LOCAL
Actualizado 25/07/2025 10:56:32
Pablo González Sepúlveda

El curso fluvial que vertebra Salamanca: un itinerario de 284 km desde Gredos a los Arribes, jalonado de tesoros naturales, patrimonio monumental y una profunda herencia cultural

Desde su nacimiento en la Sierra de Gredos (Ávila) hasta su desembocadura en el río Duero, el Tormes actúa como un auténtico eje vertebrador de la provincia de Salamanca. Con un recorrido de 284 kilómetros, atraviesa las provincias de Ávila, Salamanca y Zamora, moldeando el paisaje y dinamizando el territorio a su paso. Este curso fluvial no solo define la geografía, sino que también articula itinerarios culturales, espacios naturales protegidos y prácticas sociales profundamente arraigadas.

En cuanto a su origen y recorrido, el río Tormes nace en un entorno de alto valor ecológico y simbólico: el paraje de Prado Bermejón junto a la Fuente Tormella, en el término municipal de Navarredonda de Gredos. Esta villa, ubicada a unos 60 km al suroeste de la ciudad de Ávila, forma parte del Parque Regional de la Sierra de Gredos y ofrece un entorno natural inigualable, con paisajes de gran belleza que hacen del lugar un destino privilegiado para los amantes de la naturaleza.

Desde su nacimiento, el Tormes desciende por las estribaciones de la Sierra de Béjar, acompañando a lo largo de su curso a numerosos municipios, entre ellos la ciudad de Salamanca, a la que ha acompañado históricamente en su desarrollo urbano, económico y cultural. En su tramo final, el río se encaja progresivamente entre imponentes paredes rocosas hasta alcanzar la comarca fronteriza de Las Arribes, donde culmina su recorrido al unirse al Duero en un paraje conocido como Ambasaguas, dentro del Parque Natural de las Arribes del Duero.

El Tormes atraviesa una gran variedad de paisajes de alto valor ecológico y visual, desde hábitats montañosos hasta lagunas glaciares. Sus ecosistemas de ribera son el hábitat de especies emblemáticas como la trucha común o el águila real y su riqueza ambiental ha sido reconocida a través de distintas figuras de protección: el embalse de Santa Teresa, está catalogado como Zona Húmeda de Interés Especial; las riberas del Tormes y sus afluentes forman parte de la Red Natura 2000 como Lugar de Interés Comunitario (LIC); y todo el territorio recorrido por la ruta principal del río se encuentra incluido dentro de la Reserva de la Biosfera de las Sierras de Béjar y Francia, declarada por la UNESCO.

A lo largo de su trayecto, el Tormes bordea numerosas villas medievales asentadas en sus márgenes, como Navarredonda de Gredos, El Barco de Ávila, Puente del Congosto, Alba de Tormes, Villamayor, Ledesma, Villarino de los Aires —ya en las entrañas de Las Arribes—, y, por supuesto, la ciudad de Salamanca. Estos municipios conservan un importante patrimonio arquitectónico, donde destacan castillos, puentes romanos y medievales, aceñas, antiguos molinos y otras construcciones que dan testimonio del pasado histórico y cultural de la región.

Además de su valor material, el Tormes está profundamente vinculado al patrimonio cultural inmaterial. En Salamanca, por ejemplo, los contornos del río sirven de escenario a prácticas sociales y festivas, como el tradicional “Lunes de Aguas”, una celebración popular que refuerza la identidad colectiva, estableciendo un vínculo entre los habitantes y su entorno fluvial.

Históricamente, las orillas del Tormes fueron también espacios de intensa actividad económica y social. En sus márgenes se desarrollaban actividades ganaderas, comerciales y domésticas, como el lavado de ropa, que convirtieron al río en un espacio central del quehacer rural. Algunos de estos momentos han quedado registrados en documentos audiovisuales, que hoy forman parte del patrimonio audiovisual y de la memoria colectiva del territorio.

Uno de los recorridos más destacados, es la ruta de senderismo de gran recorrido que acompaña al Tormes hasta el embalse de Santa Teresa, uno de los principales embalses de la cuenca del Duero y el segundo más grande en extensión. Este cuerpo de agua no solo cumple una función hídrica estratégica, sino que también ofrece un espacio idóneo para la práctica de deportes náuticos, incluida la navegación a motor, convirtiéndose en un importante recurso recreativo y paisajístico.

Esta ruta, de aproximadamente 50 kilómetros, comienza en la localidad de La Magdalena, dentro del término municipal de El Tejado. Desde allí, el senderista entra en contacto con el curso del Tormes y lo acompaña por su margen izquierda, recorriendo su ribera hasta llegar a Puente del Congosto, una villa medieval con un notable conjunto patrimonial arquitectónico. El itinerario continúa hasta el norte del municipio de Santibáñez de Béjar, cerca de la frontera con Cespedosa, ofreciendo al visitante una experiencia integral de naturaleza, cultura y patrimonio rural. A lo largo del recorrido, el caminante podrá observar los elementos característicos de los ecosistemas de ribera, en un entorno protegido que refuerza su valor ambiental, paisajístico y educativo.

Para facilitar el conocimiento y disfrute de estos itinerarios, se han editado folletos explicativos disponibles en la Oficina Municipal de Turismo. Además, se está trabajando para integrar toda esta información, incluidos los planos de las rutas, la ubicación de los 57 paneles interpretativos y los puntos de interés patrimonial (etnológico, arqueológico, literario, natural y arquitectónico), en una publicación impresa y en una aplicación móvil. También está disponible a través de una página web oficial, accesible para el público.

En este recorrido por los cauces que moldean la identidad del territorio, merece también una mención especial el río Cuerpo de Hombre, otro afluente de gran importancia en la provincia de Salamanca, especialmente en su paso por la comarca de Béjar. Este río da forma a la emblemática Ruta de las Fábricas Textiles, un itinerario que fusiona naturaleza, historia y patrimonio industrial. Las antiguas fábricas, hoy paradas, conservan la huella de una intensa actividad manufacturera que durante siglos definió el desarrollo económico y social de Béjar. La combinación entre el entorno natural del río y el legado industrial convierte este trayecto en una experiencia única, de gran valor cultural, emocional y paisajístico, ineludible para quienes desean comprender en profundidad la esencia de esta tierra.

TEXTO: Pablo González Sepúlveda @pablogonzalezsp

Foto: 'Salamanca Fotos de antaño'

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