UNIVERSIDAD
Actualizado 30/07/2025 11:13:03
Rosa M. García

El biólogo y paleontólogo de la USAL Andrés Rigual participó en la última expedición internacional del buque rompehielos Commandant Charcot donde realizó muestreos en el mar helado

Un equipo del Grupo de Geociencias Oceánicas (GGO) de la Universidad de Salamanca (USAL) se ha adentrado en las gélidas aguas de Groenlandia para llevar a cabo una investigación crucial: medir el impacto real del cambio ambiental en los ecosistemas marinos polares. El estudio se centra en el estado actual del fitoplancton, organismos microscópicos que forman la base de toda la cadena alimenticia en el océano.

El biólogo y paleontólogo de la USAL, Andrés Rigual, participó en la reciente expedición científica a bordo del buque rompehielos Le Commandant Charcot. Durante la campaña, se realizaron muestreos de agua y sedimento en el mar helado para documentar la distribución de especies de fitoplancton, especialmente las diatomeas.

¿Por qué las diatomeas son clave para entender el clima?

Las diatomeas, unas algas diminutas, son testigos excepcionales de las condiciones ambientales. Su existencia en la bahía de Baffin, una región estratégica conectada con el Atlántico Norte y el Ártico, las convierte en un indicador de alta precisión. Estos organismos responden rápidamente a cambios de temperatura, salinidad, acidez y nutrientes.

Gracias a que sus esqueletos de sílice (frústulos) se preservan excelentemente en los sedimentos marinos, los científicos pueden reconstruir las variaciones climáticas y ecológicas de los últimos milenios. Como subrayan los investigadores, las diatomeas representan “la frontera entre el medio ambiente y la red trófica y, como tal, cambios en su composición y abundancia pueden dar lugar a profundas modificaciones de los ecosistemas”.

Una expedición internacional en el corazón del Ártico

La misión científica, coordinada por la empresa SEDNA con el apoyo de la naviera PONANT, reunió a un equipo multidisciplinar de ocho científicos de primer nivel. Además de la Universidad de Salamanca, participaron las siguientes instituciones:

  • Universidad de Burdeos (Francia)
  • CNRS (Centro Nacional para la Investigación Científica de Francia)
  • Imperial College de Londres (Reino Unido)
  • Universidad del País Vasco
  • Universidad de Barcelona

El buque Le Commandant Charcot, equipado con laboratorios de alta tecnología, permitió al equipo trabajar directamente sobre el hielo marino, analizando desde contaminantes y fitoplancton hasta los cambios en la banquisa y la paleoceanografía.

El proyecto 'BASELINE': estableciendo un punto de referencia polar

Esta investigación se enmarca en el proyecto ‘BASELINE’, dirigido por los científicos de la USAL Andrés Rigual y Mª Ángeles Bárcena. El objetivo es revisar el estado actual del fitoplancton como “testigos del impacto del cambio ambiental sufrido en la base de la cadena trófica en ambientes marinos polares”, según informan a Comunicación USAL.

Uno de los focos de mayor preocupación es el estudio de especies de diatomeas potencialmente nocivas. “Hacemos especial énfasis en especies potencialmente nocivas de diatomeas que en estas latitudes son bastante problemáticas y pueden ser causa de muerte o intoxicación grave”, explica Andrés Rigual. Se prevé que estas especies aumenten en las próximas décadas, por lo que “estamos estableciendo este punto de referencia para poder identificar cambios en estos organismos en el futuro”.

La catedrática Mª Ángeles Bárcena añade que el análisis de los sedimentos permitirá ver si ha habido cambios sustanciales desde el periodo preindustrial. “Tras todo el proceso de la identificación, conteo y comparación de especies podremos reconstruir fielmente el ambiente y los organismos que vivían allí y cuál era el estado ambiental vigente”, incide.

Del Ártico a la Antártida: una visión bipolar

El proyecto ‘BASELINE’ no se limita al Ártico. Su ámbito de estudio original es la Península Antártica, lo que permitirá al equipo de la USAL obtener una imagen completa del estado de los ecosistemas en ambos polos. Esta comparativa es fundamental para entender las similitudes y diferencias en la respuesta de las diatomeas al cambio global, especialmente en las comunidades del Antártico, que han sido menos estudiadas.

Un equipo multidisciplinar con sello USAL

El equipo del proyecto BASELINE en la Universidad de Salamanca es un claro ejemplo de colaboración interdisciplinar. Junto a Andrés Rigual y Mª Ángeles Bárcena (Geología), participan:

  • Anne-Marie Ballegeer (Facultad de Educación), que investiga la alfabetización oceánica a nivel internacional.
  • Raquel Álvarez (Facultad de Farmacia), encargada de detectar y cuantificar toxinas en las muestras.

El proyecto cuenta además con colaboradores internacionales de prestigio como Hugh Ducklow de la Columbia University (EE.UU.) y Ruth Eriksen del CSIRO de Hobart (Australia).

El Grupo de Geociencias Oceánicas, una unidad de excelencia

El Grupo de Geociencias Oceánicas (GGO) de la USAL, reconocido como Unidad de Investigación Consolidada por la Junta de Castilla y León, es un referente en estudios sobre cambio climático. Su especialización en técnicas micropaleontológicas y biogeoquímicas le ha permitido participar en programas de gran envergadura como el Programa Internacional de Descubrimiento de los Océanos (IODP).

Los últimos estudios confirman que los océanos polares están cambiando a un ritmo alarmante. Como concluyen los científicos, “un cambio que, si bien en cierta medida es natural, también es cierto que en gran medida está provocado por el hombre y su influencia es abrumadora”.

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