La estructura, donada por la familia Barbero, fue restaurada antes de ser ubicada en el mismo pozo donde funcionó un ingenio similar hasta finales del siglo XX
El Ayuntamiento de Salamanca ha culminado la instalación de una histórica noria de sangre en las laderas del Cerro de San Vicente, recuperando así uno de los escasos ejemplos de construcciones hidráulicas tradicionales que se conservan en la ciudad. Este valioso elemento patrimonial, donado por la familia Barbero, vuelve a ocupar el espacio donde una noria ya desaparecida regaba los bancales de la zona hasta finales del siglo pasado.
La instalación representa la fase final de un minucioso proyecto de recuperación que busca devolver a este enclave parte de su fisonomía y funcionalidad histórica.
Antes de colocar la maquinaria, los operarios municipales llevaron a cabo importantes labores de acondicionamiento en el emplazamiento. Estos trabajos incluyeron la limpieza a fondo del pozo y de los muros de mampostería que lo rodean, así como la reposición de algunas de las piedras originales (mampuestos) para asegurar la estabilidad y autenticidad del conjunto.
La maquinaria de la noria, por su parte, ha sido sometida a una restauración completa en un taller especializado para garantizar su correcta conservación y devolverle su esplendor original. Este ingenio mecánico fue fabricado en su día por la empresa salmantina Metalúrgica del Tormes S.A.
La denominación "noria de sangre" hace referencia a su sistema de tracción, que dependía de la fuerza animal, generalmente una mula o un burro. El animal caminaba en círculos haciendo girar un engranaje que, a su vez, movía la rueda principal encargada de extraer el agua del pozo. Posteriormente, el agua era transportada hasta una zona de almacenamiento para su uso en el riego.
Para que los visitantes del Cerro de San Vicente puedan comprender su funcionamiento e historia, el Ayuntamiento instalará próximamente un panel informativo junto a la estructura, enriqueciendo la experiencia cultural del yacimiento arqueológico.
La construcción se asienta sobre uno de los antiguos bancales de las laderas del cerro. Está delimitada por un característico muro de mampostería de piedra en seco que, en su punto más elevado, alcanza los 4,5 metros de altura. El interior de este recinto forma una plataforma de tierra en cuyo centro se ubica un pozo de forma rectangular.
En este mismo pozo se encontraba la noria original, hoy desaparecida, que inicialmente fue construida en madera. Según los registros históricos, ya avanzado el siglo XIX, sus componentes de madera fueron sustituidos por otros más modernos y resistentes de acero de fundición, hasta que finalmente cayó en desuso y desapareció.