A pesar de que la sequía reducirá la cantidad de uva, el excelente estado sanitario y la concentración del fruto en viñedos de más de 60 años auguran una añada de calidad excepcional
La Denominación de Origen Protegida (DOP) Sierra de Salamanca ha dado inicio a la campaña de vendimia de 2025, una añada que será recordada por sus extremos climáticos. El pistoletazo de salida se ha dado en la localidad de Garcibuey con la recogida de la emblemática uva rufete, y se espera que la actividad se generalice a lo largo de esta semana en las 17 bodegas que conforman la denominación.
El ciclo vegetativo de la vid comenzó este año con un retraso sin precedentes en los registros de la zona. Las temperaturas medias durante los primeros cinco meses de 2025 fueron notablemente más bajas de lo habitual, lo que ralentizó el desarrollo inicial de las plantas.
Sin embargo, la llegada del verano invirtió la tendencia. Las sucesivas olas de calor registradas en junio, julio y, de forma especialmente intensa, en agosto, permitieron recuperar el tiempo perdido en el calendario de maduración, aunque a costa de un notable estrés hídrico.
La principal consecuencia del verano extremadamente seco, sin precipitaciones desde mediados de julio, es la previsión de menores rendimientos en la cosecha. No obstante, la calidad de la uva que llega a las bodegas es excelente. La viña presenta un estado sanitario muy bueno, con apenas episodios puntuales de mildiu, y la comarca se ha librado de las heladas, granizadas e incendios que han afectado a otras zonas de Castilla y León.
Esta resistencia se debe, en gran medida, a la veteranía de sus viñedos. Más del 80% de las cepas de la DOP superan los 60 años, con sistemas radiculares profundos capaces de soportar mejor la sequía y las altas temperaturas, lo que ha permitido obtener una fruta con gran concentración y muy buena acidez.
El director técnico de la DOP, Miquel Udina, ha mostrado un optimismo cauto pero fundado ante el inicio de la campaña. “Nos daban miedo estos 15 días que hemos tenido de calor muy fuerte y, sobre todo, de temperaturas muy altas durante la noche, pero parece que las cepas han aguantado bien y tenemos esperanzas de obtener una vendimia de mucha calidad”, explica Udina.
Como es característico en la Sierra de Salamanca, la vendimia será un proceso largo y escalonado. La orografía del terreno, con viñedos situados en un amplio rango de altitudes —entre los 400 y los 1.000 metros—, junto a la diversidad de orientaciones y tipos de suelo, marca ritmos de maduración muy diferentes.
Esta diversidad permite trabajar con precisión cada parcela y cada variedad. Durante las próximas semanas se recogerán las uvas autóctonas y tradicionales que definen la identidad de la DOP: