Empieza a hacerse tanta mediocridad entre los que nos tienen que gobernar, lo peor es que la sociedad se está convirtiendo también en una sociedad mediocre que se enorgullece de serlo frente a los que intentan hacer algo para que no caigamos en el pozo de la mierda. Como llamaban al pozo donde se echaba a los reos condenados a muerte en los castillos en la edad media. Cada día que pasa nos duele más la cabeza, parece que en España hay más tontos que botellines y ya es decir. También cada día va más el dinero de los trabajadores a los vagos y delincuentes.
Cada día muere un niño jugando al fútbol de muerte súbita, estamos inmersos en eso, además de los adultos que mueren por la calle, en el trabajo y por cánceres en pocos días. Nos quitamos las mascarillas pero por que lo diga un político no quiere decir que no debamos tener cuidado. Envidia, falsedad y arrogancia son las hijas de la ignorancia. España, como cualquier país democrático con dos dedos de frente, se sostiene sobre cuatro pilares fundamentales como son la corona, la justicia, la prensa libre y las clases medias trabajadoras. Un resumen sería la ley y el orden. Parece que no hay ni lo uno ni lo otro. La alegría para vivir también es mala para la salud según los expertos. Si se produce una tercera guerra mundial parece que tan sólo tendría consecuencias devastadoras para el cambio climático.
Hasta 1975 el sistema educativo y las universidades de nuestro país consiguieron ocho premios Nobel. A partir de entonces tras la reforma de Felipe y sus sistemas educativos a la carta e impuestos políticamente no se ha conseguido nada más. El coletas con cinco alumnos en clase ha pasado a no aprobar su propia asignatura.
La banda estos días sigue lanzando soflamas como que van a poner la vivienda patas arriba y echar a los especuladores para hacer más fácil la vida a la juventud, como si los demás nos hubiéramos tocado la flauta y después Blancanieves y los siete enanitos nos pagarán los gastos y nos harán la cama. Desprestigiar el esfuerzo y llamar a muchos gandules vulnerables no arreglará nunca la situación. En España el esfuerzo se premia con una carga impositiva desmesurada. Si el dinero no se deja correr no se crea riqueza. La solución para el mercado de la vivienda según chupipandi es hundirlo, lo mismo que el turismo. Este año el turismo va a morir de éxito al subir los precios hasta el infinito, creen que los europeos seguirán pagando como tontos en vez de buscar alternativas. Los españoles en casa por los precios. En cuanto a las islas sin emisiones han provocado que en Salamanca las terrazas estén más vacías que nunca, aislamos el centro de los salmantinos y su Plaza Mayor, resultado ha quedado el turismo de bocadillo, el que antes no se veía y no se sentaba en la Plaza y tampoco ahora. Cerraran nuevamente bares y comercios como ocurrió con la peatonalización que desterró a los salmantinos a la periferia. El salmantino de aperitivo y tarde como se vaya ya no regresará. Salamanca va perdiendo interés cada vez más. Hemos llegado a que un automóvil europeo valga la mitad en China y que nos vendan los perragorderos chinos aquí. Mal vamos.
Pronto sólo podrán pernoctar en los hoteles de la playa los inmigrantes ilegales pagados por la CCAA. Mientras la deuda real de España parece que ya llega a los dos billones y nos está llevando al rescate, y de ahí a que el BCE nos exija recortes en pensiones, funcionarios y gasto público hay un camino muy corto, de ahí a la miseria y el control.