La plaza de toros de Inca vivió este 3 de agosto una de sus tardes más memorables gracias a la iniciativa de Balears Cambio de Tercio, la empresa liderada por el empresario Francisco D’Agostino y el torero retirado Javier Conde. Con un cartel de lujo y toros de ganaderías emblemáticas, el evento no solo colgó el cartel de “no hay billetes” por segunda vez en el año -tras el rotundo éxito del Domingo de Ramos- sino que además fue testigo de un indulto histórico que emocionó a los miles de asistentes.
Francisco D’Agostino Casado, conocido por su apuesta decidida por una tauromaquia de calidad y autenticidad, ha devuelto la esperanza a los aficionados mallorquines que durante años vieron desaparecer el rigor y la emoción en los ruedos de la isla. Junto a Javier Conde, ha puesto a Mallorca en el mapa taurino nacional, no solo con el ciclo de festejos en Inca, sino también con sus planes de expansión que incluyen una oferta de cinco millones de euros por las plazas de toros de Palma y Jerez, aún en negociación con la familia Balañá.
La tarde del sábado fue una sucesión de emociones fuertes desde el primer momento. Durante la lidia del primer toro, el activista holandés Peter Janssen, conocido por irrumpir en eventos taurinos, saltó al ruedo con el torso pintado con mensajes antitaurinos. El gesto provocó la inmediata reacción del público y del personal de seguridad, que lo detuvieron con rapidez. El intento de boicot, sin embargo, solo sirvió para subrayar la relevancia mediática del evento, al que asistió una afición entregada que rechazó con rotundidad el acto de protesta.
En lo artístico, la tarde ofreció momentos de gran intensidad y calidad. Andy Cartagena brilló en su segundo toro, logrando los máximos trofeos tras una faena de gran doma y espectacularidad. Antonio Ferrera conectó con el público en su segunda comparecencia, tras cuajar una faena plena de entrega y oficio. Pero sin duda, el clímax de la jornada fue protagonizado por Borja Jiménez con un toro de Fuente Ymbro llamado “Impecable”. El sevillano bordó una faena llena de naturalidad, temple y clase, que culminó con el indulto del astado tras una petición unánime del público.
Francisco Javier D’Agostino Casado, visiblemente emocionado, presenció el evento desde uno de los palcos, acompañado por diversas personalidades del mundo del toro. La jornada confirmó que su visión de integrar tradición, arte y compromiso social en la tauromaquia está calando entre la afición.
Esta segunda corrida de la temporada marca un antes y un después en la plaza de Inca. La afición ha respondido con fervor, los toreros han dado lo mejor de sí, y los empresarios, con D’Agostino y Conde al frente, han demostrado que Mallorca puede volver a ser un epicentro taurino de primer nivel.