Ante un proyecto completamente renovado y un calendario exigente, el técnico advierte que será "durísimo" sacar puntos de la villa ducal, haciendo un llamamiento a la afición para que sea una pieza fundamental
Un horizonte cargado de ilusión, pero pavimentado con la máxima exigencia. Así ha definido el nuevo entrenador del Piensos Durán Albense, Javi Hernández, la temporada que está a punto de comenzar para el conjunto de Alba de Tormes en la competitiva Segunda División B de fútbol sala. Con un proyecto que parte prácticamente de cero, el técnico ha desgranado en una entrevista para este medio las claves del año.
“La temporada se presenta ilusionante y, a la vez, muy exigente”, ha reconocido de entrada el técnico. Esta dualidad marca el punto de partida de su análisis. La ilusión nace de la oportunidad de moldear un grupo desde sus cimientos, pero la exigencia es una constante ineludible en una categoría que no permite despistes. La principal causa de este desafío es la completa reestructuración del equipo.
En este sentido, Javi Hernández ha sido categórico al describir la situación: “Tenemos un equipo totalmente nuevo, tanto en la plantilla como en el cuerpo técnico, y eso significa que necesitamos tiempo para conocernos y crecer juntos”. Esta declaración no es una excusa, sino una constatación de la realidad. La creación de automatismos, la cohesión grupal y el entendimiento táctico son procesos que requieren tiempo, un bien escaso cuando el calendario aprieta desde la primera jornada.
El sorteo del calendario no ha sido benévolo con el Piensos Durán Albense, un factor que añade una capa extra de dificultad al arranque del proyecto. El entrenador es plenamente consciente de que los primeros compases de la competición serán una prueba de fuego para la resiliencia y la capacidad de adaptación de su plantilla. “Somos conscientes de que el inicio de Liga va a ser duro”, ha admitido Hernández, quien ha detallado que el equipo ha trabajado desde el primer día de pretemporada con una mentalidad de máxima competitividad.
El objetivo es claro: estar listos para “competir el sábado y dar la cara sabiendo que la liga, pues, no da margen y tenemos un calendario bastante bastante complicado”. No hay tiempo para lamentos. La única fórmula válida es el trabajo diario y la convicción en una idea de juego que, aunque nueva, debe empezar a dar sus frutos cuanto antes. El compromiso, en este escenario, se convierte en el activo más valioso del vestuario.
Ante las incertidumbres que plantea un equipo en construcción y un calendario adverso, Javi Hernández ha señalado con firmeza la estrategia a seguir: la fortaleza como local. El pabellón municipal de Alba de Tormes debe transformarse en un territorio inexpugnable, un lugar donde los rivales sientan la presión desde el primer segundo y donde sumar puntos sea una tarea titánica.
“Lo que sí que tengo claro es que el compromiso de todos es máximo, y sabiendo que en casa debemos ser muy fuertes, convertir a nuestro pabellón en un fortín”, ha sentenciado el técnico. Esta no es solo una declaración de intenciones, sino el eje central sobre el que debe pivotar el rendimiento del equipo. La consigna es que cada equipo que visite Alba “sepa que le espera un partido durísimo si quiere sacar algún punto”.
Para que esa fortaleza en casa sea una realidad tangible, Hernández ha hecho un llamamiento directo y apasionado a la afición albense. El apoyo desde la grada es considerado una pieza “fundamental” en el engranaje del equipo. El entrenador aspira a recuperar la atmósfera de las grandes tardes, a que el pabellón vibre con cada acción y se convierta en un factor desequilibrante.
“Para esto es fundamental el apoyo de nuestra afición. Al final tiene que empezar a ser una caldera cada partido, y juntos construir el camino”, ha concluido Hernández. Su mensaje final es una invitación a la unidad, a que jugadores, cuerpo técnico y seguidores remen en la misma dirección. El camino será arduo, pero la convicción del nuevo líder del banquillo albense es que, con el esfuerzo de todos, el proyecto no solo saldrá adelante, sino que traerá muchas alegrías a la villa ducal.