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LAS ARRIBES
Actualizado 24/07/2025 13:03:58
Miguel Corral

El director del ITACyL, Rafael Sáez, ha visitado la viña experimental para reafirmar el apoyo de la Junta a la D.O. Arribes, proyecto en el que se investigan variedades de uva minoritarias para potenciar la calidad y singularidad de sus vinos

La ‘viticultura heroica’ de Arribes del Duero, caracterizada por sus viñedos en terrazas y pendientes escarpadas, encontró hace varias décadas en Villarino de los Aires un epicentro para su renacimiento y proyección futura. La viña experimental de Las Bozas, una parcela cedida por el Ayuntamiento, se ha convertido en el laboratorio donde la ciencia y la tradición se dan la mano para rescatar un patrimonio genético único. Este enclave ha sido el escenario de la visita de Rafael Sáez, director general del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (ITACyL), quien ha reafirmado el compromiso de la Junta con una denominación de origen singular y con un potencial extraordinario.

Acompañado por técnicos, bodegueros y autoridades locales, Sáez ha subrayado la relevancia estratégica del sector vitivinícola para la comunidad, un pilar que representa más del 3% del Producto Interior Bruto regional y genera más de 33.000 empleos, la mayoría de ellos anclados en el medio rural. “Es uno de los pilares fundamentales de nuestros productos agroalimentarios que se caracterizan por la calidad”, ha destacado el director del ITACyL.

Una apuesta decidida por la investigación y la innovación

Para impulsar esta joya enológica, la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, a través del ITACyL, ha reorganizado sus esfuerzos en un centro de I+D+i específico para el sector vitivinícola, con un presupuesto cercano a los dos millones de euros. Este músculo investigador se materializa en la D.O. Arribes a través de dos proyectos de gran calado en los que participa la viña de Las Bozas.

El primero, un proyecto (POCTEP) de colaboración transfronteriza con Portugal, se centra en la recuperación y estudio de variedades minoritarias para producir “vinos diferentes, pero vinos de calidad”. El segundo, un proyecto SUDOE junto a regiones de Francia, Galicia y Portugal, busca poner en valor los servicios ecosistémicos del viñedo. “La viña es uno de los aspectos fundamentales de este ecosistema que estamos viendo ahora mismo y que es espectacular”, ha señalado Sáez, refiriéndose a la necesidad de potenciar el relato de la ‘viticultura heroica’ para conquistar los mercados.

La D.O. Arribes, con más de 300 hectáreas de viñedo repartidas entre Salamanca y Zamora y 21 bodegas, se beneficia directamente de este apoyo, que no solo abarca la investigación, sino también la promoción, el control, la certificación y la digitalización de su registro vitícola.

El guardián de las variedades perdidas

El alma técnica de este proyecto es José Antonio Rubio Cano, jefe de la unidad de cultivos leñosos del ITACyL. Su trabajo en la finca de Las Bozas, que comenzó en 2005, ha sido crucial para salvaguardar el ADN de la comarca. Según ha explicado, el objetivo inicial fue crear un santuario para variedades que estaban dispersas y en riesgo de desaparecer.

“Establecimos un ensayo de reserva de variedades minoritarias. Habíamos hecho durante los años anteriores prospecciones, había un conjunto de variedades minoritarias interesantes y que los viticultores conocían perfectamente”, ha relatado Rubio. “Nuestra idea fue buscar un sitio de reserva que sirviera para estudiarlas bien, unas comparadas con otras, y luego que sirviera también de fuente de material controlado y de calidad, porque luego hemos hecho análisis para ver si están libres de virus, y ese material poder cederlo a los viticultores”.

En esta parcela conviven tesoros como la Puesta en Cruz, Tijonera (conocida localmente como Verdejo Colorado), Bastadillo Chico, Bastadillo Serrano, Gajo Arroba, Mandón, Tinto Geromo y la célebre Bruñal. Aunque este material genético es público y puede ser adquirido por viticultores de otras zonas, Rubio ha lanzado una recomendación clave: “Lo que siempre hemos aconsejado es que desde Arribes, puesto que nacen de aquí y están aquí distribuidas, que hagan unos vinos muy asociados al terreno, es decir, Puesta en Cruz de Arribes, Bruñal de Arribes. Pero va a ser imposible que en otros sitios, si les parecen muy buenas, no las utilicen”.

Una alianza estratégica para la D.O. Arribes

Desde el Consejo Regulador, el director técnico Carlos Capilla ha calificado el trabajo del ITACyL como “fundamental, importantísimo”. La colaboración ha permitido no solo identificar y multiplicar estas variedades, sino también integrarlas en la normativa de la denominación de origen, fortaleciendo su identidad.

“Ha sido un fantástico trabajo que la Junta de Castilla y León y el ITACyL han realizado. Un trabajo del que nosotros nos estamos aprovechando en el buen sentido de la palabra, ya que hemos incorporado muchas de estas variedades en el pliego de condiciones”, ha afirmado Capilla. De hecho, ha anunciado que el nuevo pliego de condiciones, recién presentado, ya incluye la variedad Tijonera.

"La unión Castilla León, ITACyL, con el Consejo Regulador, agradeciendo siempre al Ayuntamiento de Villarino de los Aires la posibilidad de tener este viñedo experimental aquí, la verdad es que son todo buenas noticias. Gran trabajo, grandes resultados, variedades muy interesantes, que incluso otras zonas vitivinícolas, tanto de Castilla y León como de España le están echando el ojo, con lo cual felicitar el gran trabajo que han realizado y seguiremos trabajando con ellos y seguiremos poniendo estas variedades minoritarias y al revés del Duero en el mapa vitivinícola de este país".

De cara a la próxima vendimia, las previsiones son optimistas. “Vamos a tener una vendimia como las últimas que estamos teniendo en una cantidad aproximadamente, nos podremos mover entre 900.000 y un millón de kilos”, ha avanzado, destacando la excelente calidad de las dos últimas añadas, ambas calificadas como “excelente”.

Orgullo y agradecimiento en Villarino

El arraigo del proyecto en el territorio ha sido posible gracias a la visión del Ayuntamiento de Villarino de los Aires hace varias décadas. Su alcalde actual, Matías Martín, ha expresado su gratitud de forma concisa y directa: “Yo quiero agradecerle al ITACyL, al director, y en especial a José Antonio, que es el que coordina todo esto, por lo que estoy muy agradecido y espero que siga adelante”.

Por su parte, la portavoz del equipo de gobierno municipal, Belén Maldonado, ha puesto en valor el significado de albergar esta instalación. “En nombre del Ayuntamiento de Villarino de los Aires, queremos agradecer la presencia del director del ITACyL, Rafael Sáez, y de la subdirectora, Cristina León, pero en especial a José Antonio Rubio, que son las personas que están gestionando y llevando el mantenimiento y desarrollo de la Viña Experimental de las Bozas”, ha declarado.

Maldonado ha concluido subrayando el impacto del proyecto: “Este trabajo técnico y de investigación ha sido muy importante para conocer mejor nuestro viñedo y para recuperar patrimonio genético. Este viñedo no solo se mantiene vivo, sino que sigue creciendo con fuerza y carácter. Es un orgullo para nosotros que Villarino albergue una instalación de referencia en este ámbito”. Un orgullo compartido que, desde una pequeña parcela en los Arribes, mira al futuro global del vino.

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