DEPORTES
Actualizado 07/09/2025 21:01:14
Carlos Cuervo

A pesar de un vestuario "jodido", el técnico se ha mostrado "muy positivo" y convencido de que el equipo solo necesita una victoria para despegar

Un resultado que duele, que se siente injusto, pero que no resquebraja la confianza. Esa ha sido la principal conclusión que ha dejado la comparecencia de Oriol Riera, entrenador de Unionistas de Salamanca, tras la derrota por la mínima (1-0) ante el Arenteiro. Con la frustración visible pero con un discurso cargado de convicción, el técnico catalán ha defendido el trabajo de sus jugadores y ha reafirmado su fe ciega en un proyecto que, insiste, solo necesita un catalizador en forma de victoria para despegar definitivamente.

"Nos vamos apenados, porque creo que el resultado no hace justicia a lo que los chicos trabajan, a lo que los chicos hacen", ha sentenciado Riera al inicio de su intervención. Sus palabras han dibujado el panorama de un vestuario tocado, pero no hundido. La sensación de haber merecido más ha sobrevolado el análisis del encuentro, un partido en el que, según el entrenador, el equipo ha hecho méritos más que suficientes para obtener un botín muy diferente. La falta de acierto en los metros finales ha sido, una vez más, el talón de Aquiles de un equipo que genera pero no concreta.

Un dominio sin premio y la asignatura pendiente del gol

Profundizando en el análisis del juego, Riera ha puesto el foco en la capacidad ofensiva de su equipo, especialmente durante una segunda mitad en la que han sometido a su rival. "Hemos estado atacando en campo contrario y hemos sometido al Arenteiro hasta el final, creando ocasiones de gol", ha explicado. El técnico ha lamentado la falta de puntería, un factor que está penalizando al equipo en este arranque de temporada. "A nivel ofensivo el equipo ha estado muy bien, ha generado muchísimas ocasiones de gol, y ya en la primera parte ha tenido dos clarísimas, y no están acabando de entrar", ha detallado.

Esta ineficacia de cara a portería es la que, en su opinión, decanta partidos tan igualados. "Estos partidos muchas veces el que se adelanta consigue esa victoria", ha reflexionado. A pesar de todo, el mensaje hacia sus jugadores ha sido de apoyo incondicional. Lejos de señalar culpables, Riera ha preferido destacar el esfuerzo y la entrega de una plantilla que lo intenta sin desmayo. "Yo no tengo nada que reprochar, el esfuerzo está ahí, los chicos se desfondan, van hasta el final a pesar de imprecisiones y a pesar de errores", ha subrayado con firmeza.

La polémica del VAR: "Se utiliza para otras cosas"

Uno de los momentos más tensos del partido y de la rueda de prensa ha girado en torno al videoarbitraje. Riera ha mostrado su escepticismo sobre el uso que se le está dando a la tecnología, insinuando que su función se está desvirtuando. "La sensación que me está dando el VAR es que lo estamos utilizando o para perder tiempo o para buscar cosas que no sabemos si son o no", ha criticado.

El técnico ha revelado, además, un episodio desconcertante ocurrido durante el encuentro, cuando el colegiado se acercó a los banquillos para comunicar un fallo en el sistema. "Nos ha dicho que el VAR no funcionaba, no funcionaba el audio tampoco, y que le han avisado no sé quién. Desde arriba, no sé quién le ha avisado", ha relatado Riera, dejando en el aire una sombra de duda sobre el protocolo y la fiabilidad del sistema en momentos clave. Esta incidencia no ha hecho más que aumentar la sensación de impotencia en el banquillo salmantino.

Un vestuario "jodido" pero con la moral intacta

Cuestionado por el estado anímico de la plantilla, Riera ha sido transparente. "Yo veo un equipo jodido por haber perdido después del dominio que hemos podido tener", ha admitido. Sin embargo, ha contrapuesto inmediatamente ese dolor con la fortaleza mental del grupo. La derrota no ha minado la creencia en el camino trazado. Para el entrenador, la clave reside en la paciencia y en la comprensión del proceso que vive el equipo.

"Al final es una plantilla completamente nueva, es una plantilla que debe ir conociéndose, debe ir apretando, debe ir entrenando, debe ir creyendo", ha recordado. Es en este punto donde su optimismo se ha hecho más patente. Riera se ha mostrado convencido de que una victoria actuará como un resorte que liberará el potencial del equipo. "Un resultado positivo te ayuda a hacer todo eso", ha afirmado, antes de lanzar su declaración de intenciones más rotunda: "Yo soy muy, muy, muy positivo en todo lo que estamos haciendo, en las intensidades en que van, en todo lo que creemos que pueden dar". Es la fe de un técnico que ve más allá del marcador, que confía en el trabajo diario y que está seguro de que el equipo solo necesita hacer "el clic" para que las piezas encajen.

El camino a seguir: creer y competir

Finalmente, Riera también ha tenido palabras de elogio para el rival, el Arenteiro, al que ha calificado como "un buen equipo con buenos jugadores, con muchas alternativas a nivel ofensivo y a nivel defensivo". Este reconocimiento sirve para poner en valor el rendimiento de Unionistas, que fue capaz de dominar a un conjunto de calidad. Por todo ello, el mensaje final del técnico ha sido una llamada a la perseverancia.

La derrota escuece, pero la hoja de ruta no cambia. La confianza en el modelo de juego y en la capacidad de los futbolistas permanece inalterable. "Lo que tiene que hacer es creer en lo que estamos haciendo día a día y creer que este es el camino", ha concluido Oriol Riera. Un discurso de resiliencia y convicción para un equipo que, aunque herido en el resultado, sale reforzado en su fe.

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