La muestra reúne su trabajo en pintura, repujado en estaño, talla en madera y bordado, ofreciendo una visión completa de su evolución como creador autodidacta
Un viaje a través de tres décadas de creación artística. Eso es lo que ha propuesto el polifacético artista de Vitigudino, Roberto Vicente, en la sala de exposiciones del edificio San Nicolás de Vitigudino. La muestra, que se presenta como una mirada retrospectiva a su prolífica carrera, despliega un universo donde la pintura, el repujado, la talla en madera y el bordado conviven en perfecta armonía, revelando la pasión y la técnica de un creador en gran medida autodidacta.
Desde 1992, Roberto Vicente ha dedicado su vida a explorar diversas facetas del arte, un camino que lo ha llevado desde la gestión de una tienda de manualidades durante 25 años hasta convertirse en un referente local en múltiples disciplinas. Esta exposición es el testimonio de ese recorrido, una cuidada selección que abarca desde réplicas de los grandes maestros de la pintura hasta delicados trabajos artesanales cargados de simbolismo.
La pintura es, como él mismo confiesa, su disciplina favorita. Las paredes de la sala acogen una impresionante colección de reproducciones al óleo de cuadros célebres que abarcan siglos de historia del arte. Obras de Miguel Ángel, Da Vinci, Caravaggio, Velázquez, Goya, Murillo o Tintoretto comparten espacio con maestros de la luz como Sorolla o artistas más contemporáneos como Vidal González y Manuel Fernández.
Para Roberto, este ejercicio de reproducción ha sido su principal escuela. No se trata de una simple copia, sino de un profundo estudio de la técnica y el alma de cada autor. Sobre cómo aprendió a pintar, Roberto recuerda que "desde pequeño fui adquiriendo mis trazos", explica, pero ha sido este trabajo el que le ha permitido crecer. "Vas cogiendo de cada cuadro, vas cogiendo una esencia que tiene cada uno y después tú haces la tuya propia. Te van hablando la forma de pintar, las veladuras que tiene la vestimenta, o los adornos".
Más allá de los pinceles, la exposición revela la destreza de Roberto Vicente en técnicas artesanales que requieren paciencia y precisión milimétrica. Destaca su trabajo de repujado en estaño, un material flexible cuya dificultad reside, precisamente, en su delicadeza. "Puedes rasgar enseguida el material", advierte. Como prueba de su maestría, se exhiben dos libros forrados con esta técnica, una Biblia y un Quijote, además de una imponente custodia del Corpus Christi, la misma que preside el altar que se coloca cada Juves de Corpus en el cruce de las calles Inés Luna Terrero y Pilar Santiago.
Cuando se le pregunta por el tiempo invertido en una de estas piezas, su respuesta es reveladora de la filosofía del artesano: "Todo el que le quieras echar". Un trabajo como el de la Biblia, calcula, "bien a gusto, medio mes te puede llevar, echándole todas las horas".
Recientemente, ha incorporado el bordado a su repertorio, una disciplina que aborda con un propósito diferente. En la muestra se puede apreciar un mantón de manila y el proceso de lo que será un estandarte del Corpus Christi. Para él, es una vía de escape. "Lo utilizo más como desestresante, para relajarme, para... evadirte un poco del día que has tenido", confiesa.
La exposición se completa con otras creaciones, como los tamboriles que decora para el artesano local 'Chan' y un emotivo homenaje a su tío ebanista, José Vicente del Álamo, con dos tallas en madera: el escudo de Vitigudino y una reproducción de la ermita del Socorro.
La versatilidad de Roberto Vicente lo ha llevado también al campo de la restauración. Ha intervenido en imágenes de varias iglesias de la comarca, incluyendo la de Santa Teresa en Vitigudino y los 'Angelotes' del retablo del Socorro, donde colaboró con el fallecido Pepe Nácar. Sin embargo, es muy consciente de sus límites y del respeto que merece el patrimonio. "Yo lo que trabajo mucho es la escayola, si es una imagen artística o histórica, no la toco", aclara, enfocando su labor en piezas sin valor histórico para seguir aprendiendo.
A pesar de su talento y dedicación, Roberto Vicente mantiene una visión realista sobre si se podría vivir de esta profesión. "Vivir, vivir, yo diría que no, aquí no", admite. "Lo único que puedes hacer, enfocarlo a una segunda actividad, o como he estado yo estos 25 años en la tienda de manualidades, enfocarlo a un negocio relacionado con la venta de materiales".
La exposición retrospectiva de Roberto Vicente permanecerá abierta al público en el edificio San Nicolás de Vitigudino hasta el 30 de agosto. Los horarios de visita son de lunes a jueves, de 10:30 a 13:00 horas. Los viernes y sábados, el horario se amplía, pudiendo visitarse de 10:30 a 13:00 horas y, por la tarde, de 16:00 a 18:00 horas.
Aunque las obras no están expuestas con un fin comercial, el artista se muestra abierto a posibles interesados. Aquellos que deseen contactar con él pueden hacerlo a través del número de teléfono 677 46 06 83.