El desfile de carrozas, con la peña NP+ como ganadora en su 25 aniversario, y la proclamación de la Corte de Honor completaron una noche inaugural inolvidable en honor al Cristo de Las Mercedes
Barruecopardo dio el pistoletazo de salida a sus esperadas fiestas en honor al Cristo de Las Mercedes en la noche de este miércoles, 10 de septiembre, con una plaza abarrotada de vecinos y visitantes. La velada, marcada por la alegría y la tradición, tuvo su momento culminante en el pregón de Queti Prieto García, una maestra jubilada que tejió un discurso cargado de emotividad, recuerdos personales y un profundo cariño por su pueblo de adopción.
Con la cercanía que le otorgan años de docencia, Queti Prieto se dirigió a sus convecinos no solo como pregonera, sino como la maestra que siempre ha sido. Su intervención fue un viaje sentimental que, aunque partió de su Vitigudino natal, pronto echó raíces en Barruecopardo, el lugar al que llegó tras conocer a su marido, Salvi, y donde formó su familia.
La pregonera desempolvó recuerdos entrañables de la vida en el pueblo, desde las hogueras de San Juan en la Fuente de la Cruz hasta las vivencias de sus hijos en el colegio rural. Rememoró con especial afecto sus primeras fiestas en 1990 con la peña El Vicio, los pasacalles mañaneros y figuras inolvidables como Luis Casero retransmitiendo los encierros o la querida Agustina a pie de calle.
Como colofón, y sin olvidar su "vocación", Prieto asignó unos "deberes" a la comunidad: pidió al tamborilero Leonardo que no deje de sonar, al Ayuntamiento que sea "guardián" de las tradiciones, y a las peñas que recuperen los pasacalles. Un encargo finalizado entre aplausos y el grito unánime de "¡Viva el Cristo de las Mercedes!" y "¡Viva Barrueco!". Tras sus palabras, recibió una placa conmemorativa y un ramo de flores de manos del alcalde, Jesús María Ortiz.
La noche había comenzado con el tradicional desfile de carrozas, donde la imaginación y el buen humor fueron los protagonistas. Un total de cuatro peñas infantiles y siete de adultos llenaron de risas y color la plaza de toros. En la categoría infantil, el jurado otorgó un premio compartido a las peñas El Castillo y El Vandalismo.
En adultos, la peña NP+ se alzó con la victoria celebrando su 25 aniversario con una puesta en escena que repasaba sus mejores representaciones, un momento que culminó con toda la plaza cantándoles el ‘Cumpleaños feliz’. El segundo puesto fue para ‘El apagón’, de la peña El Kaos, mientras que el tercer lugar lo ocupó ‘Feria Los Okupas’, de la peña Okupas.
Otro de los momentos más esperados fue la presentación de la Corte de Honor de 2025. La reina, Violeta Mellado Sánchez, subió al escenario acompañada por sus damas, Sonsoles Santamaría Vicente y Laura Sánchez Alburquerque, junto a sus respectivos acompañantes. Las jóvenes recibieron sus bandas y ramos de flores de las autoridades, culminando con la coronación de la reina por una de sus antecesoras.
La velada concluyó con la entrega de trofeos de las competiciones celebradas en los días previos y las palabras del alcalde, Jesús María Ortiz, que deseó a todos unas felices fiestas antes del tradicional grito de "¡Viva Barrueco!".
Para la jornada de este jueves, 11 de septiembre, el programa está especialmente dedicado a los más pequeños, con un parque infantil de Divertilandia, una fiesta de la espuma y una yincana. El carácter social también estará presente con una gran comida popular a base de paella en el pabellón municipal y un chocolate para los mayores. La música en vivo del grupo ‘Mazu’ y la verbena nocturna con la orquesta ‘Kronos’ pondrán el broche de oro al día.
PREGÓN ÍNTEGRO DE QUETI PRIETO GARCÍA
Buenas noches a todos los vecinos y visitantes de nuestro querido pueblo de Barruecopardo. Es para mí un inmenso honor estar hoy aquí como pregonera de nuestras queridas fiestas. Antes de comenzar, quiero expresar mi más sentido agradecimiento al señor alcalde y a toda la corporación municipal por darme la oportunidad de compartir estos momentos de fiesta y tradición.
Como bien sabéis, soy Queti, maestra por vocación y profesión, y desde hace un año jubilada. Pero no he olvidado mi profesión, luego sabréis por qué. Antes de continuar, quisiera hacer un pequeño apunte.
Prometí a mi hija Eva que este pregón sería corto, por lo que así será.
Nací en Vitigudino. Mis primeros recuerdos nada tienen que ver con el pueblo en el que ahora nos encontramos, Barruecopardo, sino con los juegos en la plaza del mercado de Vitigudino, las clases en el colegio El Pilar, y el olor a la carnicería que regentaban mi padre y mi tío Tomás. Los que sí tienen recuerdos de Barrueco a muy tempranas edades son mi madre, de 94 años, que está por ahí, y mi tío, de 97. Ambos recuerdan que vivían a sus 10, 12 años entre Valdebarbao y La Faceda.
Trabajaban en la mina, porque mi abuelo Ramón era el conductor de Higinio Severino. Mi madre recuerda la tienda de la señora Elisa, que compraba el wolfram, la tienda de los artilleros, unas tinajas enormes que había en la desaparecida bodega, hoy jardín de Mario, o el Sagrado Corazón que hay en el campanario de la iglesia que regaló Higinio Severino. Por otra parte, mi padre, carnicero y ganadero de pro, era un asiduo de las ferias de San Felipe.
Siempre le oí decir, qué buen ganado tenía siempre don Julián. Así que no, no nací aquí. Pero alguna semilla se quedó en Barrueco.
Mira tú por dónde y pasados los años, un día, en uno de esos cursos que los maestros hacemos, conocí a un chico de pelo rizado y ojos claros, llamado Salva. Con el tiempo me enteré de que su verdadero nombre en Barrueco era Salvi. Y así empezó mi historia en este pueblo.
En el año 1992 fue cuando comencé a vivir permanentemente aquí, en Barrueco, donde Salvi y yo formamos nuestra familia. Primero llegó Ana, después nació Eva y por último Alejandro. Y así formamos una familia numerosa.
La calle Real nos recibió con los brazos abiertos. La primera, la abuela Petro. Recuerdo con especial cariño la noche de San Juan. Todos los vecinos acudíamos a la trasera de la Fuente de la Cruz, al calor de la hoguera de tomillos, para ahumarnos con el oloroso y saludable humo, según creencia popular. Pasábamos un buen rato de convivencia, charlando y viendo a los niños y niñas saltar la hoguera. Y para terminar, como no podía ser de otra manera, saboreando un buen chocolate con bizcochos y rosquillas. Deseándonos salud para volvernos a reunir al año siguiente.
Mis hijos, que andan por ahí enfrascados en sus peñas, han tenido la suerte de poder vivir muchos años en Barrueco. Correr por sus calles, acudir a la biblioteca municipal en aquellas largas tardes de invierno, o jugar y entrenar al fútbol en la pista, por aquel entonces poco acondicionada y sin techar, lo que suponía desplazarse todos los fines de semana para participar en las competiciones escolares.
Y, cómo no, asistieron al colegio, donde maestros y maestras les transmitieron valores, conocimientos y enseñanzas para la vida. Aunque escaseaban los ordenadores y la conexión a internet dejaba mucho que desear, no importaba, porque los maestros, junto con los padres y madres, apoyaban y valoraban todo lo que la escuela daba y ofrecía a nuestros niños.
Seguro que todos y todas recordamos las funciones de Navidad o los pasacalles de Carnaval, donde se hacía partícipe a los padres y abuelos, también de los pueblos de alrededor. Corría el año 2004, cuando el CRA de Barruecopardo y las escuelas de Cabeza del Caballo y Valderrodrigo fuimos capaces de crear una empresa Arriscol. Conseguimos elaborar artesanalmente jabones y velas, que posteriormente poníamos a la venta en la Feria de San Felipe.
Fruto de esta unión de colegios rurales, en el año 2012 la Plaza de Barrueco acogió el Danzar de los Danzares, encuentro lúdico festivo donde unos 800 niños, pertenecientes a 34 colegios rurales, danzaron y bailaron al son de la música. Una jornada muy calurosa, pero que disfrutamos a lo grande. Llega septiembre, inicio de curso, y para el pueblo de Barrueco, los preparativos de las fiestas del Cristo de las Mercedes.
Mis primeras fiestas fueron en el año 1990, con pantalón rojo, blusón negro, pañuelo blanco grabado con el nombre de El Vicio, la peña que me acogió, y aunque fuera forastera, nunca me sentí como tal. Tenían un local muy singular, un lagar donde comíamos y cenábamos, entre otros manjares, las patatas con carne que Quico, el aguacil, nos preparaba en su casa del Barrio Nuevo. Allí disfrutábamos de lo lindo.
Teníamos de vecina a una señora muy mayor, Ramonita, que, dicho sea de paso, le dábamos una inmensa alegría. Hasta bailaba alguna jota con los apuestos chicos de El Vicio. Y para bailes, los que nos echábamos en los pasacalles mañaneros a cargo de las peñas más veteranas, El Vicio, El Miedo y La Machorra, que se turnaban cada día para despertarnos con su música.
Felisa la melliza, siempre les esperaba la puerta con las rosquillas fritas y un buen vaso de agua, que el cuerpo no aguantaba algo más fuerte. Con el paso del tiempo, se unieron los cuatro saxofonistas, Manolo, el de Castori, Salvi, el de la Petru, Ernesto, el de Pepe de la Caja, y José Luis, el de la Jandri, que, acompañados de redoblantes, bombos y platillos y un nutrido séquito juvenil, despertaban a todo el pueblo. Hasta la reina y las damas se levantaban al escuchar tan sonada alborada, sabiendo que Juli Macario venía a echar con ellas un paso doble.
Pero rapidito, que la hora del encierro se acercaba. Luis Casero, don Luis, lo retransmitía desde el balcón del ayuntamiento y contaba con la colaboración a pie de calle de nuestra querida Agustina, situada junto al centro médico. -Agustina, ¿cómo va todo?- Ella le respondía haciendo señales, -calma, calma-, hasta que de repente se ponía a correr porque había visto aparecer al primer novillo por la curva de la rivera.
¡Qué tiempos! Ya soy un poco carroza, pero para carrozas, las que se presentan cada año el primer día de las fiestas. La peña El Vicio siempre las ha vivido de forma especial, participando todos los años desde su inicio al ya por 1985. Las ideas y preparativos de los últimos destiles solían comenzar con las conversaciones telefónicas Santander-Barrueco que mantenían dos integrantes de la peña y muy entusiastas del pueblo.
Gracias a sus gestiones, pudimos contar en Barrueco con la presencia de grandes personajes de la actualidad de aquellos años. La Casa Real Española, la Duquesa de Alba y su flamante esposo, la Pantoja y Paquirrín, la presidenta Ángela Merkel, el Papa Benedicto XVI y el último desembarco fue en 2013 en el que llegó a Barrueco el presidente de Estados Unidos, Obama, y su familia, escoltados por el equipo de Marines. La peña El Vicio además tenía y sigue teniendo en plena forma un excelente equipo de modistas, sastres, maquilladoras, estilistas, coreógrafos que hacían posible de cada noche de las carrozas una noche como esta, especial y divertida, en la que José siempre nos deleitaba con un improvisado e ingenioso discurso que sacaba la mejor de las sonrisas entre el público asistente.
Agustina y José, José y Agustina, seguís en nuestro recuerdo. Peñas y peñistas, no dejéis que esta tradición se pierda. Recordad que lo importante es participar.
Seguid pensando tema para vuestra carroza. Estos días los whatsapp echan humo y el wifi del pueblo está saturado, buscando qué y cómo hacer. Es hora de reunirse para darle forma a la carroza en las cocheras o locales, clavando puntas o celo en mano, pega que te pega.
Trabajad con entusiasmo, liaros la manta a la cabeza, pero siempre unidos. Así y sólo así seguiremos disfrutando de esta noche tan alegre, llena de color y fantasía. Como os decía al principio, no me he olvidado de ser maestra, así que ahí van unos deberes.
¿Tenéis preparados lápiz y cuaderno? Pues vamos a ello. Leonardo, Leo, queremos seguir escuchando tu gaita y tu tamboril, acompañando al Cristo en su día. Y cómo no, continúa con los chicos y chicas del paleo y las cintas, para que nuestro folclore siga vivo.
Para el Ayuntamiento, no dejéis que la cultura, la música y las tradiciones más emblemáticas, como el jueves merendero, carnaval, las hogueras de San Juan o los quintos, vayan desapareciendo. Tampoco olvidar las tradiciones religiosas con gran arraigo popular. Los altares y procesión del corpus y la carrera de Semana Santa.
Debéis ser los guardianes de tan preciado tesoro, apoyarlo e impulsarlo, contando con las asociaciones del pueblo. Para las peñas, Okupas, Piraos y Kaos. Sé de buena mano que tenéis buenos músicos ahí. Así que poneos las pilas y despertadnos al año que viene con un pasacalles. Yo me comprometo a sacaros las rosquillas fritas y algún reconstituyente después de una noche de mucho beber y poco dormir.
Por último, y para todas las peñas, desde las más veteranas hasta las que empiezan este año, todas sois importantes e imprescindibles, motor y alma en estos días. Contagiad el espíritu festivo, la ilusión y la alegría a todo el pueblo, para que estas fiestas del Cristo sigan vivas año tras año.
El pregón llega a su fin y no sería de recibo por parte de esta pregonera no pronunciar la palabra gracias. Ahora mismo mi corazón está lleno de alegría y gratitud para este gran pueblo que es Barruecopardo.
Así que decid conmigo alto y claro, ¡viva el Cristo de las Mercedes! ¡Viva! ¡Vivan las peñas! ¡Viva! ¡Vivan la reina y las damas! ¡Viva! Y ahora un poco más fuerte para que nos oigan nuestros mayores de la residencia. ¡Viva Barrueco! ¡Viva! ¡Viva Barrueco!