Asoma la libertad en una naturaleza hostil. Lanza a canasta la chilaba, el pie
descalzo y la zapatilla nike.
Las risas mezcladas en la escuela a la sombra de la mezquita.
Marruecos, provincia de Sidi Ifni, pueblos y niñas, mujeres, hombres y niños.
Un estudio diverso, árabes y españoles. Letras, números y paletas.
Una casa en ruinas, bloques, cemento y acción. Una manada de niños sin
protección y sus educadores.
Una frente a otra, dos jóvenes, una con hijab y otra con pantalones cortos y
un top. Una sin familia, otra con ella, una con oportunidad de estudios, otra
estudiando, una con religión, otra sin ella. ¿ Quién habla por ellas ?. ¿ Quién las
condiciona ?.
Sonríen juntas, sin barreras. Lloran la despedida.
El imposible mar, velos y bikinis. Muchas vidas, muchas ciudades y muchas
canciones.
Antibiótico y paracetamol al servicio de todos. Derechos humanos y derechos
de la infancia, sin prioridad y vulnerados.
Se amontonan especias y dátiles, cuánta cantidad y sequía. Todos con poco
y unos pocos con mucho.
No cuestionan a Dios y no cuestionan al rey. Desconfiamos de todos y nos
ensalzamos. ¿ Quiénes nos creeemos que somos ?.
Inercia sin cambio, una razón para vivir.
Música en la escuela, baile. Un lugar para soñar, para aprender, para querer.
Ni agua, ni dinero. Búsqueda, pozos y ciencia descontrolada.
Quince años a ciegas, a la luz de la fe en ellas. Las miradas que provocan,
los ojos con brillo y siempre en el suelo.
El conocimiento en el móvil y el barco sin velas. Hay magia, se quieren, nos
quieren. Hay soluciones, hay esperanza.
Sin querer vivir, queriendo vivir. Sin universidad en el zoco. Comida y sed de
justicia.
Volver a empezar otro curso, otro planeta y otros engaños.
Conquistar la paz ante la atroz guerra. Fiestas sagradas con risas sin sentido.
La felicidad existe, sin drogas, incluso entre la pobreza.
Perseguiremos un futuro común, con los que quieren desheredar de la tierra.
Hamsa y Souliman estrenan casa, Hadiya corre una maratón y labra un
futuro, Jousin juega, Juns habla español y a Abderragín le ofreceremos un contrato
de pastor para venir a España legalmente.
Regresamos a España con el compromiso de seguir buscando recursos. Con
lecciones de igualdad aprendidas y con ganas de cambiar algunos fines de la
educación.
Estaremos alerta para que el corazón y la mente sigan abiertas. Compartir
es vivir, también nuestro tiempo con las niñas y niños santiagueros, aquellos que
merecen la oportunidad de redefinir su infancia