El centrocampista considera una prioridad volver a enganchar a los seguidores del club charro y explica cómo hacerlo.
Tras el segundo entrenamiento del Salamanca UDS en esta pretemporada, el centrocampista charro Cristeto, atendía a SALAMANCA AL DÍA con una declaración de intenciones serena y firme, la hoja de ruta de un vestuario que busca reconstruir la ilusión desde los cimientos del trabajo y la prudencia.
Lejos de vender promesas de ascensos meteóricos, Cristeto ha anclado las expectativas en el presente más inmediato. "La verdad que tengo sensaciones muy buenas, empezando con muchas ganas", ha afirmado, encapsulando en esa simple frase la energía que se respira en los primeros entrenamientos. Es la ilusión de la nueva campaña, pero atemperada por la experiencia de quien sabe que el camino en las divisiones de bronce del fútbol español es una maratón de obstáculos.
Para el jugador salmantino, el objetivo de esta temporada trasciende la simple suma de puntos en la clasificación. Existe una meta tanto o más importante: la reconexión con la masa social. Cristeto ha sido claro al respecto, subrayando que el equipo tiene un deber con quienes cada fin de semana ocupan sus asientos en el Helmántico. "Tenemos ganas de hacer un gran año, de conectar a la gente y hacer buen fútbol, que es lo importante", ha señalado.
No se trata solo de ganar, sino de cómo se gana. La afición del Helmántico anhela un equipo con el que identificarse, que muestre garra, compromiso y, sobre todo, un estilo de juego reconocible y atractivo. Cristeto, que es de la tierra, asume esa responsabilidad y la convierte en uno de los pilares del nuevo proyecto. La idea es clara: el buen juego es el vehículo más directo para recuperar la comunión total entre el campo y la grada.
Una de las claves de cualquier pretemporada es la integración de las nuevas caras. Un proceso delicado en el que los veteranos juegan un papel fundamental. Preguntado por la llegada de los refuerzos, Cristeto ha mostrado su faceta más hospitalaria, asegurando que el núcleo duro del equipo ya trabaja para facilitar su adaptación.
"La verdad que muy bien, los conocimos ayer. Ya saben que aquí tienen lo que necesiten para para que estén bien felices en la ciudad y que se adapten al club", ha explicado. El objetivo es crear un entorno de confianza, un ecosistema donde el futbolista recién llegado pueda centrarse exclusivamente en rendir sobre el terreno de juego. Y es que un vestuario unido y una rápida adaptación a la vida en Salamanca son las primeras piedras para construir un bloque sólido y competitivo.
En cuanto a las metas para el nuevo curso, ya sea la promoción o el ascenso directo, Cristeto ha recurrido al 'partido a partido', una metodología de trabajo que busca aislar al equipo de la presión externa y de la euforia desmedida que puede generar un buen comienzo, o del pánico de un mal resultado.
Cristeto defiende que hay que ir "paso a paso. Vamos a hacer una buena pretemporada primero, a conocernos, a coger la idea de juego y luego ya partido a partido ir sumando". Es la receta de la prudencia que también incluye una buena dosis de ilusión para "poder lograr grandes cosas, que es lo que este club quiere, y ojalá poder conseguir cosas muy bonitas", ha concluido.