Tras la eclosión de los huevos, las crías ya nadan junto a su madre, pero se pide a los visitantes que no los alimenten para garantizar su correcto desarrollo.
El estanque del parque de la Alamedilla de Salamanca tiene nuevos y diminutos inquilinos. Un total de nueve patitos se han convertido en el centro de todas las miradas después de que una de las patas residentes en este espacio natural haya culminado con éxito su periodo de incubación.
Tras romper el cascarón, las pequeñas crías ya pasean y nadan por el estanque bajo la atenta supervisión de su madre, ofreciendo una tierna estampa que no pasa desapercibida para nadie. Tanto mayores como pequeños que transitan por la zona se detienen para observar a la nueva familia.
Ante la expectación generada, es fundamental recordar una norma crucial para el correcto desarrollo de estos animales. Se solicita encarecidamente a los visitantes que no les ofrezcan comida de ningún tipo, ya sean gusanitos, golosinas u otros productos.
La razón es clara: los patitos y su madre ya cuentan con el abastecimiento necesario proporcionado por sus cuidadores. Estos profesionales les facilitan una dieta compuesta por alimentos saludables y equilibrados, diseñada específicamente para garantizar su buena salud y un crecimiento adecuado.
Fotos de J. A. S. y David Sañudo