OPINIóN
Actualizado 27/07/2025 09:15:03
Carlos Javier Salgado Fuentes

El PP ha quedado fuertemente tocado en Béjar, con la pérdida de su histórica sede, su próximo desalojo de la alcaldía, y sin un liderazgo claro tras el fuerte cuestionamiento de su actual líder en el consistorio.

Esta semana una imagen corría como la pólvora por whatsapp entre los bejaranos. Era la foto del cartel de la hasta ahora sede del PP en Béjar abandonado junto a unos contenedores de la ciudad, fruto de que los populares han sido desalojados de su histórica sede de la céntrica calle Colón bejarana, debido a lo cual el PP ha dejado de tener sede en Béjar.

Sin duda, esta imagen del cartel de la sede del PP abandonada junto a los contenedores es una potente imagen, muy ilustrativa de la situación actual de los populares en la ciudad bejarana, debiendo sumarse al desalojo de su histórica sede de la calle Colón el próximo desalojo que sufrirán del gobierno municipal, tras haber registrado esta semana toda la oposición en bloque una moción de censura para sacar a PP y VOX del gobierno municipal.

A estas alturas resulta obvio que, en poco más de dos años, el actual alcalde popular, Luis Francisco Martín, ha dilapidado la herencia de Alejo Riñones, que fue artífice de la época dorada del PP en Béjar. Lejos quedan ya aquellos tiempos de bonanza para los populares bejaranos, aquellos años con mayorías absolutas y una sede a pleno rendimiento.

Hoy, sin embargo, es el cartel de dicha sede el que se sitúa junto a los contenedores para ser tirado, mientras que en dos semanas el pleno municipal será el que sitúe al popular Luis Francisco Martín y a su lugarteniente, la teniente-alcalde voxera Purificación Pozo, en el contenedor de la oposición municipal tras 2 convulsos años de mandato.

Y es que el mandato del tándem Martín-Pozo ha estado cargado de polémicas, comenzando con el caso de los controvertidos asesores que contrató el alcalde, que le valió la salida por iniciativa propia de dos concejalas que habían ido en la lista popular, Olga García y Araceli Dorado (que llegaron a denunciar incluso amenazas de estos asesores), informando posteriormente la prensa tras estallar dicha polémica que dichos asesores contratados por el alcalde popular de Béjar tenían antecedentes relacionados con el narcotráfico y el blanqueo de capitales.

Un caso que conllevó que los medios tirasen de hemeroteca sobre el actual alcalde del PP en Béjar, para recordar que no era su primera polémica y que fue condenado en 2005 a un año de prisión e inhabilitación especial para empleo o cargo público por usurpación de funciones, al ocupar ilegalmente el puesto de secretario municipal en Puente del Congosto, para el que carecía de la titulación exigida para el acceso a la subescala y categoría del puesto, siendo designado para el mismo ‘a dedo’ por la entonces alcaldesa popular de dicho municipio, cuando Martín era concejal del PP en Béjar, mientras que la entonces alcaldesa popular de Puente del Congosto fue condenada por un delito de prevaricación a la pena de siete años de inhabilitación especial para empleo o cargo público de carácter electivo.

Tras cumplir dicha pena, Luis Francisco Martín volvió a la política nuevamente de la mano del PP, aunque no en la ciudad de Béjar, sino en un municipio contiguo de escasa relevancia mediática, Navacarros, donde fue elegido concejal en la lista popular en las elecciones de 2015 y 2019, quedando en ambos casos en la oposición, tras lo cual en 2023 fue nombrado candidato del PP a la alcaldía de Béjar, realizando los populares un pomposo acto en la ciudad bejarana en el que intervinieron tanto Alfonso Fernández Mañueco como Carlos García Carbayo, apuntando Mañueco en dicho acto en abril de 2023 que “Luis Francisco tiene el respaldo del PP desde Feijóo hasta la dirección provincial y autonómica”. De este modo, Martín se consagraba como candidato del PP, resultando en las elecciones la segunda lista más votada en Béjar, pero accediendo los populares a la alcaldía tras un pacto post-electoral con VOX.

Entretanto, otra de las cuestiones que ha marcado la legislatura ha sido la polémica gestión de la estación de esquí de La Covatilla, perteneciente al Ayuntamiento de Béjar, por parte del equipo de gobierno municipal, siendo el hecho más grave que no se hubiese pasado la revisión necesaria al telesilla antes del inicio de la temporada, lo que impidió que se pudiesen abrir las pistas que no estaban en la cota más baja, al no poder emplearse el telesilla para acceder a cotas superiores. Un hecho que implicó tener cerrados los principales remontes de la estación, con solo 3 de sus pistas pudiendo abrir, las de debutantes de la cota baja, y ello en el que ha sido el mejor año de la última década en cuanto a volumen de nieve en la Sierra de Béjar, desaprovechándose esas condiciones favorables meteorológicas por la mala gestión de la estación por parte de su responsable, la teniente-alcalde de VOX, Purificación Pozo.

No obstante, uno de los últimos escándalos que ha sacudido al equipo de gobierno PP-VOX en Béjar ha sido la adjudicación de un contrato realizado por el Ayuntamiento a la empresa del alcalde, para editar un libro de otro miembro que fue en la lista electoral del PP, contrato que al ser un contrato menor no requería de concurso, adjudicándose ‘a dedo’. Una factura que se habría firmado por alcaldía, a pesar de que, según recogía la prensa, en febrero se habría realizado una Declaración de Ausencia de Conflicto de Intereses, aún y cuando el contrato se daba a una empresa de la que el alcalde era el único socio y dueño. Su justificación al ser preguntado en pleno sobre esta cuestión fue que “Muchas cosas de las que firmo no las leo”, zanjando que “tendría que estar 24 horas sin dormir solo para leer todo. Solo leo lo importante”.

Una polémica que, no obstante, está llamada a ser presumiblemente la última protagonizada por el aún alcalde bejarano del PP, cuyo mandato también ha estado marcado por momentos de importante tensión en plenos y comisiones, llegando a darse insultos cruzados con algún concejal de la oposición y acusaciones incluso de intentos de agresión. Un mandato convulso que hace recordar al que tuvo una reciente predecesora en la alcaldía bejarana, Elena Martín, del PSOE, que en la pasada legislatura llegó a saltar de polémica en polémica hasta acabar presentando su dimisión, para dejar el bastón de mando a quien previsiblemente sucederá tras la moción de censura del 5 de agosto a Luis Francisco Martín en la alcaldía de Béjar, el socialista Antonio Cámara.

En todo caso, más allá de la moción de censura, el PP ha quedado fuertemente tocado en la ciudad bejarana en esta legislatura, con la pérdida de su histórica sede, la previsible próxima pérdida de la alcaldía moción mediante, sin un liderazgo claro tras el fuerte cuestionamiento social de su actual líder en el consistorio (a pesar de lo cual el PP de Salamanca ha salido esta semana a mostrarle su “agradecimiento público” y su “apoyo” en un comunicado), y con una cascada de bajas en sus afiliaciones que les plantea una coyuntura complicada de cara a unas próximas elecciones municipales para las que restan menos de dos años. Difícil escenario para los populares en Béjar, donde parecen haber colapsado.

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