“Del potrero a la pizarra sin perder la niñez”
En 13.11.2014, escribí acerca de Mafalda y el fútbol, aprovechándome de su verborrea y pragmatismo, de su profundidad de análisis, plasmando un corolario de frases que nos hacían reflexionar sobre el fútbol.
Últimamente estoy haciendo algún experimento con la herramienta “CHAT GPT” que me ayuda a ser creativo en la exposición de motivos sobre aspectos específicos del fútbol, al fin y al cabo, es mi especialidad.
Y aproveché una sugerencia lanzada al vuelo: Un diálogo imaginario entre Mafalda y Juanma Lillo (Entrenador amigo) acerca del fútbol. Y quedó así:
Mafalda (cruzada de brazos, ceño fruncido):
—¿Vos también sos de esos que dicen que “hay que ganar como sea”?
Lillo (sonriendo con los ojos):
—No, Mafalda. De esos no soy. Para mí, ganar sin comprender es como aprobar copiando: no sabés nada y encima te creés listo.
Mafalda:
—Ah, menos mal… Ya me estaba por ir. ¿Y vos para qué querés la pelota?
Lillo:
—Para tenerla, claro. ¿Y vos?
Mafalda:
—Para pasarla. Porque si nadie la pasa, el juego se vuelve egoísmo con césped.
Lillo (aplaudiendo con la mirada):
—Hermosa definición. El pase es el acto más generoso del fútbol.
Mafalda:
—Y sin embargo, los que más se la pasan hablando de fútbol son los que menos la pasan en la cancha.
Lillo:
—Tienen miedo de que pensar les quite autoridad. Y vos sabés… el fútbol está lleno de tipos que no soportan una pregunta.
Mafalda (picante):
—¿Vos sabés qué es lo que más me gusta del fútbol?
Lillo:
—¿Qué?
Mafalda:
—Que todavía se puede jugar como si el mundo no lo hubiera comprado todo.
Lillo:
—Ahí lo dijiste todo, Mafalda. El día que se acabe eso, se termina el fútbol… y un poquito también la infancia.
Mafalda (dibujando una cancha con el dedo en el aire):
—Entonces hay que cuidarlo. Como a los lápices con punta.
Lillo:
—Y como a las ideas que todavía no están marcadas en fuera de juego.
¿No resulta encantador este juego de inteligencias?