Ver galería


SOCIEDAD
Actualizado 06/08/2025 11:41:34
Vanesa Martins

Este helipuerto, que lleva en funcionamiento desde octubre de 2022, ha marcado un antes y un después para la llegada de pacientes al Hospital de Salamanca

El sonido de las aspas del helicóptero del SACYL, con base en el aeródromo de Matacán, es sinónimo de esperanza y urgencia. Se trata de la señal inequívoca de que la carrera contra el tiempo ha comenzado. En la azotea, octava playa y que comenzó a funcionar en octubre de 2022, del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca (CAUSA), un equipo de profesionales se moviliza para recibir a un paciente cuya vida pende de los próximos minutos.

En el corazón de esta maquinaria humana se encuentra Nacho Estévez, coordinador de los Celadores del hospital, quien desgrana el protocolo que convierte un aterrizaje de emergencia en un salvavidas. “Lo tenemos muy coordinado, porque ahorramos un tiempo de excepción”, afirma con convicción.

El operativo se pone en marcha mucho antes de que la aeronave sea visible. La señal de salida la da una llamada del Centro Coordinador de Emergencias, que anuncia la llegada del helicóptero y el tiempo estimado de vuelo, activando todo el protocolo hospitalario. “Cuando nos llaman, nos ponemos en contacto con mantenimiento para que, por un lado bloqueen el único ascensor que llega hasta el helipuerto y, por otro, para que suban antes que nosotros, y revisen la zona”, detalla Estévez. La misión de este primer equipo es fundamental: realizar una inspección exhaustiva de la plataforma para asegurar que no haya objetos, herramientas o cualquier elemento suelto que pueda ser succionado por las turbinas del helicóptero o interferir en la maniobra de aterrizaje.

Por protocolo, toda la maquinaria pesada de las obras cercanas debe detener su actividad. El tiempo se congela en tierra para que el helicóptero pueda tomarla con total seguridad, guiado por sus avanzados sistemas de navegación y por la manga de viento instalada en la azotea.

Imagen del equipo del helicópetro y del hospital durante una prueba

Con la zona asegurada, comienza la fase más crítica y visible del protocolo: el traspaso del paciente. El equipo médico ya preparado se aproxima con un equipo diseñado para esta tarea. “Tenemos esta camilla, cuando nos llaman salimos, la ponemos debajo de la cola del helicóptero, que es por donde sale el paciente”, describe Estévez, todo el procedimiento con precisión. “Recepcionamos al paciente, que viene inmovilizado sobre un colchón de vacío fijado a una tabla espinal con ayuda del equipo médico del helicóptero, situando todo el bloque (pacientecolchón de vacíotabla espinal) encima de una camilla ubicada en la zona del helipuerto”.

Tras esto se traslada a dicho paciente y equipo médico hasta el lugar requerido, según la patología que presente. Después de esto se moviliza al paciente desde la tabla espinal sobre la camilla en la que es trasladado, acomodándolo a la cama más idónea, con el fin de preservar la seguridad del paciente y a su vez, devolver el colchón de vacío fijado a la tabla espinal al helicóptero lo antes posible para una nueva intervención. Un celador acude con los informes del equipo médico del helicóptero a Admisión de Urgencias para solicitar la historia médica. Tras ello, la entrega al equipo médico del hospital que ya se encuentra asistiendo al paciente.

Por último, tras desalojar los enseres de la zona donde han recibido al paciente, se suben de nuevo al helicóptero. Antes de subirlo todo, se higieniza el colchón de vacío y la tabla espinal en la que ha venido, junto al equipo médico que también se encuentra higienizando su material electrónico.

Helipuerto, en la fachada del CAUSA

Pero la coordinación va un paso más allá. Para optimizar cada segundo, el equipo de celadores se anticipa y pregunta más información en la primera llamada. Conocer de antemano si se trata de un infarto, un ictus o un politraumatismo les permite trazar mentalmente la ruta más rápida y directa dentro del complejo entramado del hospital, evitando cualquier demora. El destino final no es necesariamente el servicio de Urgencias general, sino la unidad especializada que puede ofrecer el tratamiento definitivo, eliminando pasos intermedios.

Los principales puntos de destino son la unidad de Ictus, que conocemos en este enlace, para pacientes con accidentes cerebrovasculares, la sala de Hemodinámica, crucial para el tratamiento de infartos agudos de miocardio, la sala de escáner (TAC), para un diagnóstico por imagen rápido y preciso y la zona de Urgencias, para estabilización y valoración inicial si es necesario.

El sistema también se enfrenta a desafíos operativos, especialmente durante la noche. Aterrizar a oscuras es “muy complicado”, admite. Aunque el helipuerto del CAUSA está perfectamente iluminado, su uso nocturno es factible principalmente en traslados entre hospitales. “Nos valdría en un momento dado si fuera de otro hospital que tuviera también
el helipuerto con luces”, aclara.

Etiquetas

Leer comentarios
  1. >SALAMANCArtv AL DÍA - Noticias de Salamanca
  2. >Sociedad
  3. >Rapidez y coordinación para salvar vidas: así es el protocolo del helipuerto que hay en el Hospital de Salamanca