La celebración incluyó una solemne eucaristía en las Madres Carmelitas, un emotivo recuerdo a los ausentes y una comida de hermandad que se prolongó con música y fiesta
La villa ducal de Alba de Tormes fue escenario este sábado, 2 de agosto, de una jornada cargada de simbolismo y emoción. Los Quintos del 75 se reunieron para celebrar una etapa vital significativa: sus 50 años de vida. Uno de los actos centrales fue una solemne eucaristía en la iglesia de la Anunciación de las Madres Carmelitas, un lugar especial para los vecinos de la villa ducal.
La celebración se convirtió en un acto de gratitud por "el camino recorrido, por las amistades que perduran desde la infancia, por las familias que hemos formado y por las experiencias que nos han moldeado", tal y como se expresó en la monición de entrada de la misa escrita y leída por Mari Carmen García.
Uno de los momentos más conmovedores de la jornada fue el recuerdo dedicado a los quintos que ya no se encuentran físicamente entre ellos. Los quintos tuvieron un recuerdo especial y presente para Javi, Raúl, Paco, Julia, Chema y Fátima. Además de tenerlos en su mente y en el corazón, seis rosas blancas les recordaron en el altar, un gesto que subraya los lazos imborrables que unen a esta generación. Rosas que fueron entregadas a algunos de los familiares presentes en la eucaristía.
Al finalizar, Mari Carmen García, expresó las "gracias por la amistad que nos une, por esta generación del 75 que hoy se vuelve a encontrar, que se abraza con los recuerdos de la infancia y con la experiencia de los años vividos" La lectura fue un profundo agradecimiento por el camino recorrido, "con sus luces y sus sombras", y por todas las personas que han formado parte de él: hijos, padres y hermanos, quienes han sido "sostén, refugio y fuerza".
Hubo un momento de especial reconocimiento para el amor que perdura a través del tiempo, felicitando a dos parejas que celebraban sus aniversarios y que no pertenecían al encuentro. Se agradeció de forma explícita a Esther y Eugenio, por sus 25 años de vida juntos, y a Vicente y Loli, por sus 50 años de matrimonio, destacándolos como "ejemplo para todos nosotros".
Al finalizar la eucaristía las celebraciones se trasladaron al bar 'El Casino' y posteriormente al 'Hostal América', donde tuvo lugar una comida en cuyo brindis adquirió protagonismo un poema escrito por Mayte Flores para la ocasión:
Hemos llegado a los 50,
hemos llegado al medio siglo.
Vamos a celebrarlo por todo lo alto,
los Quintos del 75.
A los que ya los habéis cumplido,
a los que nos queda por cumplirlos,
vamos a coger energía e impulso,
para muy alto decirlo.
Medio siglo en el que hemos llorado,
hemos reído, aprendido y crecido.
Medio siglo para pararnos y valorar,
a nuestros amigos, a nuestras familias,
y poder llegar con salud a nuestra edad.
Medio siglo para poder gritar:
¡Que no hay edad para amar, vivir
y volver a empezar!
Vamos a brindar por esos años que nos quedan
y por los que ya no están,
que seguro desde donde estén, nos cuidarán.
Vamos a celebrar la vida, la compañía,
que nunca se pierda esta tradición
que somos cincuentones y todavía estamos cañón.
Felicidades, compañeros, y antes de finalizar,
prometerme debéis:
que siempre, siempre,
Felices seréis.
Por la noche recena, con la colaboración de Pastelerías La Madrileña, concierto con el grupo local de '3 de Picas' y fin de fiesta en el 'Santo Pecado'.