Los juegos clásicos de siempre regresan para convertirse en una moda en festividades y verbenas populares que buscan complementar la dependencia de lo digital instaurada en la sociedad contemporánea.
A finales de junio le tocó el turno a Ledesma con sus Fiestas de San Juan; la primera semana de agosto fue Mogarraz y su Fiesta de la Virgen de las Nieves; la segunda semana del mismo mes se destacaron las Fiestas Patronales de La Alberca; y todavía está por llegar la Feria de Teatro de Castilla y León de Ciudad Rodrigo. Las fiestas patronales acaparan la atención del verano de los pueblos de la provincia salmantina y los coloca en el mapa turístico nacional.
Quizá es por eso que las localidades se encargan de conformar un programa de fiestas que sea atractivo para visitantes, pero que también recojan la tradición y las raíces de las festividades para la población autóctona. Y en ese sentido los juegos populares parecen haberse convertido en un reclamo cada vez más habitual, pues consiguen reunir a los lugareños en torno a actividades lúdicas que fomentan la unión y la sociabilidad.
En Doñinos de Salamanca han sido juegos de mesa y cartas como mus, tute o UNO los que han sido protagonistas en las Fiestas de Santo Domingo de Guzmán. En las Fiestas de San Roque de Carbajosa de la Sagrada de este 2025 hicieron acto de presencia los juegos gigantes de madera, provistos de billares, pinballs, bolos y otros pasatiempos. Y en la capital provincial son habituales estos últimos juegos en la denominada 'Ludoteca'.
Actividades de ocio que se entremezclan con actividades deportivas de todo tipo de índole y todas ellas con una alta tasa de participación local y regional. Algo complicado de lograr en el contexto de una ajetreada sociedad de la información como la actual en la que todo está disponible en internet y lo practicamos allí con total libertad en cuanto a tiempo y forma.
En la actualidad es muy sencillo encontrar dominios web donde practicar muchos de estos juegos populares, sin la necesidad de tener que esperar a que se organicen competiciones en las fiestas populares del pueblo. El caso más claro puede ser el del bingo, pero también es aplicable a multitud de juegos de cartas.
¿Qué se gana y qué se pierde exactamente con este cambio tan radical en la manera de consumir actividades de ocio. Eso depende del carácter de cada actividad y por eso merece la pena destacar los principales juegos y sus diferentes usos tanto a nivel local como a nivel lúdico en la red.
Los juegos de cartas constituyen uno de los clásicos que se ha transmitido de generación en generación. Cualquiera puede aprender a jugarlos fácilmente y fomentar la competitividad entre amigos y familiares, tengan la edad que tengan. Los más conocidos seguramente sean el mus o el tute, pero también podemos destacar otros más españoles como el cinquillo o la mona.
Es habitual organizar torneos de algunos de estos juegos en fiestas locales, ya sea de forma oficial u oficiosa, entre los vecinos de la localidad.
Pero si tenemos que buscar una disciplina de naipes que se haya adaptado como anillo al dedo a la era digital, ese es el poker. Este no solo es practicado en portales de apuestas en línea, sino que su popularidad ha llevado a la creación de empresas que se dedican exclusivamente a explotar partidas de poker online entre internautas de todo el mundo. Algo similar a lo que ha logrado otro juego de baraja inglesa como el blackjack.
A pesar de que estas plataformas cuentan con tutoriales y operadores que te instruyen acerca del reglamento de estos pasatiempos, la mejor forma de empaparse de todas sus normas es practicarlos en el cara a cara. Mientras que para dar el salto a poder ganar dinero con ello, es fundamental buscar apoyo en internet.
La transformación del bingo ha sido bastante similar a la de los juegos de cartas. ¿Quién no ha jugado una partida alguna vez con sus padres o abuelos en reuniones familiares. Además su dinámica de extraer las bolas de un bombo de juguete y taponar con fichas los números de los cartones lo hace ideal para entretener a niños y adultos.
En la etapa contemporánea el juego de bolas y cartones parece haber dejado atrás por momentos su capacidad para reunir a toda la familia en torno a su parafernalia, para convertirse en todo un atractivo lúdico en sitios de juego en línea.
El funcionamiento es exactamente el mismo que en las versiones clásicas. Hay un bombo de donde se van extrayendo las bolas (virtual, por supuesto). El jugador adquiere los cartones que considere de forma online y va tachando los números que son cantados durante la partida.
Hay distintas variantes de bingo online según el número de bolas, el motivo del juego, la existencia o no de un chat para hablar con el resto jugadores… Pero el fondo, en su vertiente online o física, es el mismo: cantar bingo para llevarse el bote acumulado con todas las apuestas.
Por supuesto, y siempre que hablamos de juego en línea, lo hacemos sentando unas bases mínimas: igual que en el bingo físico de toda la vida hay una figura que vela porque la partida sea justa, en el juego online prima la seguridad gracias a las licencias oficiales de los operadores, que certifican que todo esté acorde a la ley. Esta es la premisa básica para encontrar el mejor bingo online posible y sacar rédito económico de ello, además por supuesto de divertirse jugando.
No obstante, y volviendo a su versión en carne y hueso, todavía hay territorios que incluyen bingos al aire libre con sorteos entre sus festividades y así tratan de recuperar una tradición que durante varias generaciones se traspasó de abuelos a nietos. ¿Quién no ha participado alguna vez en una partida de feria en busca de ese peluche, ese electrodoméstico o esa videoconsola que se coloca en las estanterías de los propietarios del bingo.
Existen otros muchos juegos que desde siempre han formado parte de torneos populares de pueblos en días festivos señalados. En el caso de los más pequeños podemos poner el ejemplo del tres en raya, en el de los más mayores podemos hablar de la petanca y más enfocados a adultos podrían estar crucigramas y competiciones deportivas.
Todos ellos hoy en día se han convertido en videojuegos que se practican a través de videoconsolas, que están sustituyendo su práctica más habitual. En el caso de los títulos enfocados a deportes tenemos los deportes virtuales y los e-sports como los mejores ejemplos de su traspaso a actividades online.
Hay localidades que incluso han tratado de reconvertir el deporte en entornos virtuales adoptando jornadas específicas para gaming para el público joven, apoyándose en asociaciones especializadas que fomentan el consumo responsable del entretenimiento frente a las pantallas.
Por su parte, los dos primeros ejemplos mencionados han inspirado aplicaciones para móviles donde se puede jugar en cualquier lugar y en cualquier momento a ellos, incluso compitiendo en línea frente a otros usuarios. Lo que se pierde en este caso es la actividad física y la hermandad que puede llegar a crear su práctica en común.
En definitiva, en una época donde predominan las pantallas y la presencia online de casi cualquier tipo de actividad, las fiestas populares son un oasis donde desconectar y disfrutar de los juegos populares como se ha hecho toda la vida.