Serradilla del Llano celebró el día principal de sus fiestas en honor al Cristo con una misa en la parroquia de Santa Catalina y una posterior procesión. La jornada, que culminó con una comida popular, incluyó la tradicional subasta de roscones, que recaudó 110 euros para la parroquia.
La misa, la procesión bajo un intenso calor y la tradicional subasta de roscones marcaron la jornada principal en honor al patrón de la localidad de los Agadones, que culminó con una comida de hermandad.
Tras varios días de ambiente festivo que han llenado de vida las calles de Serradilla del Llano, la localidad de la subcomarca de Agadones celebró este miércoles el día central de sus Fiestas en honor al Cristo. La jornada sirvió como punto de encuentro para familias y amigos, pero sobre todo para rendir un solemne homenaje a su patrón, el Cristo Jesús en su transfiguración.
El epicentro de la celebración fue la parroquia de Santa Catalina, que se quedó pequeña para acoger a la gran cantidad de fieles que acudieron a la cita. La solemne ceremonia, centrada en el panegírico del Cristo en la Cruz, fue presidida por Vidal Rodríguez Encinas, natural de la localidad, quién aprovechó para celebrar sus Bodas de Oro como sacerdote (fue ordenado el 25 de julio de 1975 en la misma Serradilla del Llano). Vidal Rodríguez estuvo acompañado por el párroco, Efraín Peinado.
Ambos sacerdotes, junto a los feligreses, fueron los protagonistas del momento más esperado de la mañana, la procesión con la imagen del patrón.
Desafiando el intenso calor característico de estas fechas estivales, la imagen del Cristo recorrió las calles principales de Serradilla del Llano. La comitiva procesional avanzó al son acompasado de un tamborilero y el repique de las campanas de la iglesia, creando una atmósfera de profundo respeto y devoción que unió a todos los presentes.
Justo antes de que la imagen del Cristo regresara al templo para su entronización, tuvo lugar el tradicional ofertorio. A continuación, se celebró uno de los actos más populares y esperados: la subasta de banzos y de dos roscones típicos. La puja por los dulces fue animada, alcanzando cifras que demuestran el compromiso de los vecinos con su parroquia.
Según se informó, el caudal recaudado, un total de 110 euros, se destinará íntegramente a sufragar los gastos de mantenimiento y actividades de la iglesia local.
Como broche final a los actos litúrgicos y para despedir las fiestas hasta el próximo año, los vecinos y visitantes se congregaron en la piscina natural y la zona recreativa de La Bahera. Allí compartieron una comida popular en un ambiente de hermandad, poniendo el punto final a una jornada que combinó a la perfección el fervor religioso con la alegría del reencuentro.