El Ayuntamiento de Hinojosa de Duero, con ayuda de la Diputación de Salamanca, ha acometido una compleja operación para limpiar la rivera urbana y desatascar el desagüe general, que se encontraba colapsado y vertía aguas residuales
No era oro negro, pero su color y densidad evocaban la imagen del petróleo brotando de las profundidades. Sin embargo, lo que ha emergido esta semana en Hinojosa de Duero no es un hallazgo de riqueza, sino el síntoma visible de un problema de saneamiento. Una compleja operación de limpieza, impulsada por el Ayuntamiento, ha sacado a la luz el estado crítico del desagüe general del municipio.
La intervención ha sido una actuación en dos frentes, tan necesaria como complicada, como explicaba en alcalde de la localidad, Jesús Pata. Por un lado, el objetivo era adecentar el cauce de la rivera en su tramo urbano, un proyecto para el que se había conseguido una ayuda específica de la Diputación de Salamanca. Por otro, y aprovechando esta actuación, se ha abordado el problema más grave y oculto: el desatasco y reparación del colector principal de saneamiento, una arteria vital para la salubridad del pueblo.
La rivera, en el tramo que discurre por el casco urbano, había dejado de ser un espacio natural accesible para convertirse en una maraña impenetrable de vegetación, " un bosque en el que no se podía entrar", describe el alcalde. Esta situación no solo representaba la pérdida de un espacio público para los vecinos, sino también un riesgo latente por la acumulación de maleza.
Pero el verdadero problema de salud pública se encontraba bajo esa vegetación y, en muchos tramos, bajo el propio asfalto. El desagüe general, que recoge las aguas residuales del pueblo desde la zona de los pontones hasta más allá del Puente Sobradillo, estaba en un estado ruinoso. "Está todo destruido, salía toda la mierda. Todo el recorrido estaba atascado", ha detallado Pata. Este colapso provocaba que las aguas fecales se filtraran y afloraran a la superficie, contaminando el entorno y generando una situación insostenible.
La resolución del problema no ha sido sencilla. Uno de los primeros y más significativos obstáculos ha sido la localización de las infraestructuras clave para acceder a la red. Con el paso de los años y sucesivas capas de pavimentación, muchas de las arquetas de registro y las llaves de paso habían quedado sepultadas. "Hay muchas arquetas, tanto de desagüe como de llaves de paso, que están enterradas debajo del asfalto, pero a 30 centímetros", ha explicado el alcalde. Para encontrarlas, el equipo municipal ha tenido que recurrir a un detector de metales, realizando una labor casi arqueológica para poder acceder a la red de saneamiento.
La solución ha requerido de una acción coordinada. La limpieza de la vegetación de la ribera se ha financiado gracias a una línea de ayudas de la Diputación de Salamanca, destinada precisamente a la recuperación de cauces en tramos urbanos. Para el desatasco del colector, el Ayuntamiento ha contratado el camión especializado de la propia Diputación, un servicio que, según ha indicado el alcalde, tiene un coste de 500 euros al día, aunque los municipios de menos de 500 habitantes, como es el caso, se benefician de una bonificación.
Toda la actuación en el cauce ha requerido, además, la autorización preceptiva de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), el organismo que regula las intervenciones en los ríos y riberas. El alcalde ha señalado que, aunque se ha obtenido el permiso, el proceso no ha estado exento de las habituales trabas burocráticas.
La implicación del equipo de gobierno y del propio alcalde ha sido total. Jesús Pata ha relatado cómo, ante la magnitud del atasco y la suciedad acumulada, ha sido necesario improvisar soluciones sobre el terreno para poder avanzar en los trabajos de limpieza. "Hemos tenido que hacer un canal para que para mientras limpiaba, pudiera bajar toda la suciedad por ahí", ha confesado.
Tras días de intenso trabajo despejando la ribera, localizando arquetas y preparando el terreno, la llegada del camión de desatascos ha supuesto el momento culminante. La presión del agua ha logrado romper el bloqueo, liberando el "petróleo" acumulado durante años y devolviendo, poco a poco, la fluidez a la red de saneamiento.