
Esta filosofía ha calado hondo en toda la estructura del club. "Para mí supone el mismo éxito ganar una competición como pudo ser la de Liga Nacional, que lograr una salvación siendo debutante en una categoría con trasatlánticos como los que tenemos", sentencia.
La División de Honor es un ecosistema diferente. El talento y la calidad se presuponen, pero lo que realmente marca la diferencia, según Fuentes, es la intensidad y la madurez competitiva.
"La mayor diferencia que encontramos es la contundencia en todas las acciones, en duelos, en la adaptabilidad que tienen muchos equipos", detalla. Lejos de ser solo equipos con talento ofensivo, los rivales demuestran una solidez que se asemeja al fútbol profesional "en todos los aspectos del juego".
Esta exigencia obliga a Unionistas a mantener una concentración máxima durante la totalidad de los partidos. "Destacaría la exigencia que sabemos que tenemos que tener en la globalidad del juego, en la globalidad de los minutos y en la globalidad del grupo", insiste el entrenador.
Uno de los mayores desafíos del proyecto ha sido construir un equipo cohesionado con la llegada de muchas caras nuevas, varias de ellas procedentes de fuera de Salamanca. Lo que podría haber sido un obstáculo, se ha convertido en una de sus mayores fortalezas.
"Me ha costado conocer un grupo que genere nexos de unión a nivel personal tan rápido, teniendo en cuenta que todos los años hemos manejado grupos con 13, 14, 15 futbolistas de Salamanca", admite Fuentes, gratamente sorprendido por la rápida integración.
El técnico cree que el hecho de que muchos jugadores compartan una situación similar, lejos de casa, ha acelerado la creación de lazos fuertes. El resultado es un grupo que "sorprende verles competir en cómo arriman el hombro".
Finalmente, Raúl Fuentes ha querido lanzar un mensaje directo a la afición de Unionistas y a todos los amantes del fútbol en Salamanca. Ha recordado su propia experiencia, no hace mucho tiempo, como un formador más que veía estos escenarios como algo casi inalcanzable.
"Estos escenarios no solo los veía muy lejanos, sino que los veía de un privilegio total vivirlos", rememora. Por ello, ha hecho un llamamiento a aprovechar y disfrutar de esta oportunidad única.
"Al final las cosas no se valoran hasta que se pierden o hasta que no se tienen", reflexiona. Por el Reina Sofía pasarán las futuras estrellas del fútbol español, y el apoyo de la grada será crucial para que el equipo pueda competir.
Además, el éxito del juvenil es un medio para fortalecer el futuro del club, atrayendo talento y nutriendo al primer equipo, como ya ha sucedido con jugadores como Hugo de Bustos. Pero para soñar con el futuro, primero hay que asegurar el presente: "eso resulta imposible si este año no se logra la salvación, por supuesto".