El salmantino se está preparando para seguir compitiendo en 2026 a la par que disfruta de la faceta de ser preparador físico
La ambición del culturista Rober Fernández no se limita a la tarima. De forma paralela a su preparación como atleta de élite, ha estado construyendo una sólida marca personal. Este proyecto empresarial es tan importante para él como sus objetivos competitivos y, de hecho, ambos se retroalimentan. Su faceta como emprendedor incluye la gestión de su imagen, la creación de contenido y, fundamentalmente, un servicio de asesorías personalizadas con el que ayuda a otras personas a alcanzar sus metas físicas y de rendimiento.
Esta dualidad es una de las claves de su enfoque actual. "Estoy centrado en mi marca personal, en las asesorías y en nuevos proyectos que voy a sacar", ha explicado. Lejos de ser una distracción, su trabajo le proporciona la estructura y la estabilidad necesarias para poder dedicarse al cien por cien a un objetivo tan exigente como la IFBB Pro Card. Su carrera es un proyecto integral donde el atleta y el emprendedor avanzan de la mano, creciendo y fortaleciéndose mutuamente en el camino hacia la cima.
Su especialización en recomposición corporal y culturismo natural no es solo un título, sino una declaración de principios. Con esta sólida formación, se ha erigido como un preparador físico de altura, dedicándose “en cuerpo y alma” a sus atletas y clientes. Su misión va más allá de pautar rutinas y dietas; busca ser el guía que él mismo habría querido tener en sus inicios. La satisfacción, ahora, proviene de ver el progreso en otros, como el de un competidor al que prepara para una cita en septiembre. “Estoy inculcando todo lo que yo sé, inculcándoselo a ellos. Y, por así decirlo, cumpliendo los sueños que yo tenía cuando empecé, cuando era como ellos”, ha confesado.
El camino hasta este punto ha estado lejos de ser un paseo. Rober Fernández ha personificado la tenacidad y la resiliencia. Antes de poder vivir de su pasión, la realidad era una maratón diaria de esfuerzo sobrehumano. “Todo tiene sus frutos”, ha reflexionado, “y después de tantos años de haber estado trabajando en 3 trabajos a la vez, de haber estado durmiendo solo 3 horas, compaginando carrera, estudios, todo…”.
Ahora que ha alcanzado la meta de convertir su hobby en su profesión, se enfrenta a un nuevo tipo de desafío, quizás el más complejo de todos: mantenerse y crecer como autónomo en España. “Ahora queda lo más difícil, ¿no? Que es, una vez ya te das de alta como autónomo, entras en el mercado, por así decirlo, ahora lo que importa es que te mantengas y que a partir de ahí crezcas”, ha señalado. Rober Fernández es consciente de la realidad del mercado y de las dificultades inherentes al trabajo por cuenta propia. “Es lo más difícil aquí en España, el trabajar por y para ti, porque lo único que te ponen es trabas”, ha lamentado.