Dentro de la programación del verano cultural
La Biblioteca de la Casa de Cultura de La Fuente de San Esteban se convierte estos días de verano cultural en un espacio habitado por la memoria, la ternura y la nobleza de la madera. Allí, el artista local Ángel Martín Carreño presenta "Sempiterno", una exposición compuesta por veintiséis esculturas que parecen latir con vida propia.
Cada pieza, tallada en maderas añejas procedentes del corazón del Campo Charro, es un tributo a la huella imborrable de los antepasados. “Son un recuerdo y reflejo de nuestros padres”, afirma el autor, quien ha sabido convertir el material en un puente entre lo tangible y lo espiritual.
Las figuras, de cuerpos marcados por el tiempo, muestran el inevitable desgaste de la carne; sin embargo, sus cabezas, pulidas y moldeadas con delicadeza, aluden a la lucidez y al valor de las mentes que, aun en la vejez, conservan intacta la sabiduría. Es un gesto simbólico que honra a las generaciones pasadas, a esas mentes privilegiadas que guardaron y transmitieron el conocimiento de una tierra.
En cada escultura late el abrazo materno, la mirada cómplice de los mayores, el eco de las voces que forjaron la identidad fuenteña. Es una muestra donde se entrelazan el sentimiento personal y la memoria colectiva, donde el autor comparte con el visitante su caudal de emociones y el imaginario íntimo que las sustenta.
"Sempiterno" no es solo una exposición: es una invitación a detenerse, a dejar que la belleza y el recuerdo nos hablen, y a reconocer en la madera —vieja y noble— la permanencia de lo que nunca muere.